El arte de perder

Tras un tiempo de ausencia en nuestro blog, Bea Contel -a la que enviamos un beso en estos tiempos de turbulencias emocionales- nos envía una delicatessen de las suyas, un poemita de Elisabeth Bishop, una poeta norteamericana de principios de siglo XX, en el que nos invita a hacer de la pérdida arte y aprendizaje.

One art

The art of losing isn’t hard to master;
so many things seem filled with the intent
to be lost that their loss is no disaster.

Lose something every day. Accept the fluster
of lost door keys, the hour badly spent.
The art of losing isn’t hard to master.

Then practice losing farther, losing faster:
places, and names, and where it was you meant
to travel. None of these will bring disaster.

I lost my mother’s watch. And look! my last, or
next-to-last, of three loved houses went.
The art of losing isn’t hard to master.

I lost two cities, lovely ones. And, vaster,
some realms I owned, two rivers, a continent.
I miss them, but it wasn’t a disaster.

Even losing you (the joking voice, a gesture
I love) I shan’t have lied. It’s evident
the art of losing’s not too hard to master
though it may look like (Write it!) like disaster.

Un arte

El arte de perder no es un arte difícil;
tantas cosas parecen colmadas de un propósito
de pérdida que cuando se pierden no es muy trágico.

Pierdan a diario algo. Acepten la molestia
de extraviar el llavero, la pérdida de tiempo.
El arte de perder no es un arte difícil.

Practiquen perder, luego, más cosas y más rápido:
lugares, nombres, dónde era que estaban yendo.
Ninguna de estas cosas es demasiado trágica.

Perdí el reloj materno. Y miren, se me ha ido
la última,o penúltima, casa que tanto amaba.
El arte de perder no es un arte difícil.

Dos hermosas ciudades, perdí. Y algunos reinos
que poseía, dos ríos y un continente.
Y aunque, sí, los extraño, no fue una cosa trágica.

Incluso tras perderte (la voz mordaz, un gesto
que amo) no habré dicho una mentira. Es obvio
que el arte de perder no es cosa muy difícil
aunque parezca a veces (¡anoten!) algo trágico.

Poesía vertical VI – 3

Bea Contel nos envía una de sus delicadezas, un poema del argentino Roberto Juarroz. Y un graffiti maravilloso. Muchas gracias Bea.

Hay mensajes cuyo destino es… (Poesía vertical VI – 3)

Hay mensajes cuyo destino es la pérdida,

palabras anteriores o posteriores a su destinatario,
imágenes que saltan del otro lado de la visión,
signos que apuntan más arriba o más abajo de su blanco,
señales sin código,
mensajes envueltos por otros mensajes,
gestos que chocan contra la pared,
un perfume que retrocede sin volver a encontrar su origen,
una música que se vuelca sobre sí misma
como un caracol definitivamente abandonado.

Pero toda pérdida es el pretexto de un hallazgo.
Los mensajes perdidos
inventan siempre a quien debe encontrarlos.

El principito y el zorro

Bea Contel nos manda un fragmento del inmortal libro de Saint Exupery, Le petit prince, la historia del zorro y la domesticación. Muchas gracias Bea.

«-Ven a jugar conmigo-le propuso el principito-. Estoy tan triste…

-No puedo jugar contigo-dijo el zorro-. No estoy domesticado.

-¡Ah! Perdón-dijo el principito.

Pero después de pensarlo, añadió:

-¿Qué significa domesticar»?

-Tú no eres de aquí-dijo el zorro-¿qué buscas?

-Busco a los hombres- dijo el principito-.¿Qué significa «domesticar»?

-Los hombres-dijo el zorro- tienen escopetas y cazan. ¡Es muy fastidioso! También crían gallinas. Es lo único interesante. ¿Buscas gallinas?

-No-dijo el principito-. Busco amigos. ¿Qué significa «domesticar»?

-Es algo demasiado olvidado-dijo el zorro-, significa «crear lazos…»

-¿Crear lazos?

-Claro-dijo el zorro-. Para mí, tú no eres todavía más que un niño parecido a cien mil niños. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. Para tí no soy más que un zorro parecido a cien mil zorros. Pero si me domesticas, nos necesitaremos el uno al otro. Serás para mí único en el mundo. Seré único para tí en el mundo…

-Empiezo a comprender-dijo el principito-. Hay una flor…Creo que me ha domesticado…»

As de oro. Dialéctica

Bea Contel nos descubre a Verónica Viola Fischer, una poeta argentina que desconocía y que está muy bien.

As De Oro

Soplo, tiro los cuadraditos sobre el paño de la mesa y soy
feliz. Generala. Mujer déspota y sumisa
de la arbitrariedad.
Observo los tres ases. Son míos. Poderosa canto
aplasto sombreros con mi pierna corta, sonrío a la nuca
de los demás concursantes. Apuesto al doce
pago por el rojo y colorado! ¡Colorado el doce! Cobro.
Sí, cobro, recibo, a
guanto la mortaja del papel
comprador. Camino sola, seria. Entro a un negocio y pregunto -¿podría darme
la hora?- El vendedor me la envuelve
llena de moños,
la llevo.
Si bien en el juego, mal en el amor -dijo
un borracho sobre la vereda y yo pensé
qu
e el amor solo era juego, justamente
el azar defendió sus tierras
y castigó a quienes intentaron construir ciudades verdaderas. Voy al casino. Necesito luz blanca,
ahogarme en brillos. Si no, caigo. C
asi no veo de noche. El día es negro. Y otra
otra vez casi no, casi
suculenta me rozo algún labio.

Dialéctica

No hay voluntad de persistir sobre este asunto
No quiero hablar

sobre posibles razones respecto
de mi comportamiento: te acaricié
como si estuviera repasando con el dorso de una mano
las miguitas de la mesa
hasta la palma de la mano contraria y no tengo
más que amor para darte.

Boris Vian, escritos pornográficos (y valses)

Bea Contel nos regala una magnífica entrada sobre el patafísico Boris Vian («Que se mueran los feos», «El lobo hombre»-que inspiró la canción Lobo hombre en París-, «Escupiré sobre vuestra tumba»…) así que reproduzco su mail. Muchas gracias Bea.



Te envío una nueva entrega de poesía, de uno de mis escritores preferidos, Boris Vian, más conocido por su prosa, aunque está llena de fragmentos ¡extraordinarios!!Tiene por ahí cositas, como un librito llamado «Escritos pornográficos», aunque sólo he encontrado trocitos por Internet, del que te envío un poemita, en francés, si’l vous plaît, y una traducción al castellano:



Indécent sonnet (Soneto indecente)

Rêveuse, elle songe (Soñadora, sueña)

Par les contrevents (Por los postigos)

Le soleil levant (El sol del amanecer)

Près d’elle s’allonge (Cerca de ella se acuesta)

Telle dans un songe (Como en un sueño)

Je la vois souvent (La veo a menudo)

Mirage énervant (Espejismo irritante)

Chimère, mensonge (Quimera, mentira)

La claire santé (La luminosa salud)

De la rose thé (De té rosado)

Colore sa joue (Colorea su mejilla)




Et sur son corps un (Y sobre su cuerpo desnudo)

Le soleil se joue (El sol se ríe)



Tiene otros poemitas preciosos, como este vals, (La vals jaune)¡he de reconocer que me encantan los valses!



VALS AMARILLO

Hay sol en la calle

Me gusta el sol pero no la gente

Y estoy escondido todo el tiempo

Tras los postigos de acero negro

Hay sol en la calle

Me gusta la calle cuando está dormida

Y espero a que se desvanezca el día

Y al fin voy soñando por las aceras

Y el sol

Al otro lado del mundo

Baila un vals rubio

Con la tierra redonda redonda redonda

El sol

Radiante como un fauno

Baila un vals amarillo

Para los del otro lado del cielo

Pero yo sólo tengo noche en mi bolsillo

Y la luna que acerca

Las sombras al borde del tejado

Veo volar todos los sueños

En ráfagas lentas

Que se pierden allá abajo

Y el sol

Da la vuelta a la tierra

Y regresa

Y entonces la calle se llena de trabajo y de ruido

Entonces…

Por eso desconfío

Yo me voy a la cama


Porque la vida es trabajo

No me gusta el trabajo pero amo la vida

Y voy a ver a qué se parece

Sin dar golpe, sin hacer demasiado

Los hay que no comprenden la vida

A las seis de la mañana ya están levantados

Lo cual no hace ninguna gracia ciertamente

Lo cual desagrada casi tanto como la llovizna.



Y un video recitado de éste y canción.

El primer libro que leí de Boris Vian fue La espuma de los días (L’écume de les jours, nunca entenderé cómo no existe un perfume con este nombre) del que te envío un trozo precioso donde habla de Clhoe, ese personaje femenino inspirado en la música de Duke Ellington.

«- Bebe-dijo Colin.



Bebieron los dos. El resplandor quedaba adherido a sus labios. Colin volvió a encender las luces. Parecía dudar si quedarse en pie.

-Una vez al año no hace daño-dijo- Creo que podríamos terminar la botella.

-¿Y si cortáramos la tarta? –dijo Chick.

Colin cogió un cuchillo de plata y se puso a trazar una espiral sobre la blancura pulida de la tarta. De repente se detuvo y miró su obra con sorpresa.

-Voy a probar una cosa- dijo.

Tomó una hoja de acebo del ramo de la mesa, y con una mano, asió la tarta. Haciéndola girar rápidamente sobre la punta del dedo, colocó, con la otra mano, una de las puntas del acebo en la espiral.



-¡Escucha!- dijo.

Chick escuchó. Era la canción Chloé en la versión arreglada por Duke Ellington.

Chick miró a Colin. Estaba tremendamente pálido.

Chick le quitó el cuchillo de la mano y lo hincó con ademán firme en la tarta. La cortó en dos y, dentro de la tarta vieron que había un nuevo artículo de Partre para Chick y una cita con Chloé para Colin. «

Y una maravillosa reproducción del «pianococktal»

Fonollosa. Broadway

Bea Contel, una querida amiga del Juez Roy Bean nos envía esta cosita de Fonollosa. Gracias nenita.

Broadway

El amor es un juego apasionante
y el mejor sustituto del amor.
De aquel amor inmenso, el amor único,
que uno halla varias veces por el tiempo.

El recíproco amor es lo más bello.
Lo sabemos los dos. Pero es muy grande
el vacío que se abre entre el amor
que se ha ido y el amor que aún no ha llegado.

¿Por qué llenarlo, pues, con la tristeza
si es posible colmarlo de sonrisas?

Si se ha ocultado el sol pueden los faros
del coche iluminar la carretera.
Mientras llega otro amor buscando el nuestro
juguemos, sólo juego, a enamorarnos.

Juguemos a querernos, sin querernos,
hasta el día en que alguno de los dos
vuelva a sentir amor por cualquier otro.
El amor es hermoso aun como juego.

«Ciudad del hombre, New York». José María Fonollosa