Vocabulario Fundamental. Puta guerra (14) "Las guerras son muy racionales"

Joan Esteban, investigador del CSIC; sec. gral. de la International Economic Association 


«Las guerras son muy racionales»


Tengo 67 años. Nací en Barcelona y me doctoré en la UAB y en Oxford. Casado, dos hijas. Hemos demostrado matemáticamente que las guerras no surgen de la sinrazón, sino del cálculo que hacen las élites de incentivos y desincentivos. Me siento comprometido con los débiles. 

Tengo 67 años. Nací en Barcelona y me doctoré en la UAB y en Oxford. Casado, dos hijas. Hemos demostrado matemáticamente que las guerras no surgen de la sinrazón, sino del cálculo que hacen las élites de incentivos y desincentivos. Me siento comprometido con los débiles.
Foto: Kim Manresa 


Ciencia por la paz

Las guerras son demenciales, pero surgen del cálculo racional de intereses de las élites que las financian y se hacen con la hegemonía cultural -el control de los media- para mutar la tensión por la desigualdad de rentas en conflictos de patria o interétnicos. Así, la lucha de clases de antaño es sustituida por el actual choque de culturas. Más allá de la retórica, el equipo de Joan Esteban, Debraj Ray y Laura Mayoral, financiados por AXA Research Fund, ilustra este proceso con un innovador modelo matemático que resulta de gran utilidad para quien quiera evitar -comprometámonos nosotros- las guerras y, en especial, las peores, las inciviles… ¡Feliz 2013 en paz, amigos!
La Contra Lluís Amiguet 28/12/2012


Desde 1960 la humanidad ha padecido 280 guerras civiles y, en cambio, sólo 23 guerras internacionales. Un tercio de todos los países de la tierra han sufrido conflictos internos sangrientos y la mayoría han sido por motivos étnicos.


¿Las guerras entre Estados son peores?

Las guerras civiles han causado tres veces más víctimas que las interestatales. Y son más onerosas. El Banco Mundial advierte que algunas regiones siguen estancadas en la miseria por su conflictividad interna.

¿Por qué hay tantas guerras civiles?

Empecemos por descartar que se traten de mera locura momentánea de los pueblos que llegaría al paroxismo en el genocidio.

Hannah Arendt describe la «banalidad del mal» que inhibe la culpa y frivoliza el genocidio hasta el exterminio de bebés.

Esa banalidad criminal en todo caso surgiría tras un cálculo racional de intereses. El genocida puede abandonarse a la locura al asesinar, pero sabe bien por qué asesina.

En La lista de Schindler el nazi dispara al azar sobre judíos para distraerse.

La guerra es demencial en los actos, pero la decisión de hacerla surge de un cálculo de coste-oportunidad por el que las élites la instigan tras calibrar incentivos y desincentivos.

Así dicho suena peor que la locura.

Es la historia. Después de un expolio, como el de los judíos por los nazis, el incentivo para el genocidio era que con él los nazis se evitaban reclamaciones posteriores.

Primero les robas y luego les asesinas para que no te vuelvan a molestar.

Son actos criminales, pero racionales. Trabajamos con Laia Balcells de la Universidad de Duke en cálculos similares para la guerra civil española.

Pues manténgame informado.

Nosotros no somos moralistas, sino economistas: hemos creado un modelo teórico inédito en Teoría de Juegos que demuestra que las guerras responden a un cálculo y, por tanto, siguen unas pautas predecibles.

¿Las guerras sólo se empiezan para obtener un beneficio?

Sin incentivos no hay guerra.

¿Por qué se llega a matar?

Aquello que determina si inicias o no un conflicto es lo que esperas sacar de él. Si no hay expectativa de beneficios, no hay conflicto. Y siempre existen dos ejes de conflictividad: el intergrupal (interétnico, interreligioso, intercultural, interlingüístico)…

… El choque de civilizaciones.

Y el social: descrito por Marx como lucha de clases: las diferencias grupales de renta.

¿Cuál es más decisivo?

Sufrimos muchas más guerras por conflictos interétnicos que por lucha de clases.

¿Por qué?

Porque a las élites no les interesa la lucha de clases. Por eso, desvían la tensión que generan las desigualdades en la distribución de la renta hacia el conflicto interétnico o patriótico. Y nuestro modelo lo demuestra.

Veamos.

En cada sociedad analizamos dos índices cuantificables matemáticamente: el de conflictividad o fraccionalización (probabilidad de que si escoges dos individuos al azar sean de grupos diferentes)…

Que existan muchas tribus diversas.

Y el de polarización, que mide el grado en que esos grupos con intereses opuestos tienen un tamaño y poder similar.

Y, por tanto, les permite iniciar la guerra con posibilidades de ganar.

La polarización es relevante cuando la disputa se inicia para que toda una etnia o nación logre bienes intangibles colectivos, como implantar la charia o rehabilitar su cultura marginada por otra etnia.

¿Y si la lucha es por el petróleo?

Entonces es la fraccionalización la que decide si hay guerra. Porque cuando está en juego la riqueza de un país, cuantas más etnias se la disputen, más conflictividad hay.

Porque es más probable que la que se lleve el botín no sea la tuya y guerrees.

Otro escenario prebélico sería: mucho poder en juego -represión de un grupo por otro- y gran polarización étnica, porque, para guerrear, los oprimidos deben tener un tamaño y poder similar al de sus opresores.

¿Y si hay grandes divisiones de clase dentro de una misma etnia?

Imaginemos un país de ricos y pobres, pero en el que hubiera blancos pobres y blancos ricos; y negros pobres y negros ricos…

¿Qué es más decisivo para hacer estallar una guerra? ¿Quién pelea con quién?

Las élites siempre tienden a evitar el enfrentamiento entre clases y lo enmascaran o sustituyen por el interétnico, así que los blancos -ricos y pobres- acabarían en ese caso enfrentándose a los negros -ricos o pobres.

¿Por qué?

Porque la estrategia ganadora para las élites es cohesionar a ricos y pobres de su etnia para enfrentarlos a la otra. Por eso hay tantas guerras civiles en apariencia por motivos culturales o tribales y tan pocas por desigualdades de renta entre clases.

Unas enmascaran a las otras.

Y por eso el choque de civilizaciones de Huntington ha sustituido desde los años sesenta a la lucha de clases de Marx.

Vocabulario Fundamental. Cerebro (7) "Nuestro cerebro también piensa sin palabras"

Steven J. Schiff, neurocirujano; dirige el Centro de Ingeniería Neuronal (Univ. de Pensilvania)

Tengo 56 años que me han permitido combinar la neurocirugía y la ingeniería: el conocimiento no tiene departamentos, los pone la burocracia. Nací en Nueva York. Su ordenador y usted evolucionan juntos. Colaboro con la Fundació Catalana per a la Recerca i la Innovació.

«Nuestro cerebro también piensa sin palabras»

¿Quién es usted? 

Schiff explica la paradoja del implante total: si usted sustituye poco a poco sus miembros y órganos dañados o simplemente viejos por otros nuevos biomecánicos o de cultivo celular y, al mismo tiempo, su cerebro es rejuvenecido con implantes de neuronas hasta que llega un momento en que no queda nada del cuerpo y el cerebro con los que nació, ¿seguiría siendo usted? El doctor Schiff enriquece la paradoja señalando mi teléfono inteligente y preguntándome cuánto de mi identidad hay en ese ordenador: «Direcciones, vivencias en correos de todo tipo, mensajes, fotos, mapas que usted ha recorrido… Si la identidad es la memoria, usted también está ahí dentro».


Luis Amiguet – La Contra 05/12/2012


Pensamos porque hablamos o hablamos porque pensamos?

Nuestro pensamiento precede al lenguaje. Lo comprobamos en pacientes que quedan en coma tras un accidente: les pedimos que se imaginen jugando al tenis…

Y vemos en la resonancia de su cerebro que se activan las áreas del movimiento y, cuando les sugerimos que recorran mentalmente su casa, activan las áreas de orientación.

Para decir «sí» les indicamos que jueguen al tenis y para decir «no», que recorran su casa. Y demuestran con sus respuestas que piensan y, sin embargo, ellos no usan el lenguaje. De algún modo, piensan sin palabras.

¿Qué utilidad tiene saberlo?
Así obtenemos valiosos datos para, por ejemplo, diseñar sillas de ruedas que conectan directamente con el cerebro del paciente y pueda conducirlas, literalmente, con el pensamiento, sin llegar a formular la orden.

¿Cómo se puede ordenar sin hablar?
Es posible porque, antes de hablar, nuestro cerebro es una máquina de anticipar el futuro. Genera continuamente mapas de cualquier situación y, con los datos que percibe de los sentidos, los va adaptando a la realidad, para intentar anticiparse -aunque no siempre lo logra- a lo que va a suceder.

Por ejemplo.
Ahora mismo usted está generando mapas mentales sobre mí y la charla para anticipar lo que va a ocurrir y mejorar su conducta.

¿Y cómo consigo predecirle?
Nuestro cerebro lanza una nube de hipótesis de las almacenadas en la memoria a cada instante y las contrasta con las percepciones que obtenemos de los sentidos; después elige la más parecida a lo real; ajusta el mapa y sigue avanzando sobre el nuevo mapa.

¿Cómo me ajusto a usted en la charla?
Componemos una sutil coreografía de gestos casi simultáneos gracias a nuestras neuronas espejo: cuando funcionan bien en una charla, la comunicación es muy fluida.

¿Hay otras maneras de pensar?
Vivir es adaptarse, y esta es la mejor estrategia posible de adaptación. Es la misma de los programas simuladores de vuelo, que, conectados a un avión, son eficaces pilotos automáticos: almacenan los planos de rutas posibles y lanzan una nube de hipótesis en cada momento sobre dónde está el avión…

Da un poquito de miedo pensarlo.
Luego eligen la más parecida a la real según los datos que van recibiendo de sus sensores: altitud, presión, lectura de imágenes…

La máquina pilota el avión.
Pero no sobre la realidad, sino sobre su modelo. También nosotros creamos modelos de predicción mentales similares. Y existen los meteorológicos, que predicen el clima; los econométricos, que anticipan el comportamiento de las economías, y muchísimos otros sobre sistemas complejos.

Los económicos se equivocan más aún que los del tiempo.
En el laboratorio copiamos las estrategias de los programas de vuelo para navegar por las cartografías del cerebro -son como la geografía de la Tierra- y tratar de anticipar así disfunciones como el parkinson para aplicar electroestímulos que las eviten.

¿Cómo logran que una orden del cerebro llegue a realizarse sin lenguaje?
Trabajamos en grabaciones directas de la actividad cerebral con órdenes de movimiento que podrían implantarse después en prótesis robóticas que las obedecerían.

¿La música del cerebro no tiene letra?
No le es imprescindible para pensar.

¿Aplica estos hallazgos en medicina?
La navegación -simulada como la aérea- en cartografía neuronal permite nuevas intervenciones de la epilepsia en niños.

¿Por qué empezó a investigar?
Yo era neurocirujano infantil en el hospital de Washington y me resistía a admitir que, para mejorar algunos síntomas de enfermedades cerebrales, tuviera que aplicar ciertos protocolos de cirugía destructiva.

La cirugía es el fracaso de la medicina.
La investigación es la puerta al éxito en medicina. Por eso me negué a seguir aceptando lo menos malo y comencé a investigar.

¿Espera nuevos avances pronto?
Usted está grabando esta conversación con un smartphone que tiene 22 veces más capacidad de procesar información que el primer superordenador con el que investigué.

¿Tan importante es ese poder?
Hoy esa capacidad procesadora permite a un avión volar, maniobrar y aterrizar sin piloto del mismo modo que nos permite empezar a cartografiar el cerebro de los pacientes: exactamente con la misma estrategia.

¿Esa capacidad no tiene límites?
Lo fundamental es que usted y ese ordenador que lleva en el bolsillo ya están evolucionando juntos: todos evolucionamos con las inteligencias artificiales. Uno de mis colaboradores conectó el cerebro de un primate a un brazo robótico. Y el brazo fallaba.

¿Qué le pasó al pobre mono?
Su cerebro aprendió a corregir el error robótico del brazo. Ya le digo que todas las inteligencias del planeta, artificiales o no, evolucionamos juntas.

Vocabulario Fundamental. Sexo (4) "Vienes de una cadena de millones de coitos"

André Comte-Sponville, filósofo 

Tengo 60 años. Nací y vivo en París. Soy filósofo. Tengo tres hijos (30, 28 y 26 años) y vivo en pareja. Soy socialdemócrata. Soy ateo. La pasión dura un año, pero la pareja puede durar indefinidamente. Las mujeres inventaron el 
amor. No hay amor feliz ni felicidad sin amor


«Vienes de una cadena de millones de coitos»


La Contra / Victor-M Amela 21/11/2012


Ni sexo ni muerte



Leer a Comte-Sponville es muy placentero, pues la claridad de su pensamiento siempre te hace sentir inteligente. Le lees y te parece entender los arcanos de la filosofía y de la vida. Todo lo que explica resulta diáfano. Es un filósofo cristalino y luminoso que ha reflexionado sobre la felicidad, el capitalismo, la moral, el placer de vivir, el sexo, la muerte… Brillante y agudo, cada una de sus frases rebosa un pensamiento sabio: es el caso también de su último libro, Ni el sexo ni la muerte (Paidós), donde desvela que el secreto de la pareja feliz estriba en saber mezclar eros y philia, es decir, acertar a mezclar la intimidad de los cuerpos con la intimidad de las almas.

Qué fue primero, el sexo o el amor?

Para la especie, el sexo. Para el individuo, el amor.

¿Cómo es eso?

Un acto sexual te trajo aquí, pero lo primero que descubriste aquí fue el amor de tu madre.


Y, más tarde, el sexo.

Una pulsión corporal que, sublimada en sentimiento, deviene amor.

¿El amor es hijo del sexo?

La pulsión es general e indeterminada, la sientes por muchas chicas, y lo que hace el amor es singularizarla en una sola chica.

Pero la pulsión no se extingue.

El amor eleva al amado a un pedestal…, pero el sexo con él será igual a como sería con otro. ¡Y esta tensión es muy deleitable!

Qué complicaditos somos.

Claro: conversas de filosofía con tu pareja en el desayuno, y le sueltas obscenidades por la noche… ¡y no le disgusta!

¿El buen sexo debe ser obsceno?

Sin tabú no hay transgresión, y sin transgresión no hay erotismo. Somos animales eróticos porque somos animales morales.

Repítamelo.

Por ser animales morales tenemos pudores, y por tener pudores somos animales eróticos: si todos fornicásemos públicamente sin pudores…, ¿dónde estaría el erotismo?

O sea, que el morbo es hijo del tabú.

Hasta las tribus que viven desnudas se esconden para fornicar: ¡sienten que es mejor preservar este acto de la banalidad!

Entre pudor y erotismo, aquí estamos.

Eres hijo de una cadena de millones de coitos: de uno de tus padres, y de los dos de tus abuelos, y de los cuatro de tus bisabuelos, y de los ocho coitos de tus ocho tatarabuelos.

Que fueron encontrándose por azar…

Sí. ¡Cuántos azares han posibilitado tu existencia! Vienes del sexo. Y de la muerte.

¿Por qué también de la muerte?

Las bacterias se reproducen sin sexo: son todas iguales a sí mismas, ¡no hay muerte!

¿Sin sexo no hay individuo, pues?

El azar propone…, y la muerte y el sexo disponen. Entre tantos azares, ¡es casi imposible que hayas existido! Eres tan, tan improbable que, ya que existes, ¡aprovéchalo!

Y así todos los hombres y mujeres.

Y las mujeres inventaron el amor. A una humanidad sólo masculina le hubiese bastado el sexo, la guerra y el fútbol. Para ellas no era suficiente: amaron a sus hijos. Y enseñaron a amar a sus parejas y a sus hijos. Una mujer nos ha enseñado a todos a amar.

¿Es una mujer más amorosa que yo?

La mayoría de los varones abraza el amor para obtener sexo, la mayoría de las mujeres abraza el sexo para obtener amor.

¿Cuánto dura el amor?

La pasión erótica -eros- dura un año…, ¡pero la pareja puede durar indefinidamente!

¿Sin pasión erótica?

Con philia, que es un modo de amor.

Explíqueme esto.

El amor nace del deseo, que nace de la falta del otro. Si tienes a ese otro, ya no hay falta, y sin falta ya no hay deseo, y sin deseo…

Se murió el amor.

Lo resume la tristísima frase de Schopenhauer: «La vida oscila entre el sufrimiento y el tedio». O sea, entre el deseo de lo que falta y la falta de deseo.

Pues menudo desastre, ¿no?

No, pues Schopenhauer puede superarse con Spinoza: puedes expandir el amor-eros al amor-philia, amor a lo que no falta, deseo de lo que tienes. ¡Son las parejas felices!

¿Desean al que ya tienen al lado?

Pasan de la pasión a la alegría constante de estar con el otro. Y la pareja deviene una aventura erótica más gratificante que la aventura pasajera. Y el sexo calienta más: conoces cada vez mejor el cuerpo del otro y dominas cada vez más el tuyo.

¿Queda alguna revolución sexual?

De la satanización del sexo pasamos a su banalización. Pero estamos superándola: ¡disfrutar del cuerpo del otro no es banal!

Más bien es milagro.

Nos desvela nuestra bestia interior. Por eso el buen sexo es guarro y animal. Por eso lo hacemos en la intimidad.

Total, que la pareja no es tumba del sexo ni muerte del amor.

Llevo veinticuatro años con mi pareja, y si se ausenta diez días, la añoro. Pareja feliz es que está mejor junta que solos o con otros.

Pues el 50% de las parejas se separa.

Es el precio por tres buenas noticias: nos emparejamos enamorados, el divorcio es legal y vivimos muchos años.

¿La felicidad requiere amor?

No hay amor feliz ni felicidad sin amor.

¿Comentario de texto, por favor?

No hay amor feliz (un amor como deseo de lo que falta), ni felicidad sin amor (un amor como deseo de lo que no falta). ¡La pareja feliz vence a Schopenhauer! Vive en la alegría del amor-acción, que es constructor.

¿Hay amor sin sexo?

Sí. Daría mi vida por mis hijos. Es el amor más fuerte, no el más feliz.

¿Y daría la vida por su pareja?

… Es el amor más feliz, no el más fuerte.

¿Puedo vivir sin amar?

Sin amar a nada ni a nadie, ¿para qué vivir?

Vocabulario Fundamental. Agua (2) "Estamos bebiendo los orines de nuestros antepasados"

Para nuestra segunda entrada sobre eso que llaman el líquido elemento recurrimos a una entrevista en La Contra (del diario barcelonés La Vanguardia) a Gustav Olsson, experto en gestión del agua sueco que nos habla de algunas curiosidades de los usos y gestión de los recursos hídricos del mundo en el que vivimos. 


«Estamos bebiendo los orines de nuestros antepasados» 

Tengo 71 años. Nací en Örebro y vivo en Göteborg (Suecia). Soy ingeniero de control, especialista en agua. Estoy casado y tenemos tres más tres hijos, y doce nietos. Soy un verde liberal y social. Creo en Dios, soy protestante practicante. Toco el órgano en la iglesia.


¿Energía o Comida? ¿Energía o comida? Gustaf Olsson es uno de los mayores expertos mundiales en usos y gestión del agua. Es un miembro muy destacado de la Asociación Internacional del Agua (el más importante foro mundial sobre el agua), y ha publicado el estudio Water and energy, que es ahora motivo de controversia, porque pone sobre el tapete algunas de las contradicciones actuales acerca del empleo humano del agua (¿invertirla en producir energía o alimentos?), como las que apunta aquí. Gustaf Olsson ha sido invitado a debatir sobre el asunto por el grupo Lecquia (de la Universitat de Girona), uno de los más briosos equipos de investigación actualmente activos en Catalunya en cuestiones medioambientales.

Desde cuándo hay agua?
Hay agua en los cometas, en Marte, en las lunas de Saturno… Y en la Tierra, desde el principio. Pudo llegar aquí en cometas…

¿Cuánta agua hay en la Tierra?
Hay 1.400 millones de km cúbicos.

¿Cuánta salada y cuánta dulce?
El 97% está en mares y océanos. El 3% restante es agua dulce. De esta, el 69% está congelada en casquetes polares y glaciares, y otro 30% está bajo tierra. ¡Sólo el 1% de agua dulce está disponible en superficie!

¿Y va cambiando de estado y rotando?
Sí. Bebes agua que ya bebió Julio César.

Y que luego sudó y orinó.
Claro. No la contaminemos demasiado: ¡depurarla exigirá cada día más energía!

¿Qué país maltrata más su agua?
China tiene 600 ciudades con el agua echada a perder.

¿Qué uso mayoritario damos al agua dulce del planeta?
El 70% se destina a la agricultura; un 15%, a la industria, y el otro 15%, a uso doméstico.

¿El problema es la agricultura?
El problema es el mal reciclaje del agua. En India no depuran el agua…, y cada vez tienen que hacer pozos más hondos para hallar agua potable. Y agotan acuíferos. ¡Cada año tienen que descender diez metros más!

Hasta que se termine el agua.
Mientras, cada vez es más costoso bombear esa agua, y eso exige más energía.

¿Y de dónde proviene esa energía?
Del petróleo, mayoritariamente, con lo que se contamina más.

¿Qué país saca mejor partido del agua?
Noruega: ¡el 100% de su energía eléctrica la obtiene del agua! Mi país, Suecia, un 40% del agua, un 40% de nucleares y sólo un 20% del petróleo.

¿A más agua, más riqueza?
Si sabes aprovecharla correctamente. ¡El agua es el petróleo del futuro! Petróleo transparente. Lo dicen los asesores del Departamento de Energía de Estados Unidos.

¿Sí?
El agua es la medida de la eficacia energética: ¡obtener un litro de petróleo cuesta… 40 litros de agua!

Vaya.
Y cada vez costará más: extraer un litro de las arenas petrolíferas de Canadá cuesta ¡150 litros de agua!

¿Y si usáramos más bioetanol, combustible de origen vegetal?
Obtener un litro de bioetanol cuesta… ¡mil litros de agua! ¿Es esto ecológico?

Tenemos debate, ¿eh?
El maíz necesario para llenar el depósito de un coche con bioetanol… ¡equivale a proveer de comida a una persona todo un año!

Pero rinde más beneficios el bioetanol.
Con una huella ecológica grande. La producción de carne es también muy onerosa en agua: ¿sabe cuánta agua cuesta tener en el plato un kilo de carne de ternera?

¿Cuánta?
¡Quince mil litros de agua!

Qué barbaridad…
¿Y una taza de café? ¡Cien litros de agua!

¿Y cuánta agua consumo yo?
Un europeo, tres mil litros al día.

¿Tanto?
Enciendes la luz, pones la tele, conectas el aire acondicionado o la calefacción, pones una lavadora, cocinas, coges el tren o el coche, bebes un café, comes un bistec, tomas otro café, fumas…: tras cada uno de tus consumos… ¿qué hay? ¡Agua, agua y agua!

Entendido.
Si no somos responsables, no habrá agua para todos en todas partes. El conflicto de Oriente Medio es una guerra por el agua.

Los glaciares se funden: ¿ayudará eso?
No. A menos frío, caerá menos agua en forma de copos de nieve, y más en forma de huracanes. Y sin nieves fundiéndose en primavera, habrá menos flores y vegetación.

Y se ampliarán las zonas áridas, ¿no?
Sí, y es precisamente el caso de España.

¿Qué medidas tomaría usted aquí?
Enseñaría a poner la calefacción más baja, menos aire acondicionado, coger menos el coche… ¡Responsabilidad personal!

¿Y desalinizadoras? ¿Y presas?
Las desalinizadoras exigen demasiada energía. Y los embalses, en países cálidos, dejan evaporar demasiada agua. Y, además, empobrecen la fertilidad de las riberas y los deltas retroceden frente al embate del mar…

¿Hay alternativas, entonces?
Sí: reutilizar bien el agua. La de la ducha podría ir a las cisternas. El agua de mar, para refrigerar o calefactar. El agua que enfría nucleares, para calentar ciudades…

¿Dónde llueve menos en el planeta?
En el desierto de Atacama, en Chile.

¿Podemos provocar la lluvia?
Si hay nubes, podemos bombardearlas con yoduro de plata para que descarguen…

¿Ha probado el agua de Barcelona?
No es tan buena como la de Suecia, pero está bien. En Singapur venden embotellada agua de cloaca reciclada y potabilizada: Nueva Agua, la llaman. ¡Y está buena!

¡Ay, que acabaré bebiendo mis meados!
Seguro, pero es sólo una cuestión psicológica… ¡Ya le he dicho que estamos bebiéndonos los orines de nuestros antepasados!

¿Qué es lo que más le preocupa ahora?
Las compañías petroleras han arruinado el delta del Níger, lo que afecta a la vida de 30 millones de personas… Y ahora quieren aprovechar la retirada de hielos árticos y antárticos para extraer más y más petróleo…

Vocabulario Fundamental. Ballenas (1) "Todo empezó con aquella ballena en mi bañera"

«Son los seres más grandes del planeta y el 95% de la gente nunca ha visto una. Y cuando las ves, no las entiendes. Su aspecto escapa de entrada a nuestra comprensión. Ves trozos, una aleta, un chapuzón, y has de componer el rompecabezas gigante de su verdadera forma»

«Nadie sabe por qué saltan las ballenas. Casi todas las especies lo hacen, desde el delfín más pequeño hasta la más grande de las ballenas azules, cada una con su propio estilo: saltos de espalda, saltos en plancha, saltitos sin mucho impulso o auténticas piruetas. Puede que sea una de las formas que tienen las ballenas de librarse de los parásitos: la fuerza del salto es tanta que las ballenas se dejan trozos de piel, muestras que va muy bien recoger para hacer exámenes genéticos. No hay manera de saber cuándo saltarán, aunque cuando lo hacen, lo más probable es que lo repitan varias veces; a menudo empiezan cuando se levanta viento, como si fueran una especie de Mary Poppins cetáceas cuya mágica aparición convocase un cambio en el tiempo. Un científico razona que puede que estas gimnastas «encuentren más agradable o placentero, o menos doloroso, golpear su cuerpo contra el agua cuando ésta está agitada que cuanto está tranquila.»

 Leviatán o la ballena (Philip Hoare)

Hoy inauguramos nuestra serie de entradas sobre otro concepto imprescindible de nuestro vocabulario fundamental, las ballenas. En nuestros posts sucesivos dedicados a estos gigantes del mar entraremos en el mundo de los cetáceos y sus dos géneros, los odontocetos (ballenas con dientes, como la orca, los delfines o el cachalote) y los misticetos (ballenas con barbas, como la ballena azul o la ballena jorobada) y en su contradictoria relación con el hombre, que la persiguió durante siglos y llevó a algunas especies al borde de la desaparición (hasta 1986 en que se prohibió su caza) y ahora intenta protegerla. Aunque algunos países como Japón y Noruega insisten en querer capturarlas con la más cínica de las excusas, «caza científica». Pero de la historia de la caza de la ballena nos ocuparemos en la segunda de nuestras entradas sobre estos animales. 

Y para comenzar nada mejor que una estupenda entrevista en La Contra al ensayista y periodista británico Philip Hoare quien en 2009 terminó de escribir «Leviatán o la ballena», un complejo ensayo sobre su obsesión por las ballenas, su biología, su comportamiento y su relación con los humanos, que ganó el premio Samuel Johnson de Ensayo de aquel año. Sobre este libro recogemos la crítica hecha en el blog El placer de leer que suscribimos plenamente:

«Leviatán no es una novela, es una obra de no ficción incatalogable, no es ensayo, ni ciencia, no es análisis, estudio o documento, no es poesía. Sin embargo, es todo eso y más, a lo que Hoare suma sentimientos, sensibilidad, arte, emociones y una cantidad de información sensitiva mediante datos insólitos. Comienza como si fuera las memorias de su autor, a continuación se desplaza hábilmente hacia la biografía, la crítica literaria, la historia social para finalizar siendo un compromiso por la naturaleza. Todo eso sobre las ballenas, los cetáceos, los cachalotes y todo, absolutamente todo lo que se relaciona con ellos. Para ello Hoare desgrana Moby Dick, desde la vida de Melville hasta muchos de los párrafos de su obra haciendo un profundo estudio antropológico y sociológico de los balleneros y los grandes puertos donde atracaban. Habla de Jonás y de los mitos relacionados con los grandes mamíferos marinos. Pero también pinta melancólicamente la geografía y la vida diaria de todos los marineros, capitanes, armadores y trabajadores del mundo de las ballenas.»

En fin, un libro imprescindible para cualquier amante de los animales o para cualquier amante de la literatura, uno de esos libros de los que sales mejor persona. Les dejamos con esta entrevista a un tipo fascinante al que le nadan en la cabeza las ballenas, esos seres tan míticos como fundamentales en el alma del Juez Roy Bean.



«Todo empezó con aquella ballena en mi bañera»

Philip Hoare. Escritor. Tengo 52 años. Nací y vivo en la misma casa donde me crié, en Southampton (Inglaterra). Estoy licenciado en Literatura Inglesa. Soltero. Políticamente estoy muy comprometido con el medio ambiente y con la justicia social. Soy católico practicante y puedo dar la comunión.


Ima Sanchis 10/12/2010

Embrujo

Las críticas a Leviatán… premio BBC Samuel Johnson en todo el mundo son sorprendentes: «Desearías que este tremendo libro fuera todavía más largo» (Literary Review); «Si no puede subirse a un barco este fin de semana, compre este libro» (The Times); «Su embrujo pervivió en mí varios días» (The Observer). Un libro ¿en parte historia cultural, estudio científico y literatura¿ tan personal como su autor, que vive en la casa donde nació rodeado por su propio pasado, del que emergen las ballenas, sobre las que acaba de rodar un par de documentales para la BBC. Pero antes fue punk, mánager de algunos grupos, tuvo su propia discográfica y escribió aplaudidas biografías.


De niño me daba mucho miedo el mar. Mi abuelo pintó una ballena en la bañera, así que yo asociaba el agua a los monstruos marinos.

Ha vivido junto al mar.

Sí, y no aprendí a nadar hasta los 25 años, y lo hice para enfrentarme a mi miedo.

Eso es valiente.

A los 50 me tiré al mar tras una ballena.

Eso es muy valiente.

Fue el día más terrorífico de mi vida. Estaba nadando en las Azores, en aguas muy profundas, donde había monstruos marinos de verdad. Aquel encuentro fue… … Nadé hacia un grupo de ballenas, una de ellas se separó del grupo y vino hacia mí. Me meé encima.

Valiente, y sincero.

Sentí esos chasquidos que emiten las ballenas cuando te escanean, noté la reverberación en mi propio interior. Es irónico, porque llevaba cinco años intentando describir una, y vi cómo ella me estudiaba y me describía.

¿Estaba muy muy cerca?

Podía tocarla, pero no me atreví a mover el brazo. Ladeó la cabeza para mirarme. En su ojo vi una inteligencia aguda pero insondable. Y lo único que fui capaz de pensar fue: “Perdóname”.

¿Por qué le pidió perdón?

Por lo que la raza humana les hemos hecho y por orinarme en el agua.

¿Percibió que aquel ser enorme es un semejante?

Sí, y sentí humildad ante su placidez y su calma, y percibí su inteligencia, pero no sabría decir si es como la nuestra. Las ballenas son matriarcales y se me acercó la matriarca para ver si yo era un peligro para su grupo; luego volvió a informarles.

Se me antojan gigantes muy generosos, porque nuestra especie las ha masacrado.

…Y ella no me hizo nada, cierto. En California los balleneros apodaron pez del diablo a las ballenas grises porque se defendían con fiereza. Ahora sabemos que básicamente mataban a las crías y a sus madres. Así fue hasta hace dos generaciones. Hoy esas mismas ballenas se acercan a los barcos y permiten que la gente les acaricie la cabeza.

Por algo el corazón de la ballena tiene el tamaño de un coche.

…Y usted podría nadar por sus arterias, y un elefante sostenerse en pie sobre su cola. Que del animal más grande y longevo (vive más de 300 años) sepamos tan poco dice mucho de nuestra arrogancia.

Cierto, sabemos más de la Luna.

A una milla de aquí hay un territorio totalmente desconocido que polucionamos y maltratamos, pero como no vemos los resultados, nuestra conciencia está tranquila.

¿Por qué esa necesidad masculina de vencerlas y masacrarlas?

La caza de ballenas ha sido en la historia demostración de hombría, la conquista de la naturaleza; y es irónico que estos animales sean matriarcales. Parece ser que la historia en la que se basó Moby Dick era la de una hembra que intentaba defender su cría.

Qué triste historia.

Hasta hace muy poco las representaciones de las ballenas eran erróneas porque no las veían en su medio, sino ya muertas, hinchadas de gas; de ahí esa imaginería que las presentaba como un animal grotesco, cuando en realidad son maravillosamente aerodinámicas.

Y su comunicación es asombrosa.

Sí, literalmente se comunican de un extremo al otro del mundo. Su sonido es tan fuerte que cuando los científicos lo detectaron por primera vez pensaron que estaban oyendo terremotos sísmicos marinos.

¿Le ha cambiado escribir este libro?

Ahora me siento responsable, como lo somos todos, del futuro de estos animales. De niño veía normal que el maquillaje de mi madre estuviera fabricado con su grasa; hoy, que Chanel, Givenchy y Dior usen ámbar gris de ballena para hacer sus perfumes me chirría, pero no soy un activista.

Hace documentales, libros, fotos…

Después de la Segunda Guerra Mundial los aliados permitieron a los japoneses alimentar a su población, sobre la que habían tirado bombas atómicas, con carne de ballena. Así los japoneses reconvirtieron su flota en balleneros. Siempre hay un contexto.

Sólo quedan 300 ballenas francas.

Entre otras cosas, porque españoles y británicos han empezado a cazarlas. Pero el 50% chocan con barcos o se enredan en redes de pesca; son animales muy lentos que nadan en una de las zonas portuarias (costa atlántica) más intensas del mundo.

El 99% de las ballenas azules ya han sido exterminadas.

Con la moratoria de la comisión internacional ballenera (1986), la población de la jorobada de la costa australiana está creciendo un 10% cada año. Así que la raza humana se merece una palmadita en la espalda.

Bravo, pues.

Estoy seguro de que la mayoría de las personas no soportaría ver una ballena herida, y es ahí donde yo deposito mi esperanza.

¿Qué hará con las 20.000 libras del premio Samuel Johnson por su novela?

Una fiesta y ahondar en las ballenas.

¿Y todo por aquel dibujo en la bañera?


Sí, lo llevo dentro. Los maoríes dicen ser descendientes de ballenas; y cuando las ballenas embarrancan en sus playas van a dormir con ellas, a hacerles compañía en su agonía, para que no se sientan solas.

Creación audiovisual en corto (10) ‘La culpa’, de David Victori

Les ofrecemos «La culpa», el cortometraje ganador del concurso de cortos en YouTube apadrinado por Ridley Scott y una entrevista en La Contra a su creador, el barcelonés David Victori. El premio lleva aparejados 500.000 dólares con los que desarrollar un proyecto online para YouTube (probablemente una webserie) con producción ejecutiva de Ridley y Michael Fassbender. Victori da pues, a golpe de talento, un paso importante en su carrera como director de cine.


David Victori, que ha ganado el concurso de cortos de YouTube y filmará con Ridley Scott

«Hacer cine es como hacer el amor: el goce está en el ritmo»

La Contra – 07/09/2012Tengo 30 años: quiero vivirlos al segundo. Nací en Manresa. Tengo una gran familia y un padre que me ha escrito un gran guión. Ponga la cámara en alto para filmar: todos salen más guapos. En religión no creo, investigo. Rodar es inventarte un problema y luego su solución.

A fondo

Tenía razón la mamá de David Victori, flamante ganador entre siete mil participantes de todo el mundo del concurso de cortos YouTube, dotado con medio millón de dólares y que le permitirá rodar con Ridley Scott y Fassbender: «David, hijo: ¿quieres decir que ser director de cine da para comer? Porque ricos se hacen muy pocos». Pero aún tenía más razón David cuando le respondía: «Mamá: no sé si me ganaré la vida con el cine, pero sé que ya estoy viviendo más al intentarlo». Ni David ni ustedes ni yo podemos elegir cuántos años vamos a vivir. Ni siquiera lo sabemos. Pero sí decidimos cuán intensamente vamos a vivirlos. Y todos podemos por lo menos intentar que sea a fondo.

Ridley Scott dice que usted sabe dónde poner la cámara…
… Todos han sido muy amables conmigo…

Pues dígame cómo mejorar mis fotos de bodas, bautizos, la abuela…
Pues mire, hay un truquito muy fácil que servirá a cualquiera que tenga un smartphone: ponga la cámara bien alta; fotografíe o filme desde arriba hacia abajo y verá cómo todos salen más guapos.

¡Y sin papada! Me subiré a los balcones.
Por ahí va la cosa… ¡A sudar la foto!

Tendrá más truquitos…
Yo imagino la película; después la dibujo en una especie de cómic muy personal y luego utilizo un software de cinematics que me obliga a aquilatar cada parámetro: el emplazamiento de cámaras; las distancias de los actores; focos; iluminación; decorados…

¿Y de ahí a rodar?
Al usar el programa sopeso mis ideas y afronto las primeras dificultades metiendo horas ante el ordenador, y luego voy con un smartphone a rodar como en un ensayo.

¿Rodar es hacer realidad un sueño?
Rodar es inventarte un problema y luego su solución. Bigas Luna, mi maestro…

… del cine y aquí en La Contra…
… me decía que el rodaje es solucionar una ristra de problemas: uno tras otro; pero que surgían para sufrirlos y disfrutarlos, porque en ellos está la vida… Y el cine.

Me ha fascinado su corto La culpa.
Gracias.

Aunque soy tan corto que no sé si he entendido, a la primera, toda la trama.
Pero veo que le ha emocionado. Yo quiero ir directo a la emoción. Y la llave de todas las emociones es el ritmo. Me obsesiona conseguir un buen ritmo narrativo.

Pues lo ha conseguido.
A menudo la gente sale del cine y dice que no le ha gustado la película, pero no sabe explicar por qué. Les invito a que vayan más allá y de cada chasco traten de aprender cine. Descubrirán que la razón de que tantas películas aburran es que les falta ritmo.

¿Cómo dar ritmo a una historia?
Otro maestro de guionistas, Robert McKee, siempre nos decía que «un buen guión sabe hacer el amor al espectador»…

¡Qué difícil!
Hacer bien el amor es cuestión de ritmo. Se logra al sintonizar con el otro. Nada de exhibir ego de autor: hay que entregarse. Nada de autismo creativo ni soltar rollos. Ritmo.

¿Con menos dinero puede contar más?
Con más trabajo en equipo se necesita menos presupuesto. De La culpa, mi vídeo premiado, se ha elogiado un plano en el que la cámara gira sobre su eje.

Como una campana: genial.
Pues para filmarlo necesitas una cabeza caliente, un artefacto que permita ese giro total de 360 grados. Y cuesta un pastón.

¿Va a pedirnos una subvención?
No me hizo falta, porque tenía un gran maquinista, el Guile. Todos decían que sería imposible rodar así, pero él montó un invento por cuatro duros. Y lo hicimos.
Con el medio millón ahora filmará ¡para internet! ¿Adónde iremos a parar?
Hoy he visto en una tienda un imán de esos de dejar mensajitos en la nevera.

«Compra 2 leche semi y 2 de medio».
Pero es que ese era… ¡una pantalla! En ella dejas un vídeo tuyo diciendo: «Y no te olvides de que el yogur me gusta descremado».
Al ver llegar el tren en el primer filme de Lumière, la gente salía corriendo: hoy hay tanta peli que nada impresiona.
Cuando se inventó la imprenta, ¿usar el lenguaje escrito para todo a todas horas dejó sin sentido los cuentos o las novelas?

¿Qué cine viene?
Películas rodadas con todos los medios del gran Hollywood, pero con el contenido y calidad expresiva del mejor cine de autor.

¡Ánimo!
Ilusión, la tengo toda. Ideas, hasta de mi padre.

Cuéntenos.
Perdimos a mi hermana a los 44 años cuando vivía y era feliz en Los Ángeles. Sufrió un ictus cerebral.

Lo siento.
Fue un palo tremendo. Poco después, mi padre me dijo por teléfono que se despertaba por las noches porque tenía una historia en la cabeza que no le dejaba dormir.


Yo también pensé: «¡Ay…!». Pero me la contó por teléfono. Y le animé a escribirla.

Bien hecho.
Es lo que hago siempre. Muchos amigos me vienen con que tienen una idea para una peli y siempre les digo que la escriban.

Y se les pasa.
Una idea cuando está en tu cabeza siempre te parece buenísima; cuando la explicas, ya ves que no es para tanto. Pero cuando la escribes, te das cuenta de que era una birria.

¿Su padre supo admitirlo?
¡Es que era una historia buenísima! La escribió en crudo y nos la leyó. En ella estaba, sí, la muerte de mi hermana, de algún modo catártico, pero también el mejor suspense. Y se la he dado a leer a profesionales y a todos les gusta. Ahora ya la tienen en la CAA (Creative Artists Agency) y la están moviendo para rodarla pronto.

¿Hoy el mejor cine se ve en teleseries?
Yo no veo la tele, pero no porque no me guste, sino porque me gusta demasiado. Vamos, es que la tele me obsesiona. Si ahora hubiera una tele encendida, no le haría caso a usted. Me quedaría enganchado. Por eso no tengo tele en casa.

Vocabulario Fundamental. Memoria (17) "Nuestro primer recuerdo es a los tres años y cuatro meses"

Martin A. Conway, investiga la memoria; ha sido profesor en la UIMP Barcelona

«Nuestro primer recuerdo es a los tres años y cuatro meses»

Tengo 60 años y empiezo a lograr un nivel óptimo para mi bienestar al usar mi memoria: su fidelidad a los hechos es cada vez más irrelevante. Nací en Darlington, Inglaterra. Investigo y enseño en la Universidad de Leeds. Para aprender, el arte y la ciencia son igual de necesarios.

09/07/2012 Lluís Amiguet

Batallitas

¡Cuánto descubro sobre mí mismo -y sobre los ‘mí mismos’ de todos ustedes- en amena charla con el profesor Conway! Ya no volveré a decir que alguien tiene mala o buena memoria según su fidelidad a los hechos. Porque nuestra memoria no ha evolucionado para ser una mera caja negra de los datos de nuestra existencia, sino para dar coherencia a nuestra identidad en coherencia con la idea que nos formamos de nosotros mismos. Tenemos recuerdos -más o menos ciertos- para construir nuestro yo y desde él poder cooperar con los demás. Por eso a los mayores les encanta contar batallitas, aunque en el fondo no gocen tanto al contarnos su vida como al recontársela a su manera.

¿Cuál es su primer recuerdo?
Juego a fútbol en el jardín.

¿Cómo sabe que sucedió?
No sé. Nadie sabe si lo que recuerda sucedió en realidad. Tal vez sí jugué o tal vez oí un día a mi madre: ‘Martin de niño jugaba a fútbol en el jardín’, y me imaginé a mí mismo jugando a fútbol. Esa imagen sería falsa; pero el recuerdo, no.

¿Hay algún modo de distinguir en un recuerdo lo real de lo imaginado?
No, porque la verdadera función de la memoria no consiste en recordar lo real.

Entonces, ¿para qué nos sirve?
Para darnos identidad y construir nuestro yo. Si el recuerdo es real o no es secundario.

¿Un recuerdo falso es igual de útil?
Sirve también para forjar esa identidad propia que nos permite interactuar con otros yo y así poder cooperar y sobrevivir.

¿Pero usted se ve a sí mismo jugando?
En nuestro recuerdo evocamos una imagen de nosotros mismos no siempre veraz.

¿Nos recordamos más guapos?
Nuestra imagen en un recuerdo suele ser mejor que la real, pero sobre todo es coherente con lo que creemos ser. Si me creo guapo, en el recuerdo seré más guapo de lo que era; pero si me creo feo, pero listo, me recordaré así más que como era en realidad.

¿Por qué recordamos unas cosas y otras no?
Recordamos los episodios consistentes con el conjunto de nuestro discurso biográfico, que es el que consolida nuestra identidad.

¿Eres lo que recuerdas de ti mismo?
Construimos nuestra memoria e identidad a la vez y al hacerlo también limitamos y enmarcamos lo que llegaremos a ser. Recordamos en el presente nuestro pasado y al hacerlo también prefiguramos nuestro futuro.

¿Cómo?
Si me recuerdo jugando a fútbol ya prefiguro una identidad de fuerza física. Si, en cambio, prefiero evocarme jugando al ajedrez, me construyo una identidad más reflexiva.

¿Cómo sabe todo eso?
Experimentamos. Por eso, sabemos que el primer recuerdo de los individuos de sociedades individualistas es más temprano que el de sociedades más gregarias.

¿El primer recuerdo de los japoneses es más tardío que el nuestro?
En Occidente nuestro primer recuerdo evoca un episodio biográfico sucedido de promedio a los tres años y cuatro meses. En cambio, el primer recuerdo de los asiáticos suele referirse a episodios de los cinco años.

¿De antes no recordamos nada?
Constatamos que un niño de seis años, por ejemplo, recuerda episodios anteriores, pero luego los olvida y, a los 10 años, cuando le preguntas por un primer recuerdo, evoca uno de los tres años y cuatro meses.

Es fascinante.
Asia y Occidente siguen estrategias bioevolutivas de cooperación diferentes. La madre occidental habla a su hijo como individuo -así ya le inicia el yo- antes que la asiática.

¿Cuándo empezamos a tener yo?
A los 24 meses sucede algo en nuestro cerebro que nos permite empezar a reconocernos como yo en el espejo. Así arranca el proceso que nos permitirá distinguir entre el yo sujeto y el mí objeto, Y llegamos a distinguirnos poco a poco en el Yo muerdo, pero también en el A mí me mordían.

¿La memoria varía según la lengua?
Los bilingües, cuando piensan en su primera lengua, tienen un primer recuerdo anterior al que tienen si piensan en la segunda.

¡Es verdad! ¿Y por qué?
Está relacionado con el momento de aprendizaje de las palabras. Porque la palabra es la llave del recuerdo. Le diré una palabra y dígame qué le sugiere: Restaurante. ¡Pero no se lo piense! Diga lo que se le ocurra…¡Ya!

¿Restaurante? Me dormí en una cena.
Si puede evocarlo es porque conoce la palabra restaurante. Un niño no recuerda algo hasta que aprende la palabra llave con la que clasifica ese recuerdo. Antes también almacena recuerdos, pero no podrá evocarlos hasta que no aprenda su palabra llave.

Sólo puedes evocar haber ido en bici desde el día que aprendes a decir bici.
Por mucho que antes ya fueras en bici.

¿Por qué contamos nuestra vida?
Porque disfrutamos contándola: la naturaleza nos gratifica con oxitocinas cuando explicamos -y nos explicamos otra vez- nuestra vida a alguien y de ese modo también haremos que los demás nos cuenten la suya. Es una estrategia de cooperación.

Si es que te dejan meter baza.
…Por eso, la cultura -escuchar es educado- refuerza esa tendencia cooperativa.

Leí que hablar de uno mismo activa los mismos circuitos de placer que el sexo.
Cierto, pero, además, ese placer para el ego dura más que el del sexo.

¿Por qué los viejos pierden memoria?
En realidad no es que la pierdan. Lo que sucede es que, con los años, aprenden a disfrutarla más y mejor que los jóvenes.

¿En qué sentido?
Son expertos en utilizar su memoria para maximizar su bienestar. Han aprendido a seleccionar qué prefieren recordar y a reinterpretarlo eliminando las incongruencias de lo sucedido con la imagen que se han construido de sí mismos. No es que se mientan: es que saben cómo contarse qué pasó.

A veces la memoria de los mayores también coincide con los hechos.
Sólo a veces y sólo en parte, afortunadamente. Por eso, cuantos más años tienes, más disfrutas contando tu -y subraye ese tu- vida. Y cada vez más a tu manera.

Vocabulario Fundamental. Cerebro (5) Ética y cerebro

Otra interesante entrevista de La Contra, esta vez a la investigadora sueca Kathinka Evers, que nos habla del cerebro y el lóbulo frontal, donde se construyen los procesos mentales relacionados con la construcción de los procesos morales según se va desarrollando nuestro lóbulos frontales, proceso que no acaba hasta los 25 años aproximadamente. Este desarrollo depende de factores biológicos pero también del tiempo y la experiencia, de la interacción del individuo con su ambiente, su familia, la sociedad, su educación y cultura.

Fue el célebre caso de Phineas Gage el que proporcionó a la ciencia una de las primeras evidencias científicas que sugería que una lesión del lóbulo frontal podía alterar aspectos de la personalidad, la emoción y la interacción social. Este obrero de ferrocarriles estadounidense sufrió en 1848 un accidente laboral que provocó que una barra de acero (de un metro de largo y 3 cm de diámetro) entrara por su cráneo por la mejilla izquierda y saliera por la parte superior del cráneo, atravesando su cortex cerebral anterior y cortando las conexiones de la región prefrontal con el resto del cerebro.

Phineas no sólo sobrevivió sino que se mantuvo consciente en todo momento. Tampoco tuvo secuelas físicas perceptibles a primera vista (bueno, perdió el ojo izquierdo) pero sí sufrió cambios radicales en su personalidad y temperamento. Al contrario de cómo era antes, Gage perdió la consideración con sus compañeros, se volvió caprichoso y irreverente, impaciente cuando se le contrariaban sus deseos, pergeñando un plan de acción tras otro que nunca llevaba a cabo, ofensivo en sus palabras y burlándose de los demás de manera cruel. Los que le conocían dijeron que «Gage ya no era Gage».

Tras trabajar en varios lugares de los que siempre terminaban echándole por su conflictividad, Gage fue exhibido en el circo, en el que enseñaba orgulloso su herida y la barra de hierro que la provocó. Tras varios años de vida errante, Gage vio su salud deteriorarse rápidamente y murió con 38 años, probablemente debido a crisis epilépticas.

Lo que después del accidente le faltó a Gage fueron precisamente aquellas facultades con sede en el lóbulo frontal, la capacidad para anticipar y planificar el futuro, la organización temporal de la conducta, el sentido de la responsabilidad hacia sí mismo y hacia los demás, la posibilidad de adaptarse a un entorno social complejo a costa de reprimir las propias tendencias instintivas, lo que podría resumirse por juicio ético y conducta social.

Posteriormente, en 1935, el neurólogo portugués Egas Moniz introdujo el procedimiento quirúrgico de la lobotomía, una ablación de los lóbulos frontales del cerebro para tratar trastornos mentales como la depresión by algunas demencias. Sin embargo, y aunque esta práctica le supuso la concesión del premio Nobel en 1949, la realidad era que los pacientes lobotomizados sufrían fuertes cambios de personalidad que les incapacitaban para la vida en sociedad.

«La emocionalidad aumenta nuestra inteligencia»

Ima Sanchís 23/06/2012 La Contra

Kathinka Evers, experta en neuroética

Tengo 52 años. Soy sueca, doctora en Filosofía e investigadora principal en el Centro de Ética y Bioética de la Universidad de Uppsala. Vivo en pareja y no tengo hijos, ¿también se lo pregunta a los hombres? Pese a todos los problemas sociales, evolucionamos. Soy agnóstica.

Ética y cerebro

Lleva las cejas pintadas a lo Groucho Marx, lo que da a su mirada una profundidad inusual mientras me habla, muy despacio, de bioética. Para esta investigadora el cerebro es dinámico y variable y su arquitectura está sujeta al impacto social. Otros, como Gazzaniga, padre de la neurociencia cognitiva, afirman que nuestro cerebro se rige por leyes físicas y que son estas las que dominan nuestra conducta. Evers ha sido investigadora en Oxford y en el departamento de Filosofía y Derechos Humanos de la Universidad de Essex. Tiene varios libros publicados. En Neuroética, cuando la materia se despierta (Kats) habla sobre cerebro y moralidad, y sobre eso ha dado una conferencia en el CCCB.

El cerebro es moral?
Si hablamos de un cerebro adulto y sano, sí.

La moral se aprende.
Casi todo el cerebro es aprendido. Los humanos, a diferencia del resto de los mamíferos, nacemos con un cerebro no acabado y utilizamos gran parte de nuestra vida para desarrollarlo.

Unos más y otros menos.
El hombre de neandertal utilizaba más de la mitad de su vida para desarrollar su cerebro. La evolución ha favorecido el dominio de un animal cuyo cerebro responde al aprendizaje. La educación influye en el cerebro, y este descubrimiento ha sido crucial.

¿Qué más sabemos?
Que las distintas capacidades utilizan distintas zonas del cerebro; las capacidades morales se desarrollan sobre todo en el lóbulo frontal, y este se desarrolla con la edad.

¿Cuando nacemos, el lóbulo frontal está en pañales?
Sí, y eso significa que los niños y adolescentes no tienen capacidad para entender algún tipo de pensamiento moral y nociones de riesgo. Por tanto, en la educación debemos tener en cuenta su nivel de desarrollo.

Y procurar no dañar esa zona.
Cierto, porque la persona que a raíz de un accidente tiene dañado el lóbulo frontal puede convertirse en moralmente incapaz: no es que no quiera, sino que no puede: biológicamente, ha perdido la base del comportamiento moral.

¿La sociedad es el resultado del tipo de cerebro que tenemos o viceversa?
Las sociedades están creadas por cerebros, pero a la vez el tipo de cerebro que tenemos es el resultado de nuestra sociedad. Hay una gran cantidad de influencias que van en contra de la arquitectura cerebral, y ese es un descubrimiento reciente muy importante y que tendrá un gran impacto en la sociedad y los seres humanos del futuro.

¿Cómo influye la ilusión en la construcción del cerebro?
Las ilusiones existenciales son necesarias. Por ejemplo, no queremos ver el sufrimiento que nos rodea, ser plenamente consciente de él lastraría en exceso nuestra vida.

¿Nuestro cerebro necesita la trascendencia?
Sí, somos animales dominados por el miedo, queremos trascender y eso es una ilusión, porque somos seres biológicos pero seguimos disociándonos de la naturaleza.

¿Es cultural o cerebral?
Es el resultado de ambas. La neuroteología dice que hay diferencias en el cerebro entre las personas religiosas y no religiosas.

Somos menos lógicos de lo que creemos.
Y perdemos la lógica con la edad. Los niños son más lógicos que los adultos, por eso debería estudiarse lógica en la infancia. Dígame: si creamos un robot extremadamente sofisticado, ¿se convertirá en una persona?

Según Philip K. Dick, autor de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, no.
Exacto. Durante el siglo XX se ha analizado al ser humano como un robot intelectual. Hoy sabemos que la emocionalidad aumenta nuestra inteligencia y nuestra capacidad para comportarnos de manera compleja.

No podía ser sólo cosa de niñas.
Los androides de Dick no podían prever las acciones humanas porque no tenían emociones para entender cómo nos comportamos. Pero si conseguimos que las aprendan, tendrán autoconciencia.

¿Los otros animales también tienen emociones?
No se dónde está el límite, supongo que es un tema de complejidad del sistema nervioso. Pero yo no como mamíferos porque tienen inteligencia y emociones.

¿Por qué el 99% de nuestra comunicación es inconsciente?
Tiene que ser así porque la conciencia es algo muy lento y no sobreviviríamos. De hecho, comunicamos menos de lo que creemos. La mayoría de las veces nos comunicamos únicamente con nosotros mismos.

¿Y los otros?
Cada cual interpreta las cosas de manera distinta, por eso es ridículo intentar identificar comportamientos de grandes grupos; decir por ejemplo «los hombres son así o las mujeres asá» no es correcto, las diferencias individuales son mayores que las de sexo.

¿Cómo se aplica la neuroética a temas concretos como el coma?
Hay estudios recientes sobre las funciones cerebrales realizados con personas que están en coma o en estado vegetativo. En algunos casos se ha visto que tienen capacidad de pensamiento, de comunicación y de autoconciencia, y esto nos pone frente a cuestiones éticas muy difíciles.

Pin van Lommel, cardiólogo, nos contó que muchas personas, al despertar de un coma, recuerdan lo acontecido.
Es cierto. En Suecia se dio el caso de una persona que dijo al despertar: «Me poníais una música horrible». En Bélgica, Steven Laureys ha intentado establecer comunicación con personas en coma utilizando la neurotecnología, midiendo la actividad cerebral que se genera en cada pensamiento.

¿Pueden preguntarles cosas?
Sí. Los resultados son muy interesantes porque se puede establecer comunicación sin hablar y sin comportamiento externo. Las mismas investigaciones realizadas con personas sanas demuestran que podemos llegar a leer la mente, aunque los resultados hasta ahora son limitados.

Vocabulario Fundamental. Asesinato (3) "El asesino en serie realiza una fantasía de poder"

«El asesino en serie realiza una fantasía de poder»

Víctor – M. Amela / 05.05.2012 La Contra – La Vanguardia

Crímenes exquisitos

Vicente Garrido es un hombre menudo, afable y con la cabeza llena de cadáveres y asesinos terroríficos. Doctor en Psicología y diplomado en Criminología, Garrido es una autoridad en la criminología violenta, pionero en el estudio de los asesinos en serie en nuestro país. Ahora, tras rigurosos trabajos en este campo, se ha lanzado a novelar basándose en sus muchos conocimientos policiales y forenses: publica Crímenes exquisitos (Versátil), ficción escrita en colaboración con Nieves Abarca; una trama muy negra en la que el asesino actúa sobre el patrón de ciertas obras de arte. Garrido publica, además, Perfiles criminales (Ariel), ensayo con «un recorrido por el lado oscuro del ser humano».

Tengo 54 años. Nací y vivo en Valencia. Soy profesor de Criminología de la Universitat de València. Estoy soltero y tengo una hija, Lorena (19). ¿Política? De centro. Soy un agnóstico que desearía creer. A menudo el asesino carga el féretro de su víctima.

– Puede un criminólogo ser un criminal?
Me he pasado a novelista y he creado un criminal de ficción, pero… ¡soy inocente!

– ¿Todos podemos matar?
Sí, pero eso no es ser un asesino.

– ¿En qué circunstancia mataría usted?
Si alguien pusiera en grave peligro mi vida o la de un ser muy querido.

– ¿Y en qué consiste ser un asesino?
Eres un asesino si premeditas el modo y la ocasión de matar a tu víctima sin que pueda revolver con eficacia.

– El psicópata de la isla de Utøya.
Me pasmó su insensibilidad. Es un perfil desconcertante, desconocido hasta ahora…

– Acérquemelo en tres rasgos.
Uno: es el asesino más prolífico en un solo acto, que yo recuerde, pues asesinó a sesenta personas. Dos: le gusta exhibirse (¡pidió testificar con uniforme!). Tres: ha elaborado un argumentario de sus motivos…

– Argumentos muy xenófobos.
Sí, quiere defender la cultura noruega de contaminaciones foráneas… y está convencido de que actuó correctamente.

– Qué peligroso es tener ideas rígidas…
Fanatismo, veo. Y veo otra cosa en este tipo: narcisismo. Y lo satisfizo con su actuación.

– ¿Y ahora, qué?
Pasarán los años… y le pesará ver que aquella satisfacción del momento se diluye…

– Quizá actuó para ser capturado.
No he conocido a ningún asesino que quiera ser capturado. Sí traté a uno que quería ser valorado: el asesino de la baraja.

– ¿Quién era ese?
¿De verdad no lo recuerda?

– Mm…, no.
¡Fue un caso muy mediático!

– Disculpe mi pobre memoria.
Dejaba un naipe junto a cada cadáver: llegó a matar a seis personas, en Madrid. Se había hecho asesino en serie para ser reconocido.

– No entiendo qué beneficio sacaba…
Le chiflaban las armas y había entrado en el ejército para usarlas. Fue enviado a Yugoslavia ¡y se ilusionó muchísimo…! Pero era una misión de paz: quedó muy frustrado.

– Animalico.
A la vuelta a España, le echaron del ejército. Y se puso a matar…, por reconocimiento. Pero tenía un grave problema: ¿cómo iban a reconocer su obra… si no lo explicaba?

– ¿Y confesó?
Con unas copas de más, entró en una comisaría, se inculpó, ¡y le enviaron a casita!

– Desgraciado.
Volvió una segunda vez, y ya contó detalles que sólo el asesino podía conocer. Fue condenado a treinta años.

– Es un modo de reconocimiento social.
Asesinar seis veces… para no ser recordado ni por un periodista como tú.

– ¿Qué perfil es el del asesino en serie?
Alguien poseído por una fantasía de poder. La realiza a costa de la vida de alguien: asesina. Y reincide por repetir ese placer.

– ¿Y siente el mismo placer cada vez?
Para sentir la misma plenitud emocional tiene que ir subiendo el diapasón…, hasta que comete un error y le capturan.

– ¿Algún ejemplo?
Joan Vila, el Ángel de la Muerte de los ancianitos del geriátrico de Olot: gozó disponiendo de la vida de personas a su cuidado…

– ¿Y tuvo que ir elevando el diapasón?
A los últimos les forzaba a beber lejía… para sentir más intensamente su dominio sobre la vida y la muerte. Así se sentía vivo.

– De ser oficinista, ¿hubiese matado?
Quizá eligió ese empleo de cuidador por su previa necesidad de sentirse poderoso…

– También hay el asesino por venganza…
Sí, como otro caso en Olot: ofendido por una serie de vecinos, quiso darse el gusto de darles su merecido, de verlos muertos: asesinó a uno en la sucursal bancaria, a otro en el bar… Y luego se suicidó. No buscaba fama ni reconocimiento: ¡sólo venganza!

– ¿Por qué pasan tantas cosas en Olot?
Levante, Catalunya y Madrid son los principales focos de criminalidad en España: es por una cuestión demográfica y social.

– ¿El asesino en serie no tiene móviles económicos o sexuales?
Puede revestirse de esa pátina…, pero siempre late en el fondo una cuestión de dominio. ¿Recuerda el caso de Remedios Sánchez, estranguladora de viejecitas?

– A esta sí: mataba en pisos de Barcelona.
La policía creía que asesinaba por dinero y joyas, pero cuando me consultaron les dije: «Es para sentirse poderosa». Y así era: Remedios no tenía problemas de dinero.

– ¿Quedan muchos asesinos libres?
La policía resuelve el 90% de los casos de asesinato. Se trata de indagar en el entorno del asesinado. Y en el funeral de la víctima. A menudo el asesino carga el féretro…

– Como criminólogo, analíceme ahora la violencia sexista.
El hombre se siente maltratado psicológicamente por su pareja, y la asesina.

– ¿Qué asesino en serie le horripila más?
Es tremebundo el caso de BTK (bind, torture, kill: atar, torturar, matar, ¡así firmaba!), en Estados Unidos. ¡Su vocación era la de ser asesino en serie! Y asesinó a diez personas en once años, sin llegar a ser capturado.

– ¿Y eso?
Astuto, ha sido el asesino en serie más años en libertad. Fue detenido treinta años después del primer asesinato, cuando un diario se preguntó si BTK habría muerto… ¡y él empezó a enviar cartas y pruebas a la policía! Y así fue como le pillaron.

Vocabulario Fundamental. Evolución (3) Vida y muerte del ‘hombre del hielo’

Otra estupenda entrevista de La Contra nos introduce en la fascinante historia de Ötzi, el Hombre de Hielo, especimen humano que vivió hace más de 5000 años y fue encontrado en 1991 y, en relativamente buenas condiciones, por dos excursionistas en un valle de los Alpes, a más de 3200 metros de altura.

Angelika Fleckinger, máxima especialista en este «hombre del hielo» nos cuenta lo que la ciencia ha averiguado sobre las costumbres de la vida y las circunstancias de la muerte, por asesinato, de este europeo ancestral.




«Muchas mujeres quieren tener un hijo de Ötzi»

Victor-M Amela – La Contra 07/02/2012

Museu Arqueològic

Desde que un deshielo alpino nos lo entregó –tras cinco mil años de congelación–, Ötzi se ha convertido en un fenómeno mundial. Hay quien piensa que llega ahora desde el pasado para concienciarnos del modo absurdo en que vivimos… Lo cierto es que Ötzi está entregando una ingente información sobre nuestro pasado a arqueólogos y científicos. Angelika me informa de que ahora estudiarán si hay descendientes directos de Ötzi en Val de Venosta… Ötzi no puede viajar, pero sí su mundo, con reproducciones de los objetos de su equipaje, todo muy sugerente: puede visitarse en el Museu Arqueològic de Catalunya. No sabemos qué lengua hablaba Ötzi, pero sí que comunica como el mejor.

Angelika Fleckinger, máxima especialista en ‘el hombre del hielo’

Tengo 41 años. Nací y vivo en los Alpes italianos. Soy arqueóloga. Dirijo el Museo Arqueológico del Alto Adige, en Bolzano. Estoy soltera y sin hijos. Soy de izquierda moderada, y católica no practicante. La momia de Ötzi nos muestra cómo éramos hace más de cinco mil años.


¿Qué tal está Ötzi?

¡Estupendo! Muy bien conservado en su cámara a seis grados bajo cero, en un museo de Bolzano.

¿Está visible?
A través de una ventanita, visitan la momia 265.000 personas al año.
¿Es una momia?
Recién fallecido, el hielo cubrió el cuerpo… y se momificó. Es una momia húmeda: sus células contienen agua. Las momias egipcias son secas. Las peruanas, de ambos tipos. ¡Ötzi es la momia húmeda más antigua del mundo!
¿Qué edad tiene Ötzi?
Murió entre el 3.350 y el 3.100 antes de Cristo. Es decir, hace ya más de cinco mil años.
Eso es mucho tiempo…
Cuando Keops comenzó a erigir su Gran Pirámide, ¡Ötzi llevaba ya 600 años muerto!
¿Dónde murió?
En un paso de los Alpes a 3.210 metros de altitud, en el italiano valle de Ötz, en la frontera austriaca.
¿Quién le encontró?
Dos excursionistas, el 19 de septiembre de 1991. Vieron que medio cuerpo de un cadáver emergía del hielo. Y creemos que sólo había emergido algún día en el siglo IV.
¿Qué pensaron al verlo?
Que era algún alpinista fallecido. Consternados, llamaron a los carabineros, lo arrancaron del hielo y la fiscalía empezó a investigar la muerte… hasta que un arqueólogo vio que era un muerto de hace cinco mil años.
¿Y sabemos cómo murió Ötzi?
¡Asesinado!
¿Cómo?
Le dispararon una flecha. Por la espalda. Le entró por el omóplato izquierdo. Aún tiene la punta dentro. Le provocó una hemorragia mortal. Cayó al suelo y se golpeó el parietal izquierdo. Ambas heridas son mortales de necesidad: Ötzi moría en pocos minutos.
¿Quién le mató?
Ötzi tiene una herida abierta en la palma de la mano izquierda, típica de quien se protege de una puñalada, un hachazo…
¿Hubo una pelea, pues?
La herida es de cuatro o cinco días antes de morir: algún drama en su poblado le obligó a pelear… y a huir.
Montaña arriba.
Sí, hasta que se detuvo en ese paso, se sintió seguro y se sentó a comer algo…
¿Cómo sabe que comió?
Hemos analizado el contenido de su estómago: comió una hora antes de morir.
¿Y qué comió?
Pan de espelta (trigo), carne de corzo, verdura… Y ahora analizamos una bola de sebo: puede ser queso de cabra. ¡Sería el primer queso documentado de la historia!
¿Qué más solían comer?
Lentejas, guisantes, lino, avellanas, ciruelas, manzanas silvestres y bayas del bosque: endrino, zarzamora, frambuesa…
¿Qué tal era la salud de Ötzi?
Buena. Con algo de caries y dientes desgastados por usarlos como herramienta y masticar cereales con restos de piedra de moler. También tenía los pulmones negros…
No me dirá que fumaba…
Respiraba cada día el humo y el hollín de las hogueras que ardían en sus cabañas.
¿Cómo vivían aquellas gentes?
Pernoctaban en chozas, cultivaban vegetales y cuidaban ganado, y cazaban y pescaban. Y les sobraba tiempo para relacionarse, estudiar la naturaleza, inventar cosas…
¿Qué aspecto tenía Ötzi?
Tenía 46 años, es decir, era un anciano. Media 1,60 metros, pesaba 50 kilos y su pie hubiese calzado hoy un 38. Sus cabellos eran castaños y los llevaba como tú.
Larguitos.
Y algo ondulados en las puntas. Llevaba barba. Sus ojos eran oscuros. Y lucía tatuajes en una muñeca, rodilla (una cruz), pantorrillas, tobillos y la parte baja de la espalda.
¿Cómo son esos tatuajes?
Rayas: incisiones en la piel, pigmentadas con una pasta hecha de hollín y saliva.
¿Significaban algo?
Son terapéuticos, analgésicos: ¡coinciden con meridianos y puntos de acupuntura!
¡Fascinante! Acupuntura prehistórica.
También llevaba colgado del cinturón un hongo seco, de propiedades antibióticas y cicatrizantes, para curarse heridas.
¿Qué más llevaba encima Ötzi?
Un arco (de tejo), un carcaj (de piel de rebeco), flechas (de avellano), un puñal (de sílex) con su funda (de fibras vegetales), un hacha (con mango de madera y hoja de cobre), calzado de piel de oso (con paja en la suela, aislante), taparrabos ¡y leggings! y un abrigo (todo de piel de cabra), gorro (de piel de oso), capa pluvial (de hierbas)….
Un verdadero tesoro, ¿no?
Sí, porque es la primera vez que tocamos objetos prehistóricos, algunos insólitos.
¿Por ejemplo?
El retocador: una suerte de lápiz de madera con punta de piedra para afilar las puntas de sílex de flechas y puñales. O un hongo yesquero, para hacer chispas…
¿Algo más?
Un termo de abedul, forrado por dentro de hojas de arce… para transportar brasas.
Muy ingenioso y práctico.
Eran gentes muy inteligentes y unos fabulosos conocedores de la naturaleza.
¡Podríamos clonar a Ötzi!
Sería factible fecundar un óvulo con ADN de Ötzi… ¡Hay muchas mujeres que se han ofrecido para concebir un hijo de Ötzi!