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Vocabulario Fundamental. Justicia e Injusticia (13) ‘Ciutat morta’, de Xavier Artigas
Uno de los peores casos de corrupción policial
Los enigmas de China (8) Hong Kong, paraguas por la democracia
El hombre del paraguas’. Intervención artística que evoca a la diosa de la democracia y la libertad de los estudiantes de Tiananmen
En Portada. «Hong Kong, paraguas por la democracia»
Jóvenes tras la estela de Martin LeeLa última vez que estuve en Hong Kong fue solo unos meses antes de que se produjese su traspaso de soberanía del Reino Unido a la República Popular China. En mi regreso para realizar este En Portada he comprobado que si entonces tuve la sensación de estar en un territorio con más sabor chino que británico, lo sorprendente es que en esta ocasión lo he percibido más británico, o mejor más internacional, que chino. Como comentaban algunos expertos, se esperaba que con el retorno a China los hongkoneses aprendiesen, sobre todo los jóvenes, a amar a la madre patria, pero eso no ha sucedido y aunque se sienten chinos, añaden que son de Hong Kong.
Fue en 1996 también cuando conocí a Martin Lee, fundador del Partido Democrático y “padre de la democracia de Hong Kong”, calificativo que él rechaza. Entonces, parecía que solo él y algunos más luchaban por las libertades en un Hong Kong más preocupado por las finanzas, la economía y los negocios. Hoy, Martin Lee sigue siendo una figura importante del movimiento pro democracia, pero ya no está solo y son los jóvenes los que ahora enarbolan la lucha.
Un movimiento nacido y crecido en casa
El centro financiero de Hong-Kong, convertido en improvisada galería de arte desobediente.
El régimen comunista en Pekín y el ejecutivo de Hong Kong optaron por no hacer concesiones y esperar a que el cansancio hiciese mella en los propios manifestantes y que la población terminase exigiendo su desalojo por las molestias y atascos que provocaban. Y esa estrategia ha dado resultado, al menos de momento. Las calles volvieron a la normalidad y los estudiantes a las aulas a mediados de diciembre.
Vocabulario Fundamental. Inteligencia (10) La malograda inteligencia (y vida) de Aaron Swartz
Tras su primer día en la Universidad de Stanford donde fue invitado cuando tenía 17 años, se presentaba así en su blog personal:
«Pienso mucho las cosas y me gusta que otros hagan lo mismo. Trabajo por las ideas y aprendo de la gente. No me gusta excluir a nadie. Soy un perfeccionista pero no dejo que eso se interponga en las publicaciones. Salvo por la educación y el entretenimiento no desperdicio mi tiempo en cosas que no causaran impacto, intento ser amable con todo el mundo pero odio que no me tomen en serio. no siento resentimiento (no es productivo) y aprendo de mis propias experiencias. Quiero hacer del mundo un lugar mejor.»
En julio de 2011, tras descargar y compartir ilegalmente cuatro millones de artículos académicos del portal del MIT (el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachussets, que sale mal parado de este caso, al igual que la Administración Obama…) fue acusado con varios cargos federales de piratería informática y perseguido con saña por el Departamento de Justicia USA, que lo tomó como chivo expiatorio contra el activismo web. El proceso judicial que comenzó contra él no solo le arruinó sino que le hizo enfrentarse a una desproporcionada pena de hasta 35 años de cárcel y una multa millonaria que probablemente se llevaría por delante también a su familia. Suponemos que la posibilidad de ver cercenada su libertad y su creatividad se sumaron a sus tendencias depresivas (la cara B de su enorme talento…) para hacerle acabar con su propia vida. Hace cuatro años, el 11 de enero de 2013, cuando contaba 26 años de edad, Aaron Swartz apareció muerto en su apartamento de Brooklyn, tras aparentemente haberse ahorcado.
«Aaron está muerto. Caminantes de este loco mundo, hemos perdido a un mentor, a un sabio. Hackers por derecho, somos uno menos, perdimos a uno de los nuestros. Padres todos, perdimos a un hijo. Lloremos».
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New Order – New Monday
How does it feel To treat me like you do When you’ve laid laid your hands upon me And told me who you are I thought I was mistaken I thought I heard your words Tell me how do I feel Tell me now how do I feel Those who came before me Lived through their vocations From the past until completion They will turn away no more And I still find it so hard To say what I need to say But I’m quite sure that you’ll tell me Just how I should feel today I see a ship in the harbor I can and shall obey But if it wasn’t for your misfortunes I’d be a heavenly person today And I thought I was mistaken And I thought I heard you speak Tell me how do I feel Tell me now how should I feel Now I stand here waiting I thought I told you to leave me While I walked down to the beach Tell me how does it feel When your heart grows cold (grows cold, grows cold, grows cold)
Gabilondo – Harto de estar harto
Vocabulario Fundamental. Humor (15) ‘Charlie Hebdo’ o el humor como arma contra el terror
Je suis ‘Charlie Hebdo’
Javier Gallego – El diario.es 08/01/2015
Es incontrolable como el baile que brota del cuerpo. Y qué es la carcajada sino el baile del cuerpo y de la cara que brota de la alegría de estar vivo, aunque estés hecho papilla. El humor nos salva incluso de lo que más nos duele. Y por eso es tan importante preservarlo y por eso hemos reaccionado indignados frente a la atrocidad cometida contra la prensa satírica. Porque creo que las personas libres entendemos que atacar a nuestros bufones es atacar al corazón mismo de la democracia. No hay demos, no hay pueblo, si no sabemos reírnos juntos. Juntos frente a los que nos separan.
El humor que se atreve a reírse del que más tiene y más puede, del que menos tolera y menos comprende, es la última frontera que nos separa de la oscuridad, la tiranía y la barbarie. Los humoristas de Charlie Hebdo, y tantos otros que lo siguen haciendo cada día, no dudan en defender esa frontera con sus lápices, su valor y su ingenio. En los últimos años de constantes ataques a la libertad, nos están dando constantes lecciones de dignidad y valentía frente al miedo. En España, desdeHermano Lobo a El Papus, de Orgullo y Satisfacción a Revista Mongolia, los cómicos se han enfrentado mejor que los periodistas a los insultos, amenazas, censuras, incluso atentados. Hoy más que nunca hay que defenderlos a ellos porque si nos quitan la posibilidad de reírnos de quien nos hace llorar, nos quitan el único aire que nos queda libre.
Son malos tiempos para la libertad en toda Europa, amenazada no solo por el yihadismo islámico, también por el yihadismo económico. En España se nos quiere amordazar, los países más pobres viven amordazados por la austeridad y a los griegos les quieren amordazar las manos para que, en lugar de votar libremente, recen a la señora Merkel. Frente a la libertad, el miedo, como explica maravillosamente Maruja Torres en la sublime columna que precede estas líneas (no dejen de leerla). Miedo al cambio, a los kalashnikovs terroristas o al Banco Central Europeo. Pues, bien, frente al miedo, el conocimiento nos protege, la información nos ilumina, la reflexión nos estimula y el humor nos hace fuertes. Debemos hacernos más fuertes después de cada ataque. La única respuesta es no doblarse, como dice Maruja.
Ayer no lo hicimos. “Hemos matado a Charlie Hebdo”, gritaban los asesinos al salir del edificio de la revista. Inmediatamente, en las calles, en Francia, en muchas partes del mundo, se produjo una respuesta para desmentirlo. Dibujantes, periodistas, ciudadanos, levantaron un cartel con un mensaje irrevocable: ‘Je suis Charlie Hebdo’, ‘Yo soy Charlie Hebdo’. Pueden silenciar, expulsar, censurar, matar, degollar, pero siempre habrá otros que sigan hablando. Y si lo repitiésemos más a menudo, seríamos menos vulnerables. Es una tragedia que hayan tenido que morir doce para que lo recordemos. En cualquier caso, Charlie Hebdo sigue vivo.