Signo de los tiempos
Vocabulario Fundamental. Bosques (9) La gente del bosque III Pigmeos, la agonía del dios verde
Mucho antes de la llegada de los pueblos negro bantúes hacia el año 1000 a.C., en lo más profundo de los bosques ecuatoriales, vivían los primeros habitantes del continente africano: los pigmeos. Ellos son un testimonio vivo de nuestra propia prehistoria. Estos pueblos siempre fueron nómadas selváticos, no conocieron otro mundo fuera de las selvas centroafricanas. Son pueblos felices que siempre han vivido en armonía con su entorno, uno de los pueblos más longevos del mundo gracias a la farmacopea de la selva, su propio dios que les observa y protege, quien vigila que su comportamiento sea armónico con los seres que la conforman.
Sin embargo desde la llegada del colonialismo europeo en la forma del infame Leopoldo II de Bélgica (sobre el que tenemos un post pendiente) la vida de muchos de ellos comenzó a cambiar, a peor. A pesar de que aguantaron mejor los embates del esclavismo que los pueblos indígenas que vivían fuera de los bosques, su habitat y su divinidad lleva décadas siendo devorado por las madereras, especialmente desde los años noventa. No lo entienden, nada pueden hacer, y aunque aún quedan unos 5000 se han convertido en un pueblo sin esperanza , sin futuro. Este documental de José Manuel Novoa realizado en 2011 recoge la impactante historia y costumbres de los últimos pigmeos, acorralados en su propio hogar a causa de la tala indiscriminada que depreda su hogar y su modo de vida.
Vocabulario Fundamental. Extinción (34) ‘The age of stupid’, de Franny Armstrong
Si la elección hubiera sido al contrario Estados Unidos (y con ello el mundo) el puesto con mayor poder y capacidad de influencia del mundo hubiera tenido el primer presidente realmente concienciado del cambio climático antropogénico, en el momento y con los medios adecuados para hacerlo, en lugar de esa calamidad para su país y el planeta que fue Bush. Quizás aquella oportunidad perdida es la que hoy nos lleva a ‘The age of stupid’.
El mundo está devastado en el 2055 debido a una crisis del clima que no pudo detenerse en el momento oportuno. En algún momento tuvimos la oportunidad de hacer algo (y eso pudo ocurrir en aquella elección) pero no se hizo. Un archivista anacoreta en una plataforma perdida en el mar de Noruega es quien se hace esa pregunta cuando ya, por desgracia, es demasiado tarde. Este es el planteamiento de este sci-fi documental de la británica Franny Armstrong realizado en 2008, interpretado por el ya desaparecido actor británico Pete Postlethwaite y presentado en 2009 en premieres apoyadas por Greenpeace en 25 países. En él se planteaba la ucronía definitiva sobre los colapsos que en nuestro mundo puede provocar el calentamiento global en las próximas décadas, la autodestrucción de las civilizaciones humanas por no haber sabido enmendar a tiempo los comportamientos que nos están llevando a crear nuestro propio armaggedon. Lúcido, incómodo y pesimista ante el futuro que nos espera. Sixth extincion is coming up.
Nuestra era
Creación audiovisual en corto (28) ‘Noah’, de Walter Woodman y Patrick Cederberg
En la web de cortometrajes Cortosfera en su sección Corto del mes encontramos un artículo sobre «Noah», una excelente producción canadiense de dos directores noveles con mucho talento que cartografía con precisión las interacciones tecnológicas, sociales y emocionales del adolescente contemporáneo. Está en inglés sin subtítulos pero se entiende bien.
El corto del mes – Noah
Walter Woodman, Patrick Cederberg (2013) Canadá
Contra todo lo que pueda parecer a priori, nos encontramos ante un cortometraje terriblemente dinámico, por mucho que esté construido sobre dos únicos y larguísimos planos secuencia, a lo largo de los cuales se va desplegando un torrente de pantallas y conversaciones superpuestas en paralelo que inundan de frenética vitalidad la historia. La diversidad de formatos audiovisuales que salpica Noah refleja un mundo poliédrico inundado de imágenes, sonidos, textos, conversaciones, confidencias, canciones, sin que nada de todo esto sea cierto por sí sólo, ni tampoco falso en su totalidad a la hora de conocer a Noah. Nuestra visión de esa realidad y su personaje central surge precisamente de la acumulación de los perfiles y de sus fricciones internas, que se añaden, se restan o entran en contradicción. Las redes sociales, viene a ejemplificar Noah, han permitido construir diversas identidades, o en todo caso, escindir y compartimentar los diversos aspectos de una personalidad sin apostar sólo a un número.
Sólo así es como podemos conocer un poco a Noah y ese mundo adolescente del que emerge no se sabe bien si como ejemplo o como síntoma, pero en todo caso como el dibujo representativo de una inmensa minoría gris y acomodada de adolescentes a quienes se les han abierto nuevas puertas para explorar sus relaciones, expresar sus interioridades e interaccionar con el mundo gracias a la ventana de la pantalla del ordenador. También de crear un espacio propio, casi secreto, que a los adultos les resulta inaprehensible, cuando no sórdido y pernicioso. Y es que, por si no se han dado cuenta, una de las virtudes deNoah es codificar de otro modo, a través del tamiz de los nuevos lenguajes, usos y espacios de comunicación, las mismas obsesiones que han preocupado al cine adolescente de toda la vida. Noah refleja la búsqueda de la identidad, del afecto y el prestigio propias de la edad; lo que pasa es que la apuesta de Walter Woodman y Patrick Cederberg sobresale muy por encima de otras en frescura y precisión. Noah establece como axioma la identificación de su personaje protagonista con su ordenador. Sólo a través del segundo podemos penetrar en el primero. Evidentemente, Noah tiene un mundo aparte en el que vive y se mueve, pero que se elude en todo momento. El propio arranque de la película lo deja claro, con un primer plano que requiere la contraseña para entrar en el ordenador de Noah. A partir de aquí, lo que no ocurre en el contexto virtual es como si no existiese en realidad, invirtiendo los términos, del mismo modo que para otras generaciones lo que no sale en la televisión, la radio o los periódicos, no existe o carece de interés. Y al revés: todo lo que allí aparece es interesante por naturaleza.
Y aquí es donde llega otro de los hallazgos del corto: un carrusel de personajes solitarios, pervertidos, exhibicionistas, entrañables, alegres, enfadados que brota de un programa de chat aleatorio nos abre una mirilla a distintos Noahs en encuadres del mismo tamaño, mirándose de igual a igual; todos particulares y concretos, pero todos unidos por el mismo deseo de conectar con un mundo exterior, mayor que la habitación que cada uno ocupa. Un mundo extenso, anónimo, impune e imprevisible al que huir cada noche y donde, tal vez, se pueda hallar escondida la felicidad.
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Las dos Ucranias luchan y ¿se dividen?
Llegamos a Kiev cuando estaba amaneciendo. El hotel estaba en el epicentro de las revueltas, así que, por seguridad, la puerta principal estaba cerrada y las luces apagadas. Había que entrar por una pequeña puerta. Y así, en medio del cansancio y el mucho frío, y una sensación de irrealidad, empecé a ver pasar, mientras bajábamos las maletas, a hombres con cascos, mascarillas y bates o palos. Todo con un toque de surrealismo. No imaginaba que, en los días siguientes, iba a vivir un incesante ir y venir de gentes que no paraban de hacer cosas. Allí estaba también mi compañero de Moscú, Carlos Franganillo, que llama en broma a los revolucionarios Lemmings, porque no paran en ningún momento.
Y el paramilitarismo que se observa en ciertos grupos del movimiento de protesta es muy preocupante ante la amenaza de que la extrema derecha pueda sacar partido de la situación.Pero, cuando salíamos de territorio ocupado, estaba claro que la vida seguía con normalidad en el resto de la ciudad y en el país, aunque es, lógicamente, una normalidad engañosa, porque, en el fondo, nadie sabe cómo va a salir Ucrania de ésta. Se notaba claramente que las fichas del tablero del ajedrez geopolítico y geoestratégico se movían en un juego más allá de Euromaidán, entre Estados Unidos y la Unión Europea y Rusia, y que los partidos políticos de la oposición han perdido el control de la calle. Me resultó curioso comprobar que el que parece llevar la voz cantante en el centro de prensa de Euromaidán es un norteamericano.
Visitamos también el campamento de los partidarios de Yanukovich que, ¡oh casualidad!, está al lado del parlamento, en la zona gubernamental, ésa a la que no dejan acercarse a los manifestantes opositores. Ellos se mantienen firmes en que el presidente fue elegido democráticamente -lo cual es cierto, otra cosa es la deriva que ha tomado desde entonces el régimen- y que los opositores deben esperar a que se celebren los próximos el año que viene, cuando toca. Las posturas son difíciles de reconciliar pero, ciertamente, a pesar de que se han querido hacer sonar “de forma interesada” tambores de guerra civil, no es esa la sensación que se tiene cuando se habla con los dos bandos.
Por la aprobación de la Tasa a las transacciones financieras
En Portada – La capital de los trapos
En Portada. «La capital de los trapos»
Es posible que, desde hace algún tiempo, se haya preguntado por dos hechos novedosos o sorprendentes. Uno, en los mercadillos y en diversas tiendas, se encuentran prendas Made in Italy a precios muy asequibles. Dos, en las perchas y en los estantes la ropa de temporada se renueva con mucha frecuencia, de tal forma que es posible que dentro de unas o varia semanas encuentre modelos nuevos y los anteriores hayan desaparecido.
‘Pronto moda’, capital Prato
El negocio de la moda ha cambiado y han nacido nuevas forma como la llamada pronto moda, la ‘moda rápida’, cuya capital es Prato. Esta ciudad, cercana a Florencia, tiene una tradición textil secular y sus tejidos han gozado y gozan de renombre internacional. Pero esta nueva moda no tiene nada que ver con su industria tradicional, basada en talleres artesanos e industrias familiares, sumidos en una profunda crisis que, en la última década, ha acabado con la mitad de ellos.
Según la periodista pratense, Silvia Pieraccini, que ha investigado el ‘distrito chino de Prato’, se trata de un negocio que produce a diario un millón de prendas y mueve al año más de 2.000 millones de euros, al menos la mitad de ellos en negro. Silvia Pieracchini asegura que este distrito, cuyo emblema es Macrolotto, ha nacido y crecido en la ilegalidad económica y ha tejido una criminalidad organizada. Un negocio del que también se han beneficiado muchos pratenses, que alquilaron sus naves y vendieron sus máquinas a los chinos.
Vocabulario Fundamental. Extinción (18) ¿Ha comenzado ya la sexta extinción?
Victor Hugo
Publicamos un post que encontramos en la web Energy Puzzle sobre un artículo escrito en la prestigiosa revista Nature por un conjunto de 22 científicos internacionales de todo pelaje, (biólogos, ecólogos, climatólogos, bioquímicos…) sobre el más que probable colapso ecológico a nivel planetario que puede sufrir nuestro planeta en las próximas décadas de continuar las sociedades humanas ejerciendo su presión creciente sobre los ecosistemas naturales que rigen nuestro planeta.
Observando los cambios que se llevan sucediendo en las últimas décadas en el sistema Tierra, sin precedentes en la historia de la humanidad, la presión que el desbocado crecimiento demográfico y el enorme consumo energético (en gran medida aún dependiente de los combustibles fósiles) ejercen sobre los recursos naturales, los virulentos efectos del cambio climático antropogénico que extreman la meteorología en todo el mundo, además de la degradación y fragmentación sufridas por los ecosistemas, pueden acelerar el progresivo agotamiento en la capacidad de creación y regeneración de recursos por parte de la Naturaleza.
Tras sobrepasar ciertos umbrales críticos a partir de los cuales las calladas y vitales funciones de aprovisionamiento y regeneración con las que nuestro planeta nutre a las civilizaciones humanas pueden sufrir cambios bruscos e irreversibles, será cuando nos golpeen las insospechadas consecuencias de todo ello y cuando nos lamentaremos del daño causado al macrosistema que sostiene la vida en la Tierra. Y lo sufriremos nosotros pero sobre todo nuestros hijos, que en sus vidas adultas pueden vivir la distopía planetaria perfecta.
Una ‘critical transition‘ es la que de producirse no permite volver al estado previo. ¿Eso ya ha pasado? Pues al final de la última glaciación, hará unos 14.300 años (y que duró… 3.000 años). El Holoceno (que así se llama ese periodo geológico) acabó con la extinción de la mayoría de mamíferos grandes, como el mamut o el oso cavernario. El hombre que, ya llevaba un montón de años por el planeta, también habría colaborado en esa extinción, cazando mamuts o similares y arrasando zonas de cultivo. Otras ‘critical transitions‘ habrían sido las “Big Five’ mass extinctions” hace 450, 359, 251, 200 y 2 millones de años (por eso Barnosky habla de si esta será la sexta) que habrían acabado con el 75% de las especies. En la conocida como K/T, hace 65 millones de años, en la que se extinguieron los dinosaurios (parece ser que tras el impacto de un meteorito). Lo que plantean Barnosky y sus investigadores es una serie de ‘global scale forcings‘. En realidad, es otra versión de los modelos IPAT de los setenta de Ehrlich y Holdren. La ecuación explica que una población “P”, que consume “A” en función de la tecnología “T”, genera un impacto “I”: I=PAT. O sea, una reedición de la clásica trampa malthusiana.
Bueno, pues ahora resulta que la presión del crecimiento demográfico (9.000 millones en 2045-2050, a razón de 77 millones de nuevas personas al año) sobre los recursos, las transformaciones de los ecosistemas y su fragmentación, el subsiguiente consumo energético lleva como contrapartida el cambio climático. Todo esto, en su conjunto, habría superado la presión de la última era glaciar: entonces el 30% del planeta era hielo; hoy el 43% son terrenos agrícolas o urbanizados. Luego estaría también la apropiación de los humanos del 20-40% de la NPP (net primary productivity) de la Tierra. Esto sería la cantidad de materia orgánica que se produce por fotosíntesis y quimiosíntesis, o sea, los nutrientes básicos. El CO2 ha aumentado un 35% desde antes de existir los combustibles fósiles. Se han acificado los océanos (el pH ha bajado un 0.05) y la polución ha alterado la cadena de nutrientes en el mar,… ¿Seguimos?
Concreciones (64) 25-S, balance del Gobierno
No hay mañana (There’s no tomorrow)
Este trabajo llevó casi 7 años de desarrollo con algunas interrupciones. Fue dirigido por el animador profesional irlandés Dermot O’Connor, contando con el asesoramiento técnico de Richard Heinberg, Tod Brilliant, Albert Bartlett, David Pimentel, Jan Lundberg y Ran Prieur, entre otros.