Hasta nunca, Ana Mato

Dimitió (o la dimitieron) Ana Mato, la patética ministra de Sanidad de Rajoy, por la implicación al menos a a título lucrativo, en la trama Gurtel. La responsable del fin de la universalidad de la Sanidad Pública (dejando a más de cien mil inmigrantes sin tarjeta sanitaria), del recorte de 2500 millones de euros en dependencia y por tanto responsable de que miles de dependientes hayan fallecido o lleven unas vidas miserables esperando ayuda o tratamiento, de una reforma sanitaria impresentable que ha sacado a la calle durante meses a centenares de miles de profesionales sanitarios en su contra, que ha desmantelado el sistema sanitario, la ministra del copago-repago, de la nefasta gestión de los afectados por hepatitis C, de su vergonzante no-gestión de la crisis del Ébola, presunta corrupta, incompetente y lerda, tontipija y ascopena, lo mejor que ha salido de ella es su imitación por parte de Joaquín Reyes y ahora, su dimisión. 

Hasta nunca, Alberto Ruiz-Gallardón

Una vez más el esperpento y la desvergüenza se hacen carne en nuestro país. Alberto Ruiz-Gallardón, que había dimitido la semana pasada de su cargo al frente del Ministerio de Justicia, tras fracasar clamorosamente (y ser abandonado por todos en su propio partido) en la aprobación de su delirante anteproyecto de ley sobre el aborto. Su legado ha sido dejar «un paisaje judicial arrasado tras tres años de gestión«como ha declarado la asociación Jueces para la Democracia. Pero poco duró la pantomima de dignidad zaherida del ex-ministro, pues tan sólo 48 horas después ya había encontrado un puesto en otro organismo absurdo que hasta ahora desconocíamos, el Consejo Consultivo de la Comunidad de Madrid, un chiringuito de políticos retirados que cuesta 4,3 millones de euros al año a todos los que vivimos en ella y que está al servicio del presidente autonómico madrileño, Ignacio González. 

El nuevo cargo del exministro es el de consejero permanente, un puesto vitalicio por el que cobrará 87.440 euros brutos anuales. Wyoming y Gabilondo analizan el retiro político de Gallardón, ese antiguo e impostado progre del PP que dejó Madrid endeudada por décadas y tres años de patochadas reaccionarias y clamorosamente injustas al frente del Ministerio de Justicia. Ahora tras demostrar la clase de nefasto político que es, es premiado de por vida con un sueldo de más de 8000 euros mensuales, algo sólo concebible en este país inconcebible que es España. 

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Hasta nunca, Jorge Videla





Murió el dictador (nada de ex, el que es un dictador lo es toda su vida) argentino Jorge Videla en la cárcel, lugar donde todas estas heces humanas deberían reventar. Nadie en el país que este espejo de milicos torturadores y asesinos sojuzgó durante cinco años le echará de menos. Si desde este blog esperamos que haya un infierno es para que fulanos como éste, como otros de su calaña, ardan lentamente en él. 

Hasta nunca, Margaret Thatcher

Hacía tiempo que no tocábamos nuestra etiqueta «Nunca olvido una cara pero con usted haré una excepción» pero la muerte de Margaret Thatcher nos parece una buena ocasión para volver a ella. Referente ideológico de adalides del neoliberalismo como George W. Bush, Jose Mª Aznar o Esperanza Aguirre, la ex-premier británica junto a Ronald Reagan al otro lado del Atlántico desbocaron de codicia el capitalismo para convertirlo en el sistema despiadado, insolidario y esclavizador de sociedades, devorador de almas corruptibles, recursos naturales y estados del bienestar que tres décadas después está mostrando sus infinitas vergüenzas. Un dato esclarecedor de los efectos sobre la sociedad británica de los once años de su mandato: cuando Thatcher llegó al poder en 1979 había un 9% de población en la pobreza, cuando lo abandonó en 1990 la cifra escalaba hasta el 24%.

En su propio país se suceden las celebraciones por su muerte y de hecho, nuestro admirado y simpar Stephen Patrick Morrissey, martillo de la vieja y reaccionaria Gran Bretaña, ha enviado una carta a la publicación estadounidense The Daily Beast en la que ha manifestado su opinión sobre la exprimer ministra británica, calificándola como “un terror sin un átomo de humanidad”. El artista británico ya le había dedicado en su album «Viva Hate» la explícita -y sin embargo bella- canción «Margaret on the guillotine» en la que, además de otras lindezas, le preguntaba a la ponzoñosa Dama de Hierro cuándo se moriría. Pues mira Mozzer, todo llega y ahora podrás bailar (y escupir) sobre su tumba. 

Esta es la carta íntegra y traducida de Morrissey, publicada por el referido sitio web estadounidense. Después el gélido recuerdo de Iñaki Gabilondo sobre este personaje nefasto para la historia mundial que lo más positivo que hizo en su vida fue morirse. 

Thatcher es recordada como “la Dama de Hierro” sólo porque era poseedora de características completamente negativas, como su persistente terquedad y un rechazo determinado a escuchar a los demás. Cada movimiento que hacía estaba cargado de negatividad; ella destruyó la industria manufacturera británica, odiaba a los mineros, odiaba las artes, odiaba a los luchadores irlandeses por la libertad y los dejó morir, odiaba a los ingleses pobres y no hizo absolutamente nada por ayudarlos.

Odiaba a Greenpeace y a los ambientalistas, ella fue el único líder político de Europa que se opuso a la prohibición del comercio de marfil, no tenía ni sensatez ni amabilidad y hasta su propio gabinete la echó a patadas. Dio la orden de explotar “El Belgrano” (un buque argentino) aunque estaba afuera de la Zona de Exclusión de las Malvinas, ¡y estaba navegando alejándose de las islas! Cuando los muchachos argentinos que iban a bordo de “El Belgrano” habían sufrido las más terrible e injusta muerte, Thatcher daba una seña con sus pulgares arriba para le prensa británica.

¿De Hierro? No. ¿Barbárica? Sí. Odiaba a las feministas aunque fue principalmente gracias a la progresión del movimiento feminista que la gente británica se permitió aceptar que el primer ministro fuera en realidad una mujer. Pero por culpa de Thatcher nunca habrá otra mujer en el poder en la política británica y, más que abrir esa puerta en particular para otras mujeres, la cerró. Thatcher sólo será recordada con cariño por los sentimentalistas que no sufrieron su liderazgo, pero la mayoría de la clase trabajadora británica incluso ya la había olividado, y la gente en Argentina estará celebrando su muerte.  
Es un hecho conocido que Thatcher era un terror sin un átomo de humanidad.

Hasta nunca, Esperanza Aguirre




Dimitió Esperanza Aguirre, hiperactiva y reaccionaria lideresa full time del PP, populista y demagoga, representando lo peor de los políticos españoles, salvando quizás la corrupción que tanto ha abundado en su partido, si no son corruptos su rancia ideología y sus pérfidos manejos en la presidencia de la Comunidad.

Llegó con el escándalo del Tamayazo y se va con el escándalo de sus turbias maquinaciones y rastreros ofrecimientos para conseguir esa aberración llamada Eurovegas (que esperamos nunca llegue a realizarse). Y en el medio un océano de decisiones lamentables, patéticas meteduras de pata y desprecio por los más débiles. Bocazas y miserable, dañina y perniciosa, poca gente que merezca la pena te echará de menos. Anda y que te den.

Hasta nunca, Kim Jong-Il

Llevábamos tiempo sin dedicar uno de nuestros Nunca olvido una cara pero con usted haré una excepción a nadie y bueno, el chungo al corazón que ha acabado con la vida del dictador norcoreano Kim Jong-Il (a cuyo perverso régimen ya dedicamos una entrada) nos ha dado pié a alegrarnos de haya un tirano menos en el mundo, aunque éste vaya a ser sustituido por su hijo, lo que suponemos hará cambiar poco la desdichada vida del pueblo norcoreano. El Querido Líder de la dictadura comunista de Corea del Norte falleció el sábado 17 de un ataque al corazón, según anunció este lunes de madrugada la televisión nacional KCTV. Tenía 69 años. Kim sufrió una apoplejía en 2008, que le dejó con secuelas en sus brazos y pierna izquierdos. También padecía diabetes.

Ha causado sin embargo perplejidad y bastantes dudas la histeria colectiva que ante este hecho están expresando los norcoreanos, gimoteando patéticamente ante las cámaras en unas imágenes que hacen pensar en que el miedo y la maquinaria de propaganda del hermético estado asiáticolos la han inspirado. El vídeo emitido por la televisión norcoreana muestra a diversos ciudadanos llorando desconsoladamente, de rodillas, golpeando el suelo en señal de dolor e impotencia mientras la imagen del Líder Supremo corona una plaza de la capital del Estado, Pyongyang.

Kim Jong-Il convirtió al pequeño país surgido de la partición de Corea en la guerra de los años cincuenta en una amenaza nuclear regional, con el cuarto ejército del mundo y un arsenal desconocido que ahora queda en manos de su hijo, Kim Jong-Un, y que mantiene en alerta permanente, con recurrentes erupciones de violencia, a vecinos como Corea del Sur o Japón.

Deja un legado de atrocidades masivas» según Human Right Watch, cientos de miles de muertos por hambrunas y represiones, el haber convertido su país en un enorme campo de concentración lleno de personas robotizadas y hambrientas, son otros de los efectos perversos de su férrea dictadura. En fin, que se te coman pronto los gusanos, grotesco y absurdo tirano.

En su FB nuestro colaborador Papá Pop se acordaba del amigo Kim con la desmitificadora interpretación de Muchachada Nui sobre el pollo-pera en cuestión. Et voilá.

Berlusconi, impresentable hasta el final

Dimitió Silvio Berlusconi obligado, no por los italianos (que hubiera sido lo deseable) por destruir su economía y arrastrar el nombre de su país por todo el mundo, sino por los mercados y los gobernantes europeos, hartos de sus malas praxis de gobernanza, de sus incumplimientos y sus vergonzantes frivolidades.

Dimitió el bufón que con sus 17 años (en varios periodos) al frente del gobierno italiano ha llevado a Italia al borde del precipicio y que, desafiante y miserable incluso en su dimisión, ha asegurado que ésta ha sido un acto de generosidad y solidaridad con su país. Esa pose beatífica no ha impedido que, ante la alegría y los insultos de los italianos que salieron a celebrar su dimisión, se haya revuelto con amenazas hacia ellos y el nuevo gobierno («No os preocupéis, que a este gobierno le podemos desenchufar el respirador en cuanto queramos»).

Porque Il Caimano no renuncia a utilizar todo el enorme poder político y mediático que le queda para defender sus intereses empresariales, desestabilizar el nuevo gobierno para forzar elecciones anticipadas y sortear los procesos judiciales que aún le acosan. Como dice Lluís Bassets en su artículo «Cuidado con el caimán«:

(…) el Caimán no se irá sin más. Dará coletazos y morderá mientras esté vivo. Y no hay nada más peligroso que un reptil acorralado o herido de muerte. Ahora lo está. Puede quedarse inmóvil, como petrificado, aparentemente rendido a la evidencia. Pero atacará en cuanto vea la menor oportunidad.

Esperemos que el nuevo primer ministro Mario Monti, al que todos definen como serio, eficiente y responsable (igualito que Silvio) y su gobierno de tecnócratas (ese palabro de repente tan de moda) aún estén a tiempo de evitar que su país caiga al abismo, aunque lo tendrán difícil. Les dejamos con un estupendo artículo de su compatriota Antonio Tabucchi que traza una semblanza de su turbulenta carrera como parásito de la política italiana. Mientras tanto, Berlusconi, patético putero, cazzo di merda, ¿por qué no haces un favor a Italia y al mundo entero y te mueres?

‘Desberlusconizar’ Italia


El novelista italiano analiza la huella que Berlusconi ha dejado en la política y en la sociedad italiana. Berlusconi creó un mundo ficticio gracias a su imperio televEnlaceisivo y mediático

Antonio Tabucchi El País / 12 Nov 2011

Los mercados europeos han “despedido” a Silvio Berlusconi. Es un alivio saber a un monstruo semejante apartado de la vida pública. Pero no será tan fácil desberlusconizar Italia ni erradicar el microbio que ha difundido por toda Europa. Recientemente, en un programa que circula por la web y en televisiones locales asociadas con SkyTV, pudieron volver a ver los italianos a un gran periodista, Michele Santoro, a quien Berlusconi, amo definitivo también de la televisión estatal, había expulsado hace dos meses. Así como logró borrar de la televisión pagada por los italianos los escasos programas que proporcionaban una información objetiva. Presente en el programa Clandestino de Santoro, el jefe del Partido Democrático, el mayor partido de la oposición (Pierluigi Bersani, expartido comunista) quiso apropiarse de la coyuntura declarando “Somos NOSOTROS quienes hemos desarzonado a Berlusconi”.

Vayamos a los hechos. La historia empieza en 1993, cuando se produce una extraña coincidencia comentada por todos los arrepentidos mafiosos: por un lado, matanzas y bombas de la mafia en varias ciudades italianas (Florencia, Milán, Roma) y, por otro, la fundación de un nuevo partido, Forza Italia, por Berlusconi con su amigo Marcello Dell’Utri (hoy condenado en segundo grado por concurso externo con la mafia y senador) y la fiel amistad del abogado Cesare Previti (hoy condenado por corromper a jueces) y de Gianni Letta, director de un periódico de derechas de Roma.

En 1994 Berlusconi gana las elecciones. Pero su Gobierno cae poco después a causa de la retirada del apoyo de un pequeño partido de inspiración neonazi y separatista, la Liga Norte. Berlusconi parece un hombre acabado. Sus deudas con los bancos son enormes, sus empresas están en crisis. Podría dar con sus huesos en la cárcel. Pero he aquí que un hombre del Partido Democrático (por entonces Democráticos de Izquierdas), el mismo partido excomunista de Bersani, le lanza un salvavidas. Se llama Massimo D’Alema, ha hecho carrera en el Partido Comunista a la sombra de un padre senador del PC y encabeza un Gobierno de transición tras la caída de Berlusconi. D’Alema, que se considera un estadista, siente la necesidad de “reformar” la Constitución italiana, que considera demasiado vieja (fue promulgada en 1947). Y, en particular, lo que atañe a la Justicia. Una “necesidad” que solo advertía D’Alema, pero como “gran estadista” desea formar una comisión bicameral para discutir los problemas de la justicia con la oposición de derechas, es decir, con Silvio Berlusconi. Berlusconi, que empezó su carrera como animador de piano-bar y cantante de cruceros para acabar siendo el mayor constructor de Milán gracias a su amistad con Bettino Craxi, entonces político poderoso y más tarde condenado por corrupción y prófugo en Túnez, se convierte, con la inestimable colaboración de D’Alema, en un “estadista”. Su estrella política renace, las puertas de Italia se le abren de par en par, gana de nuevo las elecciones, dinamita la comisión bicameral y a D’Alema, y se impone como el amo de Italia.

17 años de poder en beneficio propio

Hoy que Berlusconi se va, será difícil desmontar su imperio, todo aquello de lo que se ha apropiado y anular las leyes anticonstitucionales que en estos 17 años de poder ha promulgado en beneficio propio. Porque es necesario aclarar que no han sido 17 años de dominio ininterrumpido: hubo también épocas en las que el centroizquierda hubiera podido hacerle frente: primero el Gobierno del propio D’Alema, de octubre de 1998 a diciembre de 1999, y después el Gobierno Prodi, de mayo de 2006 a mayo de 2008. Romano Prodi fue el único político italiano capaz de derrotar a Berlusconi, pero su Gobierno de coalición, que abarcaba desde un centro excesivamente de derechas a una izquierda demasiado radical, fue constantemente socavado por un lado y por otro, sobre todo por dos nefastos personajes: Clemente Mastella, líder de una derecha con un electorado clientelar en la región de Nápoles (hoy, él mismo y muchos de sus representantes están siendo objeto de investigaciones judiciales) y Fausto Bertinotti y el extraño partido de Refundación Comunista. Bertinotti, aficionado a participar cada noche, vestido por los mejores diseñadores italianos, en el programa televisivo más sórdido de la RAI, presentado por el periodista Bruno Vespa, quien permitió realizar a Berlusconi un “contrato televisivo con los italianos”, con el que Berlusconi prometió un paraíso a quienes le escuchaban.

Hoy puede decirse que Berlusconi creó un mundo ficticio gracias a su imperio televisivo y mediático y que los italianos cayeron en un “Show de Truman”, como lo ha definido Barbara Spinelli. Pero no hay que olvidar que este “Show de Truman” ha producido leyes concretas, una situación concreta, un régimen. Y tampoco hay que olvidar las verdaderas responsabilidades de quienes han sido condescendientes con ese grotesco espectáculo, que desgraciadamente no se ciñó únicamente a la televisión sino que afectó a la vida real. Para empezar, la clase dirigente, es decir, los mismos industriales italianos que hoy tanto se quejan. Fueron ellos quienes exaltaron a Berlusconi y vieron en él al Hombre Nuevo que podía dar mayores ganancias a una categoría a la que, desde luego, ganancias nunca faltaron. Igual que los industriales y propietarios agrícolas con Mussolini, los empresarios italianos han dado muestras de su incapacidad ante una nueva economía mundial. Cerriles, mezquinos, provincianos, ávidos, de un apetito sin fin, vieron en Berlusconi al hombre que les consentiría pagar menos impuestos y explotar mejor a sus obreros.

El otro gran cómplice del berlusconismo ha sido el Vaticano. Berlusconi ha destrozado la escuela pública, favoreciendo la escuela confesional e inyectando mucho dinero (no del suyo, sino del Estado) en favor de la escuela privada de orientación católica. Los coqueteos, los acuerdos, los compromisos entre Berlusconi y la Conferencia Episcopal durante estos años han tenido algo de obsceno. El cardenal Bertone, uno de sus mayores aliados, sigue siendo consejero del Papa. La tercera responsabilidad de la anestesia de las conciencias que han sufrido los italianos la atribuyo a la llamada prensa independiente y liberal. Berlusconi llegó al extremo de considerar la prensa como algo de su propiedad. Los españoles recordarán un encuentro oficial entre Berlusconi y Zapatero donde, lamentándose del corresponsal de El PAÍS, Miguel Mora, Berlusconi dijo a un Zapatero que se limitaba a sonreír que sus periodistas no se comportaban bien. Lo cierto es que Berlusconi dispone con los medios que controla de una auténtica batería de cañones. En primer lugar, el diario Il Giornale (perteneciente a su hermano Paolo, condenado por corrupción) y además Libero e Il Foglio de Giuliano Ferrara, ex-ministro y consejero personal suyo, periódicos dirigidos por gente sin escrúpulos. Vittorio Feltri, uno de los directores de Libero, es aún temible por todos los dosieres proporcionados por los servicios secretos próximos a Berlusconi, que han tenido fichados secretamente a periodistas, intelectuales, economistas, industriales, banqueros y políticos. Estos ficheros permitieron a Berlusconi increíbles acciones de linchamiento de sus opositores, a menudo con el consenso del Vaticano. Baste mencionar el caso de Dino Boffo, director del diario católico Avvenire, sobre quien Feltri publicó un falso dossier policial haciéndolo pasar por homosexual. Se desconoce si fue una filtración o un montaje del periódico, pero Feltri, tras algunos meses suspendido por el colegio de periodistas, se excusó por el error y es de nuevo uno de los más temibles periodistas italianos, inventor del “Metodo Boffo”.

Otro periódico con graves responsabilidades es el Corriere della Sera. Tradicionalmente órgano de la burguesía del Norte, hubiera podido alinearse con una burguesía ilustrada y progresista que también existe (el abogado Pisapia, representante de esta mentalidad, ganó recientemente las elecciones municipales en Milán), pero optó por la burguesía más reaccionaria y fascistoide. Cuando el director Ferruccio De Bortoli decidió publicar por entregas La rabia y el orgullo, de Orianna Fallaci, uno de los libros más xenófobos y nefastos del periodismo italiano, se cruzó el Rubicón. El libro fue también premiado por el presidente de la República C. A. Ciampi, el mismo que firmó el envío de tropas italiana a Irak bajo el nombre de “misión de paz”. El berlusconismo ha sido una época entera.

Si hay hoy en la prensa italiana un periódico que pueda presumir de haber desarzonado a Berlusconi es Il fatto quotidiano, dirigido por Antonio Padellaro y por el más valeroso periodista italiano, quien prácticamente solo ha hecho frente al aluvión de tanta prensa infecta: Marco Travaglio. En sus libros y sus artículos, Travaglio nunca ha dejado de denunciar las conexiones de Berlusconi con la extrema derecha, las finanzas de negocios más sucios, la mafia, Putin, Gadafi. Lo peor con lo que Berlusconi ha tejido el entramado de su poder.

Por esto será difícil deshacer la tela que se le permitió tejer a Berlusconi en 17 años de poder. No me demoro en las profundas heridas que mediante sus leyes en beneficio propio ha infligido Berlusconi a la Constitución italiana y por lo tanto a las reglas de la Unión Europea. Son muchas, algunas de difícil remedio. Los mercados han provocado su caída, pero la Unión Europea lo ha tolerado hasta hoy. Habrá que esperar acontecimientos.

Antonio Tabucchi (Vecchiano, 1943) es escritor italiano. Entre sus obras destacan Sostiene Pereira, Nocturno indú o El tiempo envejece deprisa (Anagrama).

Hasta nunca, Joan Laporta

Ya hablamos en su momento de este impresentable personaje que ha presidido en estos últimos siete años el F.C. Barcelona y para el cuál recuperamos nuestra etiqueta «Nunca olvido una cara pero con usted haré una excepción» reservada a insufribles personajes públicos (como Sarah Palin, Ramón Calderón o George W. Bush) que se fueron de sus cargos dejando visibles rastros del rencor, arrogancia e incompetencia con los que en ellos se despachaban y a los que nadie (salvo otros tan cretinos como ellos) echará de menos.

Por ello, en su furtiva despedida, hacemos nuestra la respuesta que Alfredo Relaño daba en un foro resumiendo la trayectoria del extinto presidente blaugrana respondiendo a alguien que le preguntaba por el rechazo mayoritario (a pesar de la histórica cosecha de títulos lograda), que el socio blaugrana había dado al candidato continuista de Laporta, Jaume Ferrer, quien ha quedado en último lugar en las últimas elecciones del club catalán, con apenas un 10% de votos.

El Barça tiene una fuerza social e institucional bárbara que no son debidas a Laporta. Éste llegó como una gran promesa, pero hace sólo dos veranos afrontó una moción de censura que no perdió por poco. Entonces, tras tentar a Mourinho, se agarró a Guardiola en la idea de que al menos eso le protegería de la prensa durante un tiempo, a ver si pasaba la tormenta. Guardiola salió un genio, curó al Barça (sacando de ahí a Ronaldinho primero y luego a Etoo) y sacó gran partido de lo que había. Laporta mientras fue un tipo estridente, que empezó a labrarse su futuro político y a dar el cante de distintas maneras. Es normal que el barcelonista no le adjudique los méritos de este periodo, porque no los tiene. Ha sido un oportunista con suerte.

Pues eso, Laporta, gilipollas, piérdete.

Absurdeces, bocachanclismos y otros extravíos (4) Juan José Ibarretxe y el frentismo

En el día en que ha anunciado su adiós a la política, el ya ex-lehendakari Juan José Ibarretxe no ha renunciado a arremeter con fiereza y resentimiento contra el nuevo gobierno vasco, confirmando el nulo sentido democrático que ya mostró -junto con otros líderes del PNV- al conocerse, tras las últimas elecciones en Euskadi, que una coalición de los partidos no nacionalistas podría desbancarle de la lehendakaritza.
Ya en aquellas fechas demostró que consideraba a Euskadi como su cortijo y el de su partido, un lugar donde sólo los nacionalistas merecen un espacio de gobierno, despachándose con lindezas como «han hecho trampas sacando a una parte de la sociedad del Parlamento”, «ellos no tendrían mayoría si estuvieran todas las fuerzas políticas” -en clara referencia a los ilegalizados partidos adláteres de ETA-, lamentando que dichas formaciones “exhiban como una especie de trofeo la conquista del Norte” o “son 38 votos para destruir y desplazar”.

Dos meses después y para cerrar su largo mandato como a Sabino Arana le gustaría, califica al recién nacido gobierno de «frentista, débil e inestable» y asegura «será un Gobierno donde no está representada la mayoría de la sociedad vasca y que supeditará a Euskadi a los intereses generales de España». Para Ibarretxe, tras este acuerdo existe «un intento serio de anulación de la identidad vasca» que supone «el acuerdo entre diferentes» y la unidad «en el frente del Norte» para terminar con la perla siguiente «nos tendrá enfrente quien pretenda desandar el camino recorrido, nos tendrá enfrente quien pretenda anular nuestra identidad y subordinar los intereses de Euskadi a los de España».

Eso es retirarse con elegancia y sentido del deber democrático, demostrando para quien no lo sospechara su auténtico concepto de lo que debe ser el alma y la identidad vascas, alma e identidad irrenunciablemente nacionalistas, el resto de la compleja, contradictoria y siempre poliédrica sociedad vasca no cabe en los estrechos y monocromos paisajes de su mente. Seguro que hay algunos endogámicos que te echan de menos, para muchos otros no serás más que un fascistilla con ínfulas de gudari, valga la redundancia. Ahí te pudras.