Vocabulario Fundamental. Bosques (9) La gente del bosque III Pigmeos, la agonía del dios verde




Mucho antes de la llegada de los pueblos negro bantúes hacia el año 1000 a.C., en lo más profundo de los bosques ecuatoriales, vivían los primeros habitantes del continente africano: los pigmeos. Ellos son un testimonio vivo de nuestra propia prehistoria. Estos pueblos siempre fueron nómadas selváticos, no conocieron otro mundo fuera de las selvas centroafricanas. Son pueblos felices que siempre han vivido en armonía con su entorno, uno de los pueblos más longevos del mundo gracias a la farmacopea de la selva, su propio dios que les observa y protege, quien vigila que su comportamiento sea armónico con los seres que la conforman

Sin embargo desde la llegada del colonialismo europeo en la forma del infame Leopoldo II de Bélgica (sobre el que tenemos un post pendiente) la vida de muchos de ellos comenzó a cambiar, a peor. A pesar de que aguantaron mejor los embates del esclavismo que los pueblos indígenas que vivían fuera de los bosques, su habitat y su divinidad lleva décadas siendo devorado por las madereras, especialmente desde los años noventa. No lo entienden, nada pueden hacer, y aunque aún quedan unos 5000 se han convertido en un pueblo sin esperanza , sin futuro. Este documental de José Manuel Novoa realizado en 2011 recoge la impactante historia y costumbres de los últimos pigmeos, acorralados en su propio hogar a causa de la tala indiscriminada que depreda su hogar y su modo de vida.

Vocabulario Fundamental. Bosque (8) La gente del bosque 1 El bosque animado

Para nuestra octava entrega sobre esos lugares tan maravillosos como indispensables para la vida del hombre en la Tierra que son los bosques lo hacemos con nuestra primera mirada precisamente a la gente que desde siempre los han habitado y humanizado. Y esa es «El bosque animado», una película de José Luis Cuerda sobre las andanzas de un pintoresco grupo de personajes que viven sus vidas enmarcadas en un bosque gallego. 

El bosque animado es una comedia humana basada en un libro de Wenceslao Fernández Florez adaptado por Rafael Azcona y con un reparto coral de lujo. Fernando Valverde da vida a Gerardo, quien trabaja como pocero tras perder una pierna en la caza de la ballena. Constantemente suspira por la hermosa Hermelinda -Alejandra Grepi- que harta de aguantar las broncas de su tía, Juanita Arrullano -Encarna Paso-, emigra a La Coruña, sin conseguir olvidar el pueblo. Marica da Fame -Luma Gómez- vive de pedir limosna para alimentar a sus dos hijos. Fernando Rey y Paca Gabaldón son los señores D’Abondo, los ricos del pueblo, y las hermanas Roade -Amparo Baró y Alicia Hermida- dos solteronas veraneantes a las que todo atemoriza. También hay un suspirante ánima en pena, Fiz de Cotovelo, encarnado por Miguel Ángel Rellán, que anda buscando a la Santa Compaña y una meiga, Moucha -María Isbert-, que utiliza para sus conjuros los latinajos de La guerra de las Galias. Y por último Alfredo Landa, en uno de sus papeles más recordados, es Malvís, un ex albañil que decide convertirse en el bandido Fendetestas y se oculta en una cueva de la fraga. Las diversas relaciones que se establecen entre ellos dentro del microcosmos rural toman al bosque como protagonista central. En fin, aquí tienen El bosque animado, (ripeada de nuestro dvd original) una gran película española que completa nuestro admirado recuerdo al gran Alfredo Landa. 

Vocabulario Fundamental. Bosques (5) Fuego en el bosque

“La fraga murió. En A Capela no quedó nada sin arder. Donde había verde, hay cenizas”



Los incendios que en los últimos días han arrasado más de mil hectáreas del parque natural de As Fragas do Eume y zonas aledañas
y han acabado con buena parte del más importante bosque atlántico costero europeo, (un ecosistema irremplazable, con una gran biodiversidad de flora y fauna) han anticipado uno de los recurrentes problemas medioambientales de nuestro país, los incendios premeditados que cada año, inexorablemente, asolan los bosques ibéricos.

Nadie en Galicia duda que los terribles fuegos que han devastado buena parte de uno de los grandes tesoros naturales gallegos han sido intencionados. A la prolongada sequía y los millonarios recortes en prevención de incendios de la Xunta hay que añadir los intereses espurios que siempre están detrás de estos terribles atentados contra los ecosistemas, que suponen el 60% de los incendios que se suceden todos los años en España.

En este caso, se ha denunciado que los montes están ardiendo en «zonas eólicas» y que quemar el parque natural Fraguas do Eume «beneficia» al proyecto de celulosa de As Pontes, al plan de restauración de la mina en esta localidad coruñesa, a las minas de andalucita o al proyecto de nuevo embalse en el Eume. Sólo decididas medidas políticas, policiales y penales contra estos actos infames podrán evitar que sigan ardiendo los bosques debido a la miserable codicia humana. Ahora ya sólo las cenizas y los troncos humeantes dan fe de que en las Fragas do Eume antes bullía la vida.



El bosque protector. Incendios forestales: quemar el futuro

Vocabulario Fundamental. Bosques (4) Los bosques de siempre

Del blog El Blog y la Tierra, de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente

Bosques de siempre | Guillermo Ramcés

Al entrar en un bosque se tiene la impresión de haber estado antes en él. No importa que especie de árboles lo conformen, ni si está tapizando un valle o sujetando una ladera. Es su misterio, su aire, su rumor o su silencio, los que los unen a recuerdos que parecían olvidados, pero que estaban dormidos en lo profundo de nuestro corazón.

Los bosques son soporte de vida, tanto la de los seres que los pueblan, de las especies vegetales que conforman sus frondas, o la de las gentes que habitan en su entorno. Su benéfica influencia se extiende mucho más allá para poner de manifiesto su universalidad.

Dicen que los árboles no nos dejan ver el bosque y es cierto. El bosque es mucho más que un conjunto de árboles. Es un ejemplo de convivencia de especies animales y vegetales que se adaptan y evolucionan para sobrevivir y conservar potenciando, sus cualidades naturales. Pero la sociedad, durante siglos, los ha considerado como fuente inagotable de riqueza y han sido sobreexplotados sin pensar en el futuro. Han conseguido que los árboles nos sigan impidiendo ver el bosque.

Actualmente la conciencia social sobre la Naturaleza se está potenciado, y por ello tenemos la oportunidad de contribuir a que los bosques de hoy puedan seguir siendo semejantes, en diversidad belleza y variedad a los boques de ayer y esto se logrará en la medida del convencimiento que tengamos de que, conservación y supervivencia, son una misma cosa. Afirmo: el porvenir de los bosques está tanto en nuestro corazón como en una decidida voluntad de acción para contribuir a que los bosques de hoy sigan siendo semejantes a los de ayer, a los bosques de siempre.

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