Vocabulario Fundamental. Infancia (24) Infancia en guerra IV ‘Rebelde’, de Kim Nguyen

De producción canadiense y dirigida por Kim Nguyen, ‘Rebelle’ (War Witch, 2012) nos cuenta la estremecedora realidad de los miles de niños soldado que son obligados a seguir a uno u otro señor de los señores de la guerra que combaten en las continuas conflictos que asolan África central. Y lo hace a través de la historia de una niña de 14 años embarazada tras una violación que le cuenta al otro niño que vive en su vientre cómo fue obligada cuando tenía 12 años a entrar a formar parte de la misma milicia que asaltó su poblado y la obligó a matar a sus padres. Con una excelente fotografía y banda sonora, esta película fue candidata al Oscar a la Mejor Película Extranjera, ganó en Tribeca el premio a la mejor película y en el festival de Berlín el Oso de Plata a la mejor actriz para su protagonista, Rachel Mwanza. Una película lírica y veraz, impactante y necesaria.


http://vk.com/video_ext.php?oid=197564815&id=170830889&hash=e4ae592e7770443f&hd=1

Ciclo de cine clásico USA (16) Adiós a Mike Nichols / ¿Quién teme a Virginia Woolf?

Una vez más recurrimos a Días de Cine para despedir a un cineasta, esta vez al director alemán nacionalizado estadounidense Mike Nichols, fallecido el pasado 19 de noviembre. Nacido en Berlín en 1931 como Mikhail Igor Peschkowsky, su familia huiría del nazismo rumbo a Estados Unidos, donde estudió con Lee Strasberg e hizo carrera en Broadway como director de escena. Fue en 1966 cuando entró en el mundo del cine con la adaptación a la gran pantalla de ‘Who’s afraid of Virginia Woolf?’, la obra teatral del mismo título de Edward Albee. Nominada en todas las categorías ganó cinco premios Oscar. Richard Burton y Elizabeth Taylor actuaron los roles principales (realizando ambos una de las mejores interpretaciones de sus carreras) y George Segal y Sandy Dennis en el papel de la pareja sparringDe gran éxito de público en el momento de su estreno, esta película lanzó a la fama al joven realizador que al año siguiente reeditaría el éxito con otro clásico imperecedero, ‘El Graduado’ (a la que ya dedicamos una entrada y tres de nuestras adherencias). Después su obra cinematográfica alcanzaría cotas interesantes en películas como ‘Primary Colours‘, ‘Regarding Henry’, ‘Armas de mujer’, ‘Closer’ o ‘La guerra de Charlie Wilson’ pero en nuestra memoria emocional quedarán para siempre sus dos primeras obras cinematográficas, la historia de Benjamin Bradock y la señora Robinson y esta despiadada y trágica autoinmolación de un matrimonio en la pira del alcoholismo y la manipulación emocional que les ofrecemos seguidamente. Descanse en paz Mike Nichols.  

Días de Cine – Mike Nichols


¿Quién teme a Virginia Woolf?

George y Martha son un matrimonio que se profesa un odio salvaje. Ambos tienen personalidades autodestructivas, conocen perfectamente las debilidades del otro y saben cómo exasperarlo. George es un profesor de historia alcohólico. Martha, la hija del director de la universidad donde George da clases, es una mujer frustrada y vulnerable. Un sábado por la noche, después de una fiesta, invitan a su casa a un nuevo profesor y a su esposa. La presencia de esta pareja no evita que Martha y George se humillen y maltraten como de costumbre. A través de este cruel juego sale a relucir la verdad tanto sobre los anfitriones como sobre los invitados.

http://vk.com/video_ext.php?oid=185581600&id=170611078&hash=2d681a8e9408be64&hd=2

Ciclo de cine clásico USA (15) ‘La leyenda del indomable’, de Stuart Rosenberg

Invocamos por segunda vez (la primera fue en ‘El buscavidas’) en este ciclo de cine norteamericano al gran Paul Newman y lo hacemos con una obra maestra del género carcelario, ‘La leyenda del indomable’ (Cool Hand Luke) dirigida en 1967 por Stuart Rosenberg. Basado en la novela de resonancias autobiográficas ‘Cool hand Luke’, de Donn Pearce, autor asimismo del guión, la acción de esta película tiene lugar en una prisión sureña de carretera en los primeros años 60. 

Narra la historia de Luke «Cool Hand» Jackson (Paul Newman), héroe condecorado de la IIGM, con dificultades de adaptación, que es detenido por la policía tras romper, en estado de embriaguez, varios contadores de aparcamiento en su pequeña y aburrida ciudad natal. Condenado a 2 años de trabajos forzados, es recluido en la Road Prison 36 (Florida), donde la vida es durísima y donde tendrá que convivir con presos condenados por delitos muy graves. La violencia de éstos y de los carceleros se ha convertido en un hábito imposible de erradicar. Es en esa prisión donde Luke, un espíritu libre e inconformista de carácter solitario y rebelde, se verá obligado a ganarse el respeto y la simpatía de sus nuevos compañeros y a luchar contra el despotismo, el sadismo y los sistemáticos abusos de poder de quienes rigen la prisión. 

‘Cool Hand Luke’ es un film lleno de grandes diálogos y secuencias inolvidables: el combate de boxeo, la apuesta sobre la ingestión de huevos duros, la partida de póker, el sensual lavado de un coche, el combate de boxeo, los trabajos en las carreteras, los rastrillos que suben y bajan sin fin, vigilados por unos ojos implacables ocultos tras unas gafas de espejo que simbolizan el poder omnímodo de los vigilantes… En Wikipedia encontramos que la película fue candidata a cuatro Oscar: al mejor actor (Paul Newman), al mejor actor de reparto (George Kennedy, en el papel que lo hizo famoso), al mejor guión adaptado (Donn Pearce) y a la mejor música original (Lalo Schifrin). Por su trabajo en el film, Kennedy resultó ganador del Oscar al mejor actor secundario y del Premio Golden Laurel 1968 al Mejor actor. La película fue archivada en el Registro Nacional de Filmes de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, uno de los méritos más importantes que puede lograr una cinta en ese país.

En definitiva, ‘Cool Hand Luke’, es un drama carcelario atípico y con bastante humor en el que Newman hace otra de sus antológicas interpretaciones al lado de un puñado de grandes secundarios, pero sobre todo es un film sobre la lucha por la libertad y el poder del individuo para cuestionar, con su determinación e inteligencia, las normas injustas, el autoritarismo y la opresión. Por películas así amaremos siempre el cine. Y a Paul Newman.

http://vk.com/video_ext.php?oid=197564815&id=170434926&hash=6a688e2b79c8e315&hd=1

Ciclo de cine clásico USA (14) 25 años sin Bette Davis / ‘¿Qué fue de Baby Jane?’, de Robert Aldrich







El siempre recomendable programa de La2 nos recuerda el 25º aniversario de la muerte de Bette Davis y lo hacen con un video que repasa la carrera de la gran actriz estadounidense. Después, gentileza nuestra, una de sus mejores y más recordadas películas, ‘¿Qué fue de Baby Jane?’ (‘What ever happened to Baby Jane’, 1962), dirigida por Robert Aldrich y en la que comparte gloria interpretadora con Joan Crawford. Un film que exhuda claustrofobia y decadencia, sordidez y fraternal insania. Magistral. 

Días de cine – 25 años sin Bette Davis

Parece que fue ayer, pero han pasado 25 años. Gravemente enferma, Bette Davis representó a la perfección su último papel en el Festival de San Sebastián. Unos ojos únicos, los ojos de Bette Davis, como decía la canción, hicieron de su belleza algo diferente, válida para casi todo tipo de papeles. Desde sus magistrales trabajos para William Wyler hasta la Margo Chaning de ‘Eva al desnudo’, o al gran giñol de ‘¿Que fue de Baby Jane?’. Bette Davis estuvo en San Sebastian y se fué, definitivamente, unos pocos días despues, en París el 6 de octubre.





¿Qué fue de Baby Jane?

Las hermanas Jane y Blanche Hudson fueron estrellas infantiles de Hollywood, pero sus carreras siguieron trayectorias muy distintas. Mientras que Jane, al crecer, fue olvidada por el público, Blanche se convirtió en una actriz de éxito. Tras un misterioso accidente de coche, Blanche quedó postrada en una silla de ruedas al cuidado de su hermana Jane que disfruta atormentándola.



http://vk.com/video_ext.php?oid=197564815&id=170282563&hash=f5d6f14ed0dff2b9&hd=2

Creación audiovisual en corto (35) ‘La mujer del hatillo gris’, de Luis Trapiello

Multipremiado cortometraje dirigido en 2011 por Luis Trapiello y protagonizado por el gran Alex Angulo (al que dedicamos este post y nuestro recuerdo) y María Botto. A través de la llanura castellana, bajo un sol abrasador, una mujer camina en busca de su marido preso en una emocionante trama que irá creciendo hasta conectar los años de plomo de la posguerra con la inconcebible realidad actual de los miles de muertos que aún habitan las cunetas de España. 


//player.vimeo.com/video/31143736?portrait=0

Making of

//player.vimeo.com/video/30744618?portrait=0

Ciclo de cine de animación (26) ‘Ruin’, de Wes Ball





Ruin es un un cortometraje digital independiente creado por el realizador Wes Ball en 2012 desde su empresa OddBall Animation. Este corto de animación por ordenador en 3D son ocho minutos de persecución, acción y robots, todo ello ambientado en un mundo post-apocaliptico, en una ciudad derruida y reclamada por la naturaleza. Pura adrenalina. 

//player.vimeo.com/video/38591304

Creación audiovisual en corto (33) ‘A o B’, de Leticia Dolera



Estupendo corto de la actriz y realizadora barcelonesa Leticia Dolera, que ofrece una irónica mirada al oficio de actriz. Dirigido en 2010 y protagonizado por Diego Martín y Alexandra Jiménez, quien interpreta a una actriz en horas bajas que quiere consultar a su agente antes de elegir entre dos opciones que pueden cambiar el curso de su carrera y su vida…

Estupor y Temblores (18) La imagen perdida del genocidio camboyano


«Además de una lección de historia es un ensayo sobre la capacidad del lenguaje cinematográfico para evocar la memoria personal desde la más radical, casi osada, propuesta estética. A un centímetro de la obra maestra.»
Jordi Batlle Caminal: Diario La Vanguardia

Desde hace años, busco una imagen: una fotografía tomada entre 1975 y 1979 en Camboya por los Jemeres Rojos. Una sola imagen no sirve como prueba de un genocidio, pero invita a la reflexión, permite reconstruir la historia. La he buscado en vano en los archivos y por todas partes. Ahora he llegado a la conclusión de que esa imagen debe faltar. Lo que ahora propongo no es una imagen, o la búsqueda de una imagen, sino más bien la imagen de una búsqueda: la búsqueda que permite el cine. Ciertas imágenes deben seguir faltando por siempre, y deben ser reemplazadas por otras: en este movimiento esta la vida, el combate, la pena y la belleza, la tristeza y los rostros perdidos, la comprensión de lo que fue, a veces la nobleza e incluso la valentía, pero nunca el olvido. 
Rithy Panh

Obviando los lugares comunes del documental de denuncia, el director camboyés Rithy Panh nos ofrece un acercamiento novedoso (como hizo Joshua Oppenheimer en ‘The Act Of Killing’ que ya publicamos en este bloga otro de los abundantes genocidios perpetrados en el sudeste asiático en la segunda mitad del siglo XX, en este caso el producido en Camboya entre los años 1975 y 1979, que causó entre dos y tres millones de muertos. 

La ideología psicópata de los khemer rouge de Pol Pot y sus terribles efectos contra su propia población (también de etnia khemer, por lo que se trataría, técnicamente, de un auto-genocidio de clase), es retratada por el director camboyano recurriendo a muñequitos y escenarios tallados en barro con los que representa la demencia maoísta khmer y que causan tanto horror y compasión como si fueran personas de carne y hueso. 

En esta coproducción francesa-camboyana del año 2013, Rithy Pan compone un emotivo y doliente relato en primera persona de su tenebrosa infancia durante aquellos años, mientras se aferraba a la vida en los campos de exterminio. Sus expresivos muñequitos de arcilla exorcizan los traumas y recuerdos de aquella época terrible, demostrando que el arte puede mirar a los ojos de la tragedia sin recurrir a imágenes truculentas y sensacionalismos para mostrar los más oscuros abismos de la naturaleza humana. Imprescindible. 

http://vk.com/video_ext.php?oid=185581600&id=170240449&hash=be0bd9547a740630&hd=2

La memoria encontrada

11 de Abril de 2014

Quien teme es que algo debe. No falla. Pura sabiduría popular, que por norma general sabe perfectamente de lo que habla. El que en determinados países (mirémonos al espejo, deprisa) el concepto »memoria histórica» haga que la gente presuntamente civilizada saque al animal que hay en su interior es, por supuesto, muy indicativo. Algunos de los más distinguidos miembros de la distinguidísima clase dirigente se rasgan las vestiduras, vociferan cual energúmenos, esgrimen argumentos del todo irracionales y, si el espectador se fija, se dará cuenta cómo el sudor (frío… glacial) empapa su frente. Porque en realidad no están enfadados porque una panda de insensatos se haya empeñado en remover la mierda, en abrir cicatrices y en vaya-usté-a-saber-qué otras maldades más; en realidad temen que sus deudas (que por costumbre son muchas y muy gordas) les pasen factura.

Queda claro, pues, que nadie está a salvo de su pasado (ya sea a nivel individual o colectivo), pero más obvio se hace todavía constatar que hay sitios en los que el maldito fantasma es mucho más terrorífico que en otros. Lo recordamos hace poco, por ejemplo, junto a Joshua Oppenheimer (y junto a buena parte de su equipo no-acreditado) en la imprescindible ‘The Act of Killing’: la impunidad, la glorificación desviada y el hecho de vendarse los ojos hacen que el monstruo (así como su amenaza) crezca exponencialmente. Aquello sucedió en Indonesia, país donde el horror ha pervivido gracias en parte a la infinidad de máscaras que ha aprendido a ponerse. Desgraciadamente, y como ya se ha dicho, no es ésa una excepción, sino un destacado miembro del museo de los horrores. Camboya, por muy poco que se sepa sobre su historia (especialmente sobre historia más reciente), ni falta hace decir que es otro de sus más ilustres integrantes.

‘La imagen perdida’ es el inmejorable título del último trabajo de Rithy Panh, director de cine camboyano con especial interés por el documental, y obviamente marcado por el espeluznante pasado del país en el que se crió, o mejor dicho, en el que tuvo que sobrevivir. La pregunta que da inicio a la aventura se expresa en pocas palabras, pero resulta a veces que el espacio más reducido encierra el contenido más concentrado; más denso. Al grano: Si una imagen vale más que mil palabras, ¿existe una imagen capaz de atestiguar todas las atrocidades sufridas por el pueblo camboyano? La respuesta está en el impasible muro de una imposibilidad inteligentemente aprovechada (como hacen siempre los mejores documentalistas), resultando así el -desesperante- proceso de búsqueda en el auténtico protagonista de la función. En esta ocasión, no importa tanto el »qué» sino el »cómo».

Mezclando de forma valiente el documental y el cine de animación más calculadamente rudimentario, el cineasta talla, a partir del barro que le vio crecer, una serie de figuras que, combinadas con un excelente trabajo de recopilación (pero sobre todo, de comprensión) de material de archivo, hacen que los millones de gritos que se oyeron entre 1975 y 1979 en los interminables arrozales de Camboya bajo la brutal dictadura de Pol Pot, se silencien en los altavoces de la sala… para que así puedan resonar con toda la fuerza de la Historia en nuestra cabeza. Más allá del aprovechamiento brillante de los documentos y del -sobresaliente- sentido narrativo, la arriesgada propuesta de Rithy Panh cautiva desde el primer al último fotograma por ser una lección maestra de Historia aplicada al cine.

No sólo es un contundente paseo por la macabra huella de los Jemeres Rojos (cuyo impacto en ningún caso se logra aquí con imágenes desagradables), sino que también es una lúcida y esperanzadora reflexión sobre cómo, hasta del terror, puede surgir la esperanza; sobre cómo el séptimo arte es también una de las más poderosas armas a la hora de conservar una memoria vitalmente necesaria, que ni los temores más culpables ni los gritos más estridentes de este planeta deberían ser capaces de acallar. No es por el gusto sádico de remover la mierda (que a día de hoy sigue habiéndola… y mucha), mucho menos por ver qué pasa cuando se abren las heridas mal cicatrizadas, es por la firme voluntad de que lo más sagrado (fruto quizás del mismísimo infierno, de acuerdo) no muera por obra y gracia de un olvido demasiado a menudo impuesto. Una imagen perdida a cambio de una memoria (re)encontrada. El trato no podía ser más atractivo.

Ciclo de cine clásico USA (13) ‘Simple men’, de Hal Hartley

«There’s no such thing as adventure. There’s no such thing as romance. There’s only trouble and desire.»

Hoy tenemos el honor de incorporar a nuestro blog una de las películas de cine independiente estadounidense preferidas por el Juez Roy Bean, uno de los filmes que más veces ha visto, la surrealista, divertida y desesperadamente romántica «Simple men», dirigida en 1992 por el realizador norteamericano Hal Hartley. Nos ha costado mucho encontrarla en calidad dvd y versión original, pegarle los subtítulos y subirla a nuestro VK, pero aquí está para quién quiera disfrutarla. Quien conozca la obra fílmica de Hal Hartley reconocerá su inconfundible estilo en ella, como en casi todo su cine. Trust (realizada en 1990 y junto con Simple men, sus obras maestras absolutas), ‘Amateur’ (1994), Flirt (1995) y Henry Fool (1997) participan también de las mismas atmósferas de gente de mediana edad bastante desubicada sentimental y profesionalmente que busca su lugar en el mundo y la persona que les ame o les complique la vida en unos peculiares microuniversos situados en varias ocasiones en su Long Island natal. También las publicaremos en este ciclo de cine clásico norteamericano en futuras entradas para conformar un quinteto de obras de Hartley en su mejor momento, los años noventa. Porque a pesar de ser puro cine independiente, el cine de Hartley forma parte de la mejor cinematografía norteamericana de esa década. Su obra en el siglo XXI la conozco menos así que tendré que actualizarme.


Pero hoy comenzamos con ‘Simple men’, mi preferida. Una road movie de argumento muy simple: los dos hermanos Bill y Dennis McCabe buscan a su padre, Bill McCabe, un viejo e icónico ex-jugador de beisbol anarquista al que busca la policía, acusado de un poco claro atentado contra el Pentágono hacía 24 años. Siguiendo sus pistas se van encontrando por el camino con unos personajes tan inadaptados y excéntricos como ellos, con los que les suceden extrañas interacciones que les llevarán (o no) por las pistas que ha ido dejando su padre. Hartley conduce a sus extrañados y lacónicos personajes en una búsqueda eterna de amor, deseos sobrevinientes y problemas reales y existenciales desarrollados en unas conversaciones desopilantes, en apariencia intrascendentes pero cargadas de significados.

Y esa magistral escena del baile que comienza con un grito visceral de Martin (Martin Donovan): «¡¡¡Estoy harto de este silencio!!!» al que sigue un baile memorable (con pareja falling in love al fondo) tan enrabietado como sinuoso, de ‘Kool thing’ de Sonic Youth. Y esa estremecedora escena final, ese poético y redundante sin quererlo ‘don’t move’ del policía que quiere detener a un hombre que se acurruca en la mujer de cuyos brazos nunca más querrá moverse. Una escena seguida, ya en los créditos finales, por dos magníficas piezas instrumentales a la guitarra compuestas e interpretadas por el propio Hartley con el pseudónimo Ned Rifle y que el Juez Roy Bean solía escuchar de nuevo tras acabarse los créditos en su cinta vhs, grabada en aquellos años locos en que a altas horas de la madrugada en La2 aún ponían cine de calidad en versión original subtitulada. En fin, es Simple Men en mi blog, al fin… Son los hermanos McCabe en busca de su padre y de sí mismos, es romance, problemas y deseo. Pura magia hecha cine.