Vocabulario Fundamental. Justicia e Injusticia (13) ‘Ciutat morta’, de Xavier Artigas

» No sé si hay justicia y cada vez sé menos qué es la justicia. Lo que tengo claro es que no está en los juzgados. ¿Si se va a hacer justicia? Ya ni siquiera me importa. A veces, y especialmente después de la muerte de Patri yo lo que busco es venganza. La justicia para mí ha perdido sentido. Después de la cárcel… Yo me voy a vengar de todo esto. No sé cómo, no hablo de una venganza necesariamente violenta, típica… Pero sí hacer algo para volver a sentirme bien y decir ‘he logrado algo de equilibrio'»
Rodrigo Lanza

Tenía muchas ganas de ver este documental por lo que ya había leído sobre él y su impacto en la sociedad catalana y también por quienes me lo habían recomendado, como mi amiga barcelonesa Nuria. Un documental que comenzó proyectándose en julio de 2013 en un cine abandonado del centro de Barcelona en un edificio rebautizado Cinema Patricia Heras, una chica que se había suicidado dos años antes. Un film que sería promocionado por la concesión del premio al mejor documental en el Festival de Cine de Málaga 2014 y que sólo fue programado en TV3 hace unas semanas (y con cinco minutos censurados) por el clamor popular que así lo exigía. Pero ¿quién era Patricia Heras? ¿Por qué se quitó la vida y qué tiene que ver Barcelona con su muerte? Esto es exactamente lo que se quiere dar a conocer con este documental de gran impacto mediático: que todo el mundo sepa la verdad sobre uno de los peores casos de corrupción policial, política y judicial en la capital catalana, la ‘ciutat morta’. 

Uno de los peores casos de corrupción policial

La noche del 4 de febrero de 2006 terminó con una carga policial en el centro de Barcelona. Fue en los alrededores de un antiguo teatro okupado en el que se estaba celebrando una fiesta. Entre los golpes de porra, empezaron a caer objetos desde la azotea de la casa okupada. Según relató por radio el Alcalde de Barcelona pocas horas después, uno de los policías, que iba sin casco, quedó en coma por el impacto de una maceta.Las detenciones que vinieron inmediatamente después del trágico incidente nos relatan la crónica de una venganza.Tres jóvenes detenidos, de origen sudamericano, son gravemente torturados y privados de libertad durante 2 años, a la espera de un juicio en el que poco importaba quién había hecho qué.

Poco importaba que el objeto que hirió al policía hubiera sido tirado desde una azotea mientras que los detenidos estaban a pie de calle. Otros dos detenidos aquella noche —Patricia y Alfredo— ni siquiera estaban presentes en el lugar de los hechos: fueron detenidos en un hospital cercano y hallados sospechosos por su forma de vestir y en caso de Patricia, por llevo un peculiar y muy personal corte de pelo. Poco importaba si había pruebas o evidencias que exculpaban a todos los acusados. En aquel juicio no se estaban juzgando a individuos sino a todo un colectivo.Se trataba de un enemigo genérico construido por la prensa y los políticos de la Barcelona modélica. Barcelona, la ciudad que acababa de estrenar su llamada “ordenanza de civismo”, una ley higienista, marco legal perfecto para los planes de gentrifcación de algunos barrios céntricos, destinados al turismo. Los chicos detenidos aquella noche eran cabezas de turco que encajaban perfectamente, por su estética, con la imagen del disidente antisistema: el enemigo interno que la ciudad modélica había ido generando aquellos últimos tiempos.

Años después, dos policías son condenados a inhabilitación y penas de prisión de más de 2 años por haber torturado a un chico negro. La sentencia demuestra que los agentes mienten y manipulan pruebas durante el juicio. Para encubrir las torturas, acusan al joven de ser traficante de drogas, pero el juez descubre un montaje: el negro es en realidad, hijo de un diplomático: el embajador de Trinidad y Tobago en Noruega. Estos agentes resultan ser los mismos que habían torturado a los jóvenes detenidos aquella noche del 4 de febrero de 2006 y algunos de los testigos que declararon en su contra durante el juicio. El mismo modus operandi en ambos casos. La única diferencia: el origen social de las víctimas. La enésima historia de impunidad policial, acompañada por buenas dosis de racismo, clasismo y la vulneración de derechos fundamentales, todo ello amparado por un sistema judicial heredero del régimen franquista y unos políticos obsesionados con el negocio inmobiliario que brinda la Marca Barcelona a costa de sus ciudadanos.

Patricia Heras, la poeta difunta

Más allá de la ciudad de Barcelona, el personaje principal de Ciudat Morta es Patricia, a quien vamos conociendo a través de su poesía y el testigo de sus amigas y exparejas sentimentales. Se trata de una joven estudiante de literatura, extremadamente sensible, que esconde sus inseguridades detrás de una estética excéntrica, alimentada por la cultura queer con la que se identifca.

La experiencia que le atraviesa a partir de aquella mañana del 4 de febrero de 2006, cuando es detenida junto con su amigo Alfredo en un hospital, da un giro radical a su vida. Dos años de angustia a la espera del juicio, agotando todos los ahorros de su vida para pagar abogados. Tres años de condena en la cárcel. Aparte de destrozar su vida, estos hechos disparan su productividad literaria que va quedando registrada en un blog que titula de forma premonitoria: Poeta Muerta.

Patricia se suicida durante una salida de la cárcel, en abril del 2011. Esta película pretende ser un homenaje a ella.

Vocabulario Fundamental. Olvido (9) Évole y ‘los otros olvidados’

‘Los otros olvidados’. Este es el significativo nombre elegido para el programa de ‘Salvados’ dedicado la ley de dependencia, una norma marcada por los drásticos recortes del gobierno que han puesto en situación muy difícil a un colectivo tan vulnerable y han muerto muchas personas que esperaban ser atendidas. El programa de Jordi Évole muestra casos tan dramáticos como el de Verónica Estevan, que dejó su trabajo como directora de recursos humanos para cuidar de su madre o el de Eustaquio y Antoñita, un matrimonio que no puede permitirse los cuidados de un profesional las 24 horas del día y que ha tenido que recurrir a sus ahorros y a sus hijos para vivir. Otro de los testimonios es el de Jaume Martorell, un joven dependiente muy crítico con la actitud de los políticos. «Nos quieren mandar otra vez al cuarto oscuro de la sociedad», explica uno de ellos. ¿Estamos en recuperación como nos vende el gobierno? En este país hay gente que siente que se ha quedado fuera. Ellos son los olvidados de la recuperación.

Hasta nunca, Ana Mato

Dimitió (o la dimitieron) Ana Mato, la patética ministra de Sanidad de Rajoy, por la implicación al menos a a título lucrativo, en la trama Gurtel. La responsable del fin de la universalidad de la Sanidad Pública (dejando a más de cien mil inmigrantes sin tarjeta sanitaria), del recorte de 2500 millones de euros en dependencia y por tanto responsable de que miles de dependientes hayan fallecido o lleven unas vidas miserables esperando ayuda o tratamiento, de una reforma sanitaria impresentable que ha sacado a la calle durante meses a centenares de miles de profesionales sanitarios en su contra, que ha desmantelado el sistema sanitario, la ministra del copago-repago, de la nefasta gestión de los afectados por hepatitis C, de su vergonzante no-gestión de la crisis del Ébola, presunta corrupta, incompetente y lerda, tontipija y ascopena, lo mejor que ha salido de ella es su imitación por parte de Joaquín Reyes y ahora, su dimisión. 

Vocabulario Fundamental. Fraude (17) El pequeño Nicolás

Estos tiempos de esperpento y estupefacción diarios que se suceden en la España contemporánea nos están dando para conocer personajes representativos del más reaccionario estrato de la sociedad española, como este jovezno neoliberal que las hemerotecas ya recogían con quince tiernos añitos, empujando reporteros de CQC para Esperanza Aguirre, cuando comenzaba su doctorando en fraudes, imposturas y estafas. Y lo hacía en el mejor entorno para ello, en esa casta social neoliberal y codiciosa donde nadie puso nunca en duda su estrafalario currículum, nadie demostró un atisbo de inteligencia o sentido crítico para cuestionarle, el perfecto ecosistema donde poder medrar explotando, justamente, los defectos de sus admirados. Siendo como ellos, igual de postizo, de chupacámaras, de frívolo, de clasista, de embaucador, con un tren de vida desbocadoigual que los suyos, que ahora le niegan. Y con la misma impunidad. Porque un poco por esa simpatía despertada en muchos y otro poco por el recelo de los empresarios estafados a dar su nombre (y por consiguiente a denunciar), nos encontramos con que este individuo se encuentra en libertad a pesar de estar acusado de falsificar informes del CNI y hacerse pasar por miembro del mismo y del Gobierno.

De sus andanzas hemos podido ir conociendo por sus numerosas fotos con toda suerte de prebostes conservadores y los numerosos artículos, memes y disquisiciones sobre su abrupta aparición en la vida pública que se han sucedido desde su descubrimiento doblando la cerviz ante el rey hasta ser detenido por policías nacionales, a alguno de los cuales intentó sobornar prometiendo cargos de ministro en Guinea (!). Nos quedamos con las reinterpretaciones de Joaquín Reyes en El Intermedio y Raquel Martos en Infolibre de este penúltimo síntoma de putrefacción del sistema. Reír por no llorar. 


Muy fan de… Francisco Nicolás


Francisco Nicolás, criatura, solo faltabas tú en esta tragicomedia ibérica que no acaba nunca. Estoy dudando entre llamar a la Supernanny para que te de un repaso, o abrir una petición en Change.org para que te dediquen una rotonda. Que un pezqueñín con cara de recién pescao consiga que piquen el anzuelo ciertos peces gordos, tiene mérito. Muy fan.

Tus hazañas nicolasianas ponen en entredicho tu catadura moral y la salud de esa cabecita que hay debajo de tu melena. Pero hace lo propio con la perspicacia de los estafados por un trilero sub-21, la honradez de los que se ponían en tus manos para que les sacaras de algún lío, la integridad de los que se dejaban enredar a cambio de un enchufe y la listeza de los listillos que, con tal de pillar cacho, se fían del primer timador veinteañero que les hace ojitos y les susurra cantidades bonitas de dinero al oído.


A saber:

–Estafaste, presuntamente, a un empresario 25.000 euros por las gestiones para la venta de una finca en Toledo.

–Levantaste, presuntamente, 65.000 euros a otras “víctimas” con excusas variadas: 10.000 para organizar un desayuno informativo –se llevó a cabo, aunque presiento que no te dejaste toda la pasta en churros–; 54.000 de un préstamo que devolverías en breve con intereses; y lo mejor, 1.000 euros para comprar entradas pa’ la final de la Champions, prometiéndole al que soltaba la tela una cita con Amancio Ortega.

–Contactaste con el abogado de la dinastía Pujol haciéndote pasar por un enviado del CNI y la Vicepresidencia del Gobierno y le exigiste la pela a cambio de gestiones para mejorar la situación judicial del exhonorable. El letrado no tragó, chico listo, o igual le enseñó una foto tuya a la férrea Ferrusola y le ordenó que te mandara a la merda.

–Miguel Bernard, secretario general de Manos Limpias, dice que le visitaste para convencerle de que convenía que no imputaran a la infanta Cristina… Ah, y le aseguraste que tenías el móvil de don Juan Carlos porque te lo había dado Carlos García Revenga, exsecretario personal de las infantas. Sublime.

–A una de tus “víctimas” le contaste que eras testaferro del rey Felipe VI y que éste quería comprar su empresa por 25 millones de euros. Me imagino a su majestad, que no gana para disgustos con la familia, recién levantado, leyendo en pijama su nombre junto a la palabra “testaferro”, con los pelos de punta como su homólogo Don King. Te digo yo que a Letizia, esa mañana, se le atragantaron los tres huevos de la dieta Perricone.

Que te hicieras pasar por asesor del Gobierno dice poco de los que tragaron con la idea de que un pipiolo a medio formar pudiera contribuir a tomar decisiones gubernamentales ¿o… dice mucho? ¿Acaso el nivel que presumen a los asesores de los que dirigen es así de bajo? ¿Será que hay más Franciscos Nicolases en esos puestos y por eso no chirría tu presunta presencia? Eso explicaría algunas decisiones de los que mandan…

A lo de hacerte pasar por agente de CNI, le veo más encaje con la realidad, porque para colar un espía el susodicho debe parecer todo menos eso. Una Mata Hari enseñando ombligo, con su diadema de pedrería cayendo sobre la frente y fumando en boquilla larga, cantaría la Traviata en estos días, pero un chavalito con cara de pasmadín, peinado de Nuevas Generaciones style y arregladito como pa ir a ligar a lo que fue Pachá, en sesión de tarde, es el despiste perfecto. Ni Mortadelo disfrazado de nazareno resultaría menos sospechoso.

En tu declaración ante la policía, ofreciste tal cantidad de nombres y datos, que los agentes pidieron al mismísimo CNI que aclarara si tenías que ver algo con la Inteligencia del país, a lo que los responsables respondieron en plan Anthony Blake: “El testimonio de este muchacho es fruto de su imaginación”.


Lo que no parece fantasía tuya es que, al menos en una ocasión, te trasladaste en un vehículo oficial del Ayuntamiento de Madrid. Fue durante aquella excursión a Ribadeo, donde se supone aparecería el rey. Te acompañaba un escolta del Ayuntamiento, que ha sido apartado de la unidad y están investigando si había otro más en aquel coche en el que disfrutabas haciéndote selfies desde el asiento de atrás, como una Miss Daisy 2.0.

Nos queda tanto por saber… por qué tenías placas de la policía, sirena oficial y acceso a lo inaccesible. Qué hay detrás del alquiler de ese chalet de lujo en el Viso donde te montabas tus business y tus fiestas. Habrá que dilucidar, en fin, si eres un impostor que va por libre o un síntoma de algo más preocupante…

A estas alturas, yo no sé si lo tuyo es para reír –leo en El Mundo que tu defensa más fuerte en este momento es una amiga tuya apodada La Pechotes– o para llorar –te detuvieron en casa de tu abuela nonagenaria–.Para reflexionar es, desde luego, y para mear y no echar gota, también.

Si a la sentencia: “tenemos los líderes que nos merecemos” sumamos ésta otra: “tenemos los impostores que nos merecemos”, el resultado es que hemos debido de ser muy malos en la vida anterior y nos merecemos este infierno. Dios mío, esto es un infierno. Veo jetas por todas partes