Ciclo de cine clásico USA (15) ‘La leyenda del indomable’, de Stuart Rosenberg

Invocamos por segunda vez (la primera fue en ‘El buscavidas’) en este ciclo de cine norteamericano al gran Paul Newman y lo hacemos con una obra maestra del género carcelario, ‘La leyenda del indomable’ (Cool Hand Luke) dirigida en 1967 por Stuart Rosenberg. Basado en la novela de resonancias autobiográficas ‘Cool hand Luke’, de Donn Pearce, autor asimismo del guión, la acción de esta película tiene lugar en una prisión sureña de carretera en los primeros años 60. 

Narra la historia de Luke «Cool Hand» Jackson (Paul Newman), héroe condecorado de la IIGM, con dificultades de adaptación, que es detenido por la policía tras romper, en estado de embriaguez, varios contadores de aparcamiento en su pequeña y aburrida ciudad natal. Condenado a 2 años de trabajos forzados, es recluido en la Road Prison 36 (Florida), donde la vida es durísima y donde tendrá que convivir con presos condenados por delitos muy graves. La violencia de éstos y de los carceleros se ha convertido en un hábito imposible de erradicar. Es en esa prisión donde Luke, un espíritu libre e inconformista de carácter solitario y rebelde, se verá obligado a ganarse el respeto y la simpatía de sus nuevos compañeros y a luchar contra el despotismo, el sadismo y los sistemáticos abusos de poder de quienes rigen la prisión. 

‘Cool Hand Luke’ es un film lleno de grandes diálogos y secuencias inolvidables: el combate de boxeo, la apuesta sobre la ingestión de huevos duros, la partida de póker, el sensual lavado de un coche, el combate de boxeo, los trabajos en las carreteras, los rastrillos que suben y bajan sin fin, vigilados por unos ojos implacables ocultos tras unas gafas de espejo que simbolizan el poder omnímodo de los vigilantes… En Wikipedia encontramos que la película fue candidata a cuatro Oscar: al mejor actor (Paul Newman), al mejor actor de reparto (George Kennedy, en el papel que lo hizo famoso), al mejor guión adaptado (Donn Pearce) y a la mejor música original (Lalo Schifrin). Por su trabajo en el film, Kennedy resultó ganador del Oscar al mejor actor secundario y del Premio Golden Laurel 1968 al Mejor actor. La película fue archivada en el Registro Nacional de Filmes de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, uno de los méritos más importantes que puede lograr una cinta en ese país.

En definitiva, ‘Cool Hand Luke’, es un drama carcelario atípico y con bastante humor en el que Newman hace otra de sus antológicas interpretaciones al lado de un puñado de grandes secundarios, pero sobre todo es un film sobre la lucha por la libertad y el poder del individuo para cuestionar, con su determinación e inteligencia, las normas injustas, el autoritarismo y la opresión. Por películas así amaremos siempre el cine. Y a Paul Newman.

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Campanadas de la Historia (39) El hombre del tanque / 25 años de la matanza de Tian’anmen


«Pedíamos una mayor liberalización, política y económica, y equidad, aunque era más en la forma de lucha contra la corrupción. Sabemos que hay un llamado milagro económico chino, a pesar del grave retroceso en política, derechos humanos y libertades civiles, y la existencia de un desarrollo muy desequilibrado. El Gobierno puede habar matado al mensajero, pero recibió el mensaje para continuar, a ritmo rápido, abriendo la sociedad china y el desarrollo económico. El otro es mucho más preocupante y triste ¿Puede China ser rica y poderosa solo mediante el desarrollo de fuerza militar y riqueza económica? ¿Puede prosperar realmente y hacer a la gente feliz, con un futuro mejor, solo centrándose en lo material? El legado más importante, más que el desarrollo económico, es resaltar esta cuestión. Lo que hicieron durante la masacre fue no solo garantizar que el estado de excepción era aplicado y no se producían más ocupaciones de Tiananmen y otros espacios públicos en el país, sino utilizar una fuerza abrumadora no solo para conmocionar a los manifestantes sino a toda la nación y dejarla en una sumisión total. La situación ahora es básicamente similar en psicología colectiva al síndrome postraumático de una violación, de una violación infantil. La conmoción fue tan completa que la gente simplemente no habla más de ello, ni siquiera piensa en potenciales reformas políticas, impulsadas desde abajo hacia arriba.» Shen Tong, líder estudiantil en las protestas de Tian’anmen


Hace 25 años del aplastamiento por el ejército chino de las protestas de estudiantes que tuvieron su epicentro (que no la mayoría de las víctimas) en la plaza de Tian’anmen, en Beijing y que durante mes y medio convocaron en ella a centenares de miles de personas (millones en todo el país) que exigían más libertad y menos corrupción en las anquilosadas estructuras del poder estatal, ciudadanos que pretendían la reforma del sistema, no su destrucción. Tras aquellos luctuosos hechos, las autoridades chinas encarcelaron a miles de personas y persiguieron la simple mención de lo ocurrido, extendiendo sobre su pueblo, con todo el poder que da su autoritarismo, un masivo velo de censura, negación y olvido forzado a todos los niveles, lo que ha conseguido, cuarto de siglo después, instaurar una amnesia colectiva sobre lo ocurrido entonces. Pero bueno, tras 25 años de aquel sueño ahogado en sangre, nosotros nos quedamos con aquel hermosísimo gesto de lúcido individualismo, el ser humano reivindicándose ante la brutal máquina de guerra. 25 años de aquel hombre del tanque.

The Tank Man


Tiananmen, la plaza que estremeció China

Antonio Broto (EFE) 03.06.2014

Entre abril y junio de 1989, millones de personas se movilizaron en China en un intento de que el país se uniera a la ola de apertura que vivía entonces Europa del Este, pero aquel movimiento, del que 25 años después aún se sabe poco, terminó en tragedia. Aquellos hechos, que fuera de China son un hito del siglo XX pero dentro son un tabú, hicieron temblar los cimientos del régimen, mostraron al mundo los excesos del comunismo chino y dieron al régimen un talante cerrado y paranoico aún vigente.

La prensa internacional recuerda cada 4 de junio la matanza que acabó con las protestas en Pekín, pero un cuarto de siglo después pocos se detienen a rememorar el origen de aquel descontento o a desmentir los tópicos. Y es que, por ejemplo, la mayoría de las muertes fueron lejos de Tiananmen. La mayor represión no la sufrieron los estudiantes, sino los obreros, pues no sólo hubo revueltas en Pekín, y el movimiento no acabó el 4 de junio, ya que continuó en otras urbes.

El origen de las protestas

El acontecimiento detonante de las protestas fue la muerte, el 15 de abril, de Hu Yaobang a causa de un ataque al corazón tres años después que fuera purgado por su talante reformista y su simpatía a otras protestas registradas en Pekín en 1986. Hu, que había sido el secretario general del Partido Comunista de China (PCCh), fue un gran crítico de las reformas económicas emprendidas por el entonces máximo líder, Deng Xiaoping. Éstas habían tenido efectos positivos en el país, pero también algunos negativos, como una fuerte inflación (del 30 % a finales de los 80) y una alta corrupción.

Esta corriente crítica fue la que el 17 de abril comenzaba en la plaza de Tiananmen, la primera concentración en homenaje a Hu, liderada por universitarios que pedían el fin del nepotismo, mayor libertad de prensa o mejor inversión en educación. Estas primeras concentraciones, moderadas y que no reclamaban la caída del régimen, dividieron a los líderes chinos, ya que algunos, como Zhao Ziyang -sucesor de Hu en la secretaría del PCCh- las veían como algo positivo, mientras el «Pequeño Timonel» Deng y el primer ministro Li Peng las consideraban ya una amenaza.


Proyección internacional

Síntoma de esta división interna es el hecho de que Deng y Li esperaron a que Zhao saliera del país, en un viaje oficial a Corea del Norte, para tomar una decisión que marcaría un antes y un después en el movimiento. El 26 de abril, con Zhao en tierras norcoreanas pese a que su entorno le había pedido que no dejara China, el ala conservadora del PCCh ordena la publicación en el Diario del Pueblo de un demoledor editorial contra los estudiantes de Tiananmen, calificándolos de enemigos del Estado.

El texto indignó al movimiento, que se radicalizó, aumentó en número y lanzó un órdago al régimen a mediados de mayo, cuando varios estudiantes comenzaron huelgas de hambre aprovechando la mayor presencia de medios internacionales en Pekín con motivo de la visita del líder soviético Mijaíl Gorbachov.

El mayor conocimiento mundial de las protestas causó cierta humillación al régimen, que comenzó a pensar ya en la supresión de éstas, primero de forma pacífica, con negociaciones de Li Peng con los estudiantes, el 18 de mayo. Un día después, Zhao osó reunirse con los manifestantes en Tiananmen, y aunque pidió que abandonaran la huelga de hambre también mostró una vez más simpatía con sus peticiones, lo que le costaría el cargo (fue su última aparición pública).

El fracaso en las negociaciones con los manifestantes, por entonces muy divididos, provocó la declaración, el 20 de mayo, de la ley marcial en Pekín, que duraría siete meses.

Cerrojazo del régimen

Unos 300.000 soldados chinos llegaron de todo el país para preparar el desalojo de la plaza, donde en los últimos días de protesta se erigió con cartón la icónica «Diosa de la Democracia», inspirada en la Estatua de la Libertad.

En la tarde del 3 de junio, la televisión china ordenaba a los pequineses que no salieran de sus casas, mientras tanques y vehículos acorazados avanzaban hacia el centro de Pekín. Fue en ese avance donde se produjeron muchas de las muertes en aquella fatídica noche, cuando muchos pequineses intentaron impedir el paso de los tanques, lo que produjo grandes matanzas en el oeste de la ciudad. El número de fallecidos en esos enfrentamientos sigue siendo un misterio, y oscila, según diferentes fuentes, entre los 300 y los 2.600, de los que apenas una decena son soldados.

En Tiananmen, donde se encontraba entre otros el escritor que 20 años después recibiría el Nobel de la Paz, Liu Xiaobo, el desalojo fue menos sangriento, aunque nadie sabe a ciencia cierta lo ocurrido en una noche de caos y ausencia de prensa internacional. Con una notable excepción, ya que el único medio que pudo grabar esa noche imágenes de la plaza fue Televisión Española.

Represión y muerte

En días posteriores, las protestas por la masacre en varias ciudades chinas fueron reprimidas, mientras el régimen comenzaba una campaña de detenciones y juicios sumarios, sobre todo a huelguistas obreros. Algunos de los principales líderes de las protestas, como Wuer Kaixi, Chai Ling o Feng Congde, lograron huir del país, muchos de ellos en barcos financiados por las mafias de Hong Kong, en la llamada «Operación Pájaro Amarillo». 

Era el fin de 48 días que estremecieron China, el fracaso de un movimiento que podría haber conseguido un país más libre, pero que tras la represión dejó un régimen más criticado internacionalmente, e impregnado de uno de los problemas que el movimiento más denunciaba, la corrupción.

Hace 25 años el ejército chino aplastó las protestas de estudiantes en la plaza de Tiananmen, en  Pekín. Hace 25 años, un reportero de TVE, José Luis Márquez, fue el único que logró grabar la represión de las protestas dentro de la plaza. El reportero recuerda también que “la masacre como masacre no fue en la plaza de Tiananmen”.

Vocabulario Fundamental. Individualismo y libre albedrío (6) ‘El juego de la muerte’, el individuo puesto a prueba

«El juego de la muerte» es un documental de producción francesa del año 2010 que sigue a 80 personas que se presentan voluntarias para participar en el piloto de un nuevo concurso de televisión y que, sin saberlo, están participando en un experimento similar a los que Stanley Milgram realizó en Yale en los años sesenta para estudiar el impacto de la autoridad en la obediencia de la población. Con ellos, Milgram pretendía encontrar una explicación al sometimiento de la sociedad civil alemana bajo el mandato de Adolf Hitler.


 

En el concurso que plantea «El juego de la muerte», una conocida presentadora ordena a los concursantes que realicen descargas eléctricas a su compañero de juego cada vez que éste falle las preguntas de un cuestionario. El concurso comienza y, mientras tanto, un grupo de psicólogos va analizando las reacciones psicológicas de los participantes. Aunque el concurso es una farsa y las descargas eléctricas no son reales, ni el público en el plató ni los participantes lo saben. Parte del juego les obliga a convertirse en torturadores que pueden llegar a ocasionar descargas eléctricas de hasta 360 voltios, casi letales. 
Según el concurso va avanzando y los errores del concursante produciéndose también va aumentando la intensidad de las supuestas descargas eléctricas y los gritos del doliente, al igual que crece la presión del público y de la presentadora sobre el concursante ejecutor, que entra en el llamado «estado agéntico» que le hace estar en situación de actuar en contra de los valores propios si una autoridad lo ordena. Se encuentra atrapado al verse confrontados su propio sistema moral y el sistema legal impuesto por las normas del programa y la figura de autoridad que representa la presentadora y es cuando llegan las dudas, la tensión, las risas nerviosas y en muchos casos la obediencia a unas órdenes perversas e intimidatorias. Y surgen las preguntas, ¿cuántos concursantes llegarán a ocasionar descargas a pesar de los gritos de dolor de su compañero? ¿hasta qué nivel llegarán algunos? ¿habrá quien cuestione a la autoridad con la firmeza que le otorga su propio sistema ético? ¿cuántos conseguirán superar la tensión y las presiones desobedeciendo las reglas para reafirmarse en sus valores individuales y en su negación de seguir ocasionando dolor a un semejante?

En fin, un documental controvertido e interesantísimo que es una llamada de atención sobre la obediencia ciega a la autoridad y nos muestra el poder de manipulación de la televisión y el peligro de reproducción de este modelo en regímenes totalitarios o en políticas dogmáticas o segregacionistas.

Vocabulario Fundamental. Individualismo y libre albedrío (5) El individuo adolescente

Redes 137 – La adolescencia nos hizo humanos


Eduard Punset 12.12.2012 

Los adolescentes son una mezcla explosiva de curiosidad y despreocupación; en pocos años descubren la autoconciencia, la responsabilidad, el sexo, las drogas, las relaciones adultas, la independencia… ¿Para qué sirve la adolescencia? ¿Ha existido siempre? Redes se introduce en esta exclusiva etapa del desarrollo humano que, por incómoda y conflictiva que parezca, es la pista de despegue del pensamiento adulto. Y en la Mirada de Elsa, los propios adolescentes nos ayudarán a ver qué les ofrece la sociedad de hoy, y cómo se les puede ayudar a recorrer esta etapa crucial en su camino a la madurez. 

http://www.rtve.es/swf/4.2.8/RTVEPlayerVideo.swf

Vocabulario Fundamental. Individualismo y libre albedrío (4) ‘La trampa’, de Adam Curtis

Para nuestra cuarta entrada sobre la libertad del individuo les ofrecemos «La trampa – ¿Qué sucedió con nuestro sueño de libertad?», otra de las series documentales del británico Adam Curtis, autor de la implacable radiografía del ascenso y consolidación del capitalismo (y su variante perversa, el neoliberalismo) en las sociedades occidentales que fue «El siglo del individualismo (que ya publicamos hace tiempo en este blog).

Los tres documentales que lo componen  explican los orígenes de la actual y limitada idea de la libertad en nuestras sociedades. La serie fue emitida en la BBC en marzo del 2007 y consta de 3 episodios en los que se muestra cómo la creación de un modelo simplificado de los seres humanos como criaturas egoístas, casi robóticas, condujo al concepto moderno de libertad. Este modelo derivaba de ideas y técnicas desarrolladas por los estrategas nucleares durante la Guerra Fría y está en la base de las ideas liberales, que rigen las democracias occidentales reguladas por las fuerzas del mercado. 

Posteriormente este modelo fue desarrollado por biólogos genetistas, antropólogos, psiquiatras radicales y economistas del mercado libre, y ha llegado a dominar no solo el pensamiento político desde los años 70, sino la forma en que nos vemos a nosotros mismos como seres humanos. Porque, como una terrible profecía autocumplida, esa suposición conceptual de los humanos como seres calculadores y racionales que sólo buscan su propio beneficio creó un sistema que ha favorecido las desigualdades, la depredación del bien común y el ascenso social de los corruptos y codiciosos. 


El resultado, según Curtis, es este paradójico, convulso y extraño mundo en que vivimos, en la línea de las peores distopías imaginadas por Orwell y Huxley, un mundo dominado por la cultura del miedo, el dinero y el consumo compulsivo, desbordado por la burocracia y el mercantilismo desenfrenado, en el que se cercenan las libertades individuales precisamente en nombre de esa libertad impuesta y donde la felicidad puede, supuestamente, ser alcanzada a través de medios artificiales, con una simple píldora. Por todo ello, los tres capítulos de The Trap resultan imprescindibles para descifrar la retorcida realidad en la que vivimos inmersos sin percatarnos de sus paradojas. 

La Trampa – Qué sucedió con nuestro sueño de Libertad?

The Trap – What Happened to our Dream of Freedom

“La libertad individual es el sueño de nuestra era y es lo que nuestros líderes prometen darnos. Los Gobiernos comprometidos por la libertad de elección han llevado a un aumento en la desigualdad.”

Emitido por la BBC en Marzo de 2007, consta de tres capítulos:


1 – Jódete, compañero
2 – El robot solitario
3 – Te forzaremos a ser libre

En ellos se muestra cómo la creación de un modelo simplificado de los seres humanos como criaturas egoístas, casi robóticas, condujo a la idea actual de libertad. Este modelo derivaba de ideas y técnicas desarrolladas por los estrategas nucleares durante la Guerra Fría para controlar el comportamiento del enemigo soviético. Matemáticos como John Nash (Una Mente Maravillosa) desarrollaron la paranoica Teoría de juegos, cuyas ecuaciones solo funcionaban si los seres humanos se comportaban como criaturas egoístas y aisladas, constantemente sospechando y vigilándose entre sí, siempre tratando de sacar beneficio.

La Teoría de juegos asume que todos los jugadores actúan de una forma egoísta. Si uno de ellos no lo hiciera e intentará cooperar con los demás de una forma desinteresada, el equilibrio se rompería, produciendo resultados impredecibles. Este mismo modelo fue entonces desarrollado por biólogos genéticos, antropólogos, psiquiatras radicales y economistas del libre mercado, y ha llegado a dominar tanto el modo de pensar político desde los años setenta como el modo en que piensan las personas acerca de ellos mismos como seres humanos.

Sin embargo, esta idea simplista contiene las semillas de nuevas formas de control. Y lo que las personas han olvidado es que hay otras ideas de libertad. Estamos, según Curtis, en una trampa de nuestra creación que nos controla, priva de significado y causa caos y muerte en el extranjero. Un sistema que básicamente nos considera como una masa de individuos egoístas, motivados principalmente por intereses personales, que no son capaces ni merecedores de otra forma de Gobierno que la imperante en el Occidente «democrático». Somos etiquetados como seres de naturaleza egoísta, cuya única forma factible de convivencia se basa en la competición por bienes materiales. Al asumir que no somos más que predadores de nuestros propios congéneres, nos estamos forzando a adaptarnos a un Darwinismo social ficticio.

La colaboración, incluso la del tipo altruista, no es algo que sea ajeno a nuestra esencia como humanos. De hecho ha sido practicada en numerosas periodos históricos, notablemente en las guerras. Pero al no tener ningún objetivo ni ideal por el cual luchar, la gente se abandona a la búsqueda del interés personal. La libertad queda entendida como una adaptación a valores simplistas y a nada más. Somos libres para seguir la moda, para ir al futbol, para comprarnos un coche, para emborracharnos, etc. Todo el mundo está condicionado por la búsqueda de esos valores materiales. Es lo «acordado» y lo que todo el mundo espera que hagamos. Tampoco podemos hablar libremente. Nadie habla con libertad. Todo el mundo se calla lo que realmente piensa porque atentaría contra esa manera estúpida y limitada de ver el Mundo y la Vida. No sería socialmente correcto.La libertad que el sistema capitalista nos vende como la única posible, la libertad para satisfacer nuestros instintos primarios o hacer lo que queramos, es en realidad una visión muy limitada de la Libertad, que en realidad nos limita y nos encierra. De ahi la trampa.

1. Jódete, compañero




2. El robot solitario



3. Te obligaremos a ser libre

Vocabulario Fundamental. Individualismo y libre albedrío (3) La identidad del individuo

Volvemos a recurrir a Tres14 y Redes, dos de nuestros imprescindibles, para tratar de entender dónde se esconde, en un océano de genes idénticos para toda la especie, la increíble diversidad humana. Nuestro código genético predispone las querencias de nuestra personalidad en una piedra que luego será tallada por nuestro entorno a lo largo de la vida para hacernos los individuos únicos que somos.





Tres14 – Identidad

17.10.2011

¿Quién soy? Los hombres somos genéticamente iguales en un 99’9%. Sólo un 0,1% nos hace distintos. ¿Es ese tanto por ciento tan pequeño nuestra identidad? Hay casos en los que el impacto de la genética sobre nuestro yo es demoledor. Por culpa de los genes es posible nacer hombre y parecer mujer. O nacer sin huellas dactilares. O sufrir una enfermedad mental.
Enlace Pero las formas en que se construye nuestra identidad son complejas y no sólo son genéticas. Factores como nuestra edad, sexo, apariencia, lenguaje, clase, etnia, fe e incluso nuestro trabajo también condicionan nuestra forma de ser. La Ciencia siempre ha sentido fascinación por la identidad. El “Pienso, luego existo” del filósofo francés René Descartes ha dejado de ser un debate metafísico. La neurociencia está materializando lo que esto significa en términos de actividad neuronal. ¿Está la identidad ubicada en el cerebro? Lo hablamos con Jesús Pujol y Guila Fidel: nos explican cómo nuestro cerebro fabrica nuestra identidad y qué ocurre cuando éste falla. Manel Esteller, Francesc Calafell y Lourdes Fañanás nos desvelarán el papel que desempeñan nuestros genes en la construcción del yo.


Redes 115 – Los genes que regulan la personalidad

El manual de instrucciones con el que se ensambla nuestra biología está escrito en el ADN. Pero, ¿es posible que los genes, del mismo modo que regulan el desarrollo de nuestro cuerpo, también influyan en nuestra personalidad? En este capítulo de Redes, Punset indaga sobre esta cuestión con Dean Hamer, genetista de los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos y divulgador científico. Hamer ha recopilado numerosas evidencias que sugieren que la felicidad, la espiritualidad, la orientación sexual y otros rasgos de la personalidad tendrían un componente genético.


http://blip.tv/play/%2B3KC45IlAg.html

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