Vocabulario Fundamental. Gorriones (7) Aquel gorrión del Café de Oriente

Hace ya algunos años de aquella estupenda serie documental Fauna Callejera que emitía RTVE a mediados de los noventa, en la que nos mostraba los pequeños tesoros vivientes que habitan nuestras ciudades pero aprovechando una publicación de su creador, Luis Miguel Domínguez («naturalista callejero hecho a si mismo y atento a todas las señales de vida»), en su Facebook para actualizar y publicar este post que teníamos bosquejado hace tiempo.

En él recuerda la historia que hace años protagonizaba un gorrión que se introducía cada mañana en el popular Café de Oriente en la plaza madrileña homónima, permaneciendo allí hasta el anochecer. El pájaro era capaz de determinar, según el número de personas que entraran o salieran del local, en qué momento podría acceder al Café atravesando el umbral de las dos puertas de que dispone. En un alarde de inteligencia y destreza el gorrión sabía que si entraba un solo cliente, una puerta se cerraría antes de abrirse la otra y podría quedar encerrado en los casi dos metros de separación entre ambas, por lo que sólo entraba o salía cuando entraban varias personas, cuando ambas puertas permanecían abiertas a la vez, unos breves instantes. La rutina adquirida por el avecilla era aceptada y consentida por el personal y los clientes del establecimiento (los que se percataban, claro), que probablemente veían con agrado el acuerdo de convivencia implícito entre aquel fragmentito de naturaleza viva y los atribulados urbanitas modernos. 

Sin embargo, hoy aquel bonito diálogo interespecies se ha perdido. Según las propias palabras del naturalista «después de morir este macho hizo lo mismo otro jovencito y estuvo varios años como él. En la actualidad ningún gorrión ha vuelto. Los propietarios y el personal del Café de Oriente, consideran que su café sin este ser ya no es la misma cosa.»

Vocabulario Fundamental. Animales (23) Animales invasores











‘Invasores’, un documental de Luis Miguel Domínguez. Las especies invasoras suponen una fuerte amenaza para la fauna autóctona en cualquier región del planeta. Triunfan por su agresividad -respecto a otros animales- y tienen una gran capacidad de adaptación. Sólo en Europa hay más de 11.000, de las que 1.400 habitan en España. 

Para reflejar la situación de las especies animales invasoras en nuestro país, el naturalista Luis Miguel Domínguez, director del programa ‘Biodiario’ que emite TVE, acaba de estrenar el documental ‘Invasores’, en el que se analiza los peligros que acarrean algunas de estas especies, como el mapache, el mosquito tigre, el cangrejo de río americano o el mejillón cebra.

http://vk.com/video_ext.php?oid=197564815&id=165486764&hash=f43db44db5ed0c74&hd=1

Vocabulario Fundamental. Extinción (9) Korubos y sentineleses: morir matando

En esta nueva entrada sobre las extinciones de nuestros tiempos ponemos foco sobre dos pueblos indígenas que han decidido plantar cara a su desaparición, enfrentándose con armas primitivas pero espíritu indomable a la marea civilizadora que todo lo engulle. Los Korubo, o “d’slala” (como se autodenominan) cuyas últimas poblaciones aún sobreviven en lo más profundo de la selva amazónica brasileña y los sentineleses, perdidos en una isla del archipiélago indio de Andamán, en el Golfo de Bengala, tienen razones sobradas para desconfiar del extraño civilizador.

Para conocerlos mejor integramos en nuestro post la entrada Korubo y Sentineleses: morir matando del muy recomendable blog Una antropóloga en la Luna. En ella la autora nos descubre por qué estos dos pueblos indígenas no han tenido otro remedio que defender su supervivencia a la fuerza pues han sido masacrados durante décadas por quienes ambicionan sus tierras y recursos.

A su entrada adjuntamos algunas imágenes y el documental Korubo, morir matando, del que habla la autora en su post y que fue programado por La2. En este gran documental de Luis Miguel Domínguez (asiduo en nuestro blog) es el primero realizado sobre estos indómitos indígenas amazónicos que habitan el Valle del Javarí (entre Colombia, Perú y Brasil) conocidos como «aplastacabezas» por tener la simpática costumbre de desfigurar a golpes la cabeza de sus enemigos con unos grandes palos de los que no se separan, pues piensan que en ella residen los malos espíritus (lo que tiene cierto sentido).

El naturalista madrileño, junto a su gran amigo Sydney Possuelo (de la FUNAI, Fundación Nacional del Indio) lograron contactar con los d’slala curando la malaria de su reina. En los nueve días que pudieron convivir con ellos descubrieron, tras vencer los primeros recelos, unas gentes afables, familiares y perfectamente adaptadas a la vida en la selva, que han sido perseguidas y arrinconadas durante décadas por buscadores de oro, madereros y compañías petrolíferas que ambicionan los tesoros de las tierras donde llevan siglos viviendo y a los que, como los sentineleses, no les ha quedado más remedio que defenderse, a muerte, de la extinción.



Korubo y Sentineleses: morir matando



Los Korubo

Mientras los reporteros se encontraban en uno de estos puestos de control de la Fundación Nacional del Indígena (Funai), situado entre los ríos Itaqui e Itui, a la espera de acercarse a los korubo, oyeron unos desgarradores gritos de socorro.

«La tranquilidad se rompió. Varios miembros de esta tribu aparecieron de forma repentina pidiendo ayuda para su reina, Maia, de la que decían que estaba en trance de muerte» relata Carmelo Encinas, director del canal de televisión Localia y miembro de la expedición.

Luis Miguel Domínguez (responsable de series documentales como Vietnam, vida tras la muerte, Amazonia, última llamada), Sydney Possuelo (jefe del centro de control) y una enfermera salieron en su ayuda. Emprendieron la marcha hacia el poblado, que se reduce a una maloca, cabaña de 140 metros cuadrados en la que viven unas 20 personas. Allí encontraron a Maia inconsciente. La reina de la tribu padecía un ataque muy fuerte de malaria.

Tras una larga caminata por la selva y una hora de navegación llegaron al centro de control, donde Maia fue atendida por la enfermera Maria das Gracias: “Yo no tengo al cien por cien ganada la confianza. Nadie tiene la plena confianza de los Korubo. Porque a ellos les cuesta confiar en los blancos. Yo tengo más dificultades para explicar a los míos, a los blancos, esta nueva situación, que a los Korubo. Porque ellos confían en los blancos desarmados y que se quedan aquí, que se dedican a ellos. Sin embargo en la sociedad blanca, por más que les explicas sólo piensan: nos abandona para vivir con los asesinos, que así es como se ven a los Korubo”

Los Korubo son conocidos como “caceteiros” (golpeadores) por sus largos palos que llevan siempre consigo para defenderse, y como los aplastacabezas: «Tienen la costumbre de machacar las cabezas de sus víctimas hasta desfigurarlas porque así alejan los espíritus de los enemigos», explica Encinas. Como otras muchas tribus, han tenido innumerables y sangrientos enfrentamientos con los madereros y buscadores de oro, de los que han tenido que defenderse después de sufrir continuas masacres que diezmaron drásticamente su población.

De acuerdo con la Funai, el registro más antiguo de una masacre de los Korubo está fechado en 1928, cuando más de 40 Korubo murieron. A fines del siglo XIX y principios del XX, comenzó la explotación económica al interior del Valle del Javari con la extracción del caucho. Muchos indios fueron obligados a trabajar en esta actividad como esclavos.

La expansión de la actividad maderera desde los años 50 hizo que el ejército los reprimiera duramente en favor de los empresarios. En la década de los años 70, un área considerable del interior del Valle estaba ocupada por ribeirinhos (poblaciones pescadoras de las márgenes de los ríos), quienes explotaban la mano de obra de los “indios dóciles” y exterminaban a aquellos grupos que demostraban resistencia, o “indios bravos” como los korubo.

Por si fuera poco, durante el mismo período, Petrobrás (empresa brasileña de generación de energía) inició una investigación de prospección sísmica, caracterizada por raleos en la selva y explosiones, obligando a los grupos aislados, entre ellos los Korubo, a dispersarse. Parece que a partir de entonces, decidieron que la única manera de sobrevivir era defenderse: morir matando, provocando la muerte a varios funcionarios, en respuesta a otros ataques y muertes perpetradas a sus miembros (en una ocasión mediante harina envenenada).

Mirándolo así, parece que la fama debería ser de “insubordinados” y no tanto de asesinos. Pero para ellos incluso el nombre korubo les parece despectivo: “A sí mismos no se llaman Korubo, sino “d’slala”, (el pueblo pescador). Mucha gente se pregunta por la esperanza de estos pueblos mal llamados primitivos. Pero son personas bien alimentadas y perfectamente integradas en su medio natural, ¿todos pueden decir lo mismo? Hoy cuatro hombres han pescado a mano, sin esfuerzo, 60 kilos de pescado para todos los miembros de su pueblo, a disfrutar a partes iguales” relata Luis Miguel Domínguez en el documental.

La recuperación de Maiá allanó el camino e hizo que los korubo, pese a su carácter hostil y receloso, abrieran a los reporteros las puertas de su pequeña aldea. «Antes de ir sabíamos que podíamos volver sin ninguna imagen. Era un gran riesgo, pero hemos tenido la suerte de haber filmado por primera vez a miembros de esta tribu», dice Encinas.

Durante los nueve días que estuvieron con los korubo se mostraron afables y les permitieron grabar imágenes inéditas, como la pesca de una mortal anguila eléctrica, la caza de monos y otras muchas habilidades para subsistir en la Amazonía, manteniendo siempre un gran respeto por la naturaleza: “Los d’slala recorren con sumo cuidado la playa alta donde las tortugas hicieron su puesta. Con los talones palpan el lecho hueco del ribazo, y cogen solo un 5% de los huevos que cada tortuga sembró. Después tapan de nuevo el nido. Hay que cuidar el mañana y estos cazadores recolectores no reconocen el verbo “esquilmar” No van a traicionar a la naturaleza que les da la vida.” explican en el documental. De esta historia surgió un gran documental, de calidad, pero sobre todo muy humano: “Los Korubo: morir matando” de Luis Miguel Domínguez.

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Los Sentineleses

Los sentineleses viven en su pequeña isla, Sentinel del Norte, en el archipiélago indio de Andamán, en el golfo de Bengala. Son una de las etnias indígenas andamanesas. Se cree que estos pueblos viajaron desde África hace unos 60.000 años. Desde entonces han vivido prácticamente sin contacto con otros pueblos, lo que les convierte en una de las etnias más aisladas y particulares del mundo y también una de las más hostiles. Ya en el siglo XIII, Marco Polo escribió sobre ellos: “si un extranjero llega a sus tierras lo matan inmediatamente y acto seguido se lo comen”.

Hoy por hoy, continúan resistiéndose a cualquier contacto con foráneos, atacando a cualquiera que se acerca. No es extraño esta actitud, ya que a finales de los 80 y principios de los 90, rescatadores de naufragios armados acudieron a Sentinel del Norte para recuperar hierro y otros restos de un naufragio, asesinando a muchos sentineleses. «Los sentineleses viven bajo el terror constante a los cazadores furtivos fuertemente armados. Sólo se estaban defendiendo con arcos y flechas y piedras de la única manera que ellos conocen.» RK Tiwari, padre de Pandit Tiwari, que murió a manos de los sentineleses.
En un censo parcial de 2001 se contaron 39 personas, aunque se cree que rondaban las 250. Algunas estimaciones daban hasta 500 individuos. (Nada sorprendente, teniendo en cuenta que sus vecinos los Granandameses pasaron de ser de 5000 miembros a sólo 41 después del «contacto») No hay nadie que hable su lengua fuera de su comunidad, o que sepa siquiera cómo se denominan a sí mismos. Cazan y recolectan en la selva, y pescan en las aguas costeras de su isla. Viven en grandes casas comunales con múltiples hogares y utilizan canoas con batanga para navegar por el mar.

Son muy escasas las ocasiones en que se han dejado ver ante las cámaras. Les vimos en los titulares de todo el mundo debido al tsunami de 2004 cuando un miembro de la tribu fue fotografiado mientras disparaba flechas a un helicóptero. En los años 90, embarcaciones indias se acercaron a sus costas y grabaron uno de los pocos contactos que se han tenido con esta tribu, visitas amistosas en las que les dejaban cocos de regalo. La mayoría de las veces, los sentineleses se limitaron a disparar sus flechas contra el barco; sólo en contadas ocasiones aceptaron el regalo. El Gobierno indio ha realizado varios intentos fallidos de establecer contacto “amistoso” con los sentineleses. El contacto con la tribu habría tenido, con casi total seguridad, consecuencias catastróficas, ya que su aislamiento les hace muy vulnerables a enfermedades contra las que no tienen inmunidad.

El Gobierno ahora dice que no volverá a intentar contactarles. Pero desde que las aguas cercanas a la costa de la reserva jarawa han sido tan utilizadas por los furtivos, estos pescadores ilegales ahora se están moviendo hacia las aguas que rodean Sentinel del Norte. En 2006 miembros de los sentineleses mataron a dos pescadores que se habían acercado a su isla, de manera ilegal ya que está prohibido aproximarse a menos de cinco kilómetros a la isla. El trágico incidente evidenció la ineficacia del Gobierno de la India en la protección y defensa de los derechos territoriales de todos los pueblos indígenas de las Islas Andamán. 

Según las informaciones de la Asociación para los Pueblos Amenazados (APA), el gobierno indio espera poder proteger mejor a los habitantes de las costas de posibles catástrofes naturales o maremotos aprendiendo y estudiando los sistemas de alerta tradicionales de los pueblos indígenas. Mientras en el archipiélago de Andaman y Nicobar murieron miles de personas en el tsunami de diciembre de 2004, parece que el número de los muertos entre las poblaciones indígenas fue sensiblemente menor. Todo indica que los indígenas supieron interpretar correctamente la retirada del mar antes de la primera ola, el griterío de los pájaros y otros fenómenos naturales extraordinarios y hayan buscado refugio.


En Tailandia e India, donde los indígenas siempre han sido discriminados por ser «primitivos», la sorpresa ahora es grande pues resulta que los conocimientos tradicionales pudieron más que los del «mundo moderno». Se espera que desde ahora en adelante se tome en serio a los pueblos indígenas y a sus profundos conocimientos de la naturaleza.

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Vocabulario Fundamental. Gorriones (3) La señora de los gorriones

Encontramos en el blog de Luis Miguel Domínguez «La tierra que nos parió» un post suyo de hace unos meses en el que cuenta la entrañable historia de una señora (a la que no ha vuelto a ver) que daba de comer a los gorriones en el parque del madrileño Palacio de Oriente cuando filmaba una de sus primeras series documentales de Naturaleza, «Fauna callejera», en la que nos mostraba las especies animales que, a pesar de nosotros, siguen poblando nuestras ciudades. Unos amantes de los gorriones como somos en este blog no podíamos dejar pasar esta oportunidad de recoger este momento mágico, aunque lamentablemente perdido en el tiempo, de epifanía entre una mujer y los pajarillos que amaba.
La señora de los gorriones – Luis Miguel Dominguez

Han pasado muchos años y no he vuelto a saber nada de esta mujer diez. Hoy en el mismo lugar en el que ella cada día se ganaba la confianza de miles de gorriones se extiende la alfombra roja de la Gala de los Goyas. La plaza de Oriente en el centro de Madrid, fué el teatro de operaciones de Fauna Callejera, esa serie de televisión que con tanta ilusión afronté. Allí compartí mañanas, pájaras y pájaros con Magda, toda una señora que llegó a entablar una relación tan estrecha con estas aves libres como yo no he visto nunca a ningún ser humano. Un dia desapareció y nunca mas supe de ella.

Lo malo es que con su marcha se fué un tiempo de luz y frescura que aún ando buscándo. Sumergiros en el video y os prometo que vereís volar a los gorriones como colibríes. ¿Hablamos en gorrionés?

Vocabulario Fundamental. Gorriones (II) Miguel Hernández y los gorriones

Amazônia, última llamada (12 y 13, de 13) Pantanal / Últimas bocanadas

Con estos dos últimos capítulos de su magnífica serie documental dedicada a los ríos, selvas, pantanos y seres vivos que conforman el ecosistema amazónico, Luis Miguel Dominguez y sus colaboradores se despiden por ahora de nuestro blog, dejándonos impregnado el alma de aquel lugar tan fascinante como imprescindible para nuestro planeta.


12. Pantanal

La vida y costumbre de los hombres, animales y plantas que habitan la zona húmeda más grande del planeta; los verdaderos Pantaneiros, que recuerdan a la trashumancia española, razas de ganado ya casi extintas, como la vaca pantaneira y el propio caballo, con el que estos hombres mantienen una íntima relación.


13. Últimas bocanadas

En un camino metafórico por el Delta del Amazonas y por los problemas que se ciernen sobre su futuro como gran río vivo, vemos el trabajo de arqueólogos en la Isla de Marajó, donde existió un pueblo cuya cultura hoy sigue siendo secreta.


Amazônia, última llamada (10 y 11, de 13) La selva y el asfalto / Guardianes del futuro

10. La selva y el asfalto

La lucha de la selva contra la ciudad es evidente: millones de personas habitan las orillas del río Amazonas en condiciones infrahumanas y esto tiene graves consecuencias para su salud. Conviven con peligrosos enemigos como el mosquito anofeles o el vampiro.

11. Guardianes del futuro


En este capítulo asistimos a algunos de los trabajos de campo más sorprendentes y eficaces de cuántos se están llevando a cabo para salvar la Amazonia. La pasión sentida y el compromiso adquirido por naturalistas que aman esta tierra, les empuja a no tirar la toalla y luchar día a día.


Amazônia, última llamada (8 y 9, de 13) Tierra de jaguares / Naturaleza protegida

8. Tierra de jaguares

En este programa podremos familiarizarnos con los fascinantes felinos que habitan en el área amazónica. Algunos son muy conocidos e incluso han sido novelados como el jaguar. Otros menos conocidos como los tigrillos, salen del anonimato en este episodio.

9. Naturaleza protegida

Cuatro parques nacionales de Brasil, menos tópicos y más intencionadamente alejados del contexto amazónico, capitalizan nuestra atención. El algunos de estos santuarios naturales, fuera de la selva amazónica, también se dan forma vivas únicas en un delicioso equilibrio que debe mantenerse entre el disfrute del patrimonio natural y su necesaria conservación.

Amazônia, última llamada (6 y 7, de 13) Alas para Brasil / Precio a la vida

Les ofrecemos dos nuevos documentales de la serie Amazonia, última llamada, realizada en 2002 para La2 por el gran biólogo Luis Miguel Domínguez, en los que éste nos presentará la increíble variedad de especies de aves que habitan el país brasileño y denunciará el tráfico de especies exóticas entre Brasil y mayoritariamente los países occidentales, preciosa vida sacrificada en aras de la codicia de unos y la vanidad de otros.

6. Alas para Brasil

Un sinnúmero de especies de la avifauna brasileña nos sorprenden en este capítulo por su comportamiento y variedad. En la impresionante biodiversidad del país cobran especial protagonismo miles de aves que allí se reproducen.


7. Precio a la vida

En este capítulo nos adentraremos en los caminos seguidos por los biopiratas para robarle naturaleza a Brasil. Seguimos los pasos y últimos avances del Departamento de Fiscalizacao del IBAMA, en su lucha contra el tráfico internacional de especies.


Amazônia, última llamada (4 y 5, de 13) Biopirateria / Amazonas dorado

Subidos a la Red por los de Documentación les ofrecemos otros dos nuevos episodios de «Amazonia, última llamada«, la estupenda serie del naturalista Luis Miguel Domínguez. En ellos podremos ver cómo los recursos naturales de la Amazonia, árboles centenarios y animales, son traficados y expoliados de forma masiva para satisfacer las codicias y vanidades del llamado Primer Mundo.

4. Biopiratería

El mito de el Dorado se repite en el cambio de siglo. Este episodio de la serie es un repaso a la ambiciosa historia de quiénes han querido y quieren doblegar la selva amazónica. Conoceremos el tráfico de especies exóticas y la época dorada de Manaos, considerada en su día «El París del Trópico» gracias al negocio del caucho.


5. Amazonas dorado

Las maderas preciosas se están agotando a orillas del Amazonas debido a su tráfico ilegal. Este episodio analiza la explotación clandestina de determinados recursos del Amazonas. Junto con el problema surgido del expolio maderero conoceremos la pesca y la venta ilegal del pirarucú, el pez de agua dulce más grande del planeta hoy en peligro de extinción.

Amazônia, última llamada (3 de 13) Don Quijote de la selva

En esta tercera entrega de la magnífica serie documental Amazonia, última llamada, Luis Miguel Domínguez nos presenta a su amigo Sydney Possuelo, por entonces (finales de 1999, principios de 2000) jefe del Departamento de Índios Isolados de la FUNAI de Brasil y defensor a ultranza de los últimos pueblos indígenas amazónicos que mantienen prácticamente intactas sus culturas ancestrales.

Éste nos muestra algunos de los hechos terribles de la lucha entre los indios amazónicos y los colonos que invadían sus territorios en el valle del río Javari, «cegados por las riquezas de su selva», buscando oro, petróleo o hacer negocio talando masivamente la madera de los árboles que compartían con aquellos su hogar.


Esto fue así hasta que en 1996 Sydney Possuelo, como
director del Departamento de Tribus Desconocidas (Departamento de Indios Aislados) en el FUNAI (Fundação Nacional do Índio), logrando doblar la superficie oficial designada como tierras indígenas en el Brasil en sólo dos años. Possuelo demarcó los territorios de los indios, expulsó a centenares de colonos y predicadores proselitistas y se fue al territorio de los hasta entonces belicosos korubo para hacerles llegar un mensaje de paz, entendimiento y respeto a su mundo de valores.

En el documental que sigue Sydney Possuelo muestra a Luis Miguel Domínguez (y éste a nosotros) las impagables grabaciones de esos primeros contactos amistosos que lograron vencer en los indígenas el recelo de muchos años de crímenes y usurpaciones. Incluimos también, a modo de carta de amor y actualización del personaje, la entrada que en marzo de 2009 Luis Miguel Domínguez escribió en su blog La tierra que nos parío. Disfruten el documental y atisben a Sydney Possuelo, quien luchó y sigue luchando para que sean los propios indios los que decidan los tiempos y las formas de su encuentro con el hombre blanco.


Luis Miguel Domínguez – «Sydney Possuelo»

TODO LO QUE SÉ DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS AMAZÓNICOS SE LO DEBO A SYDNEY. Sydney, es mi amigo desde hace muchos años. Nuestra amistad se basa en el respeto mutuo y desde luego por mi parte en la admiración que tengo por su persona y por su obra.

Desde que en 1999 hice la serie AMAZÔNIA, ULTIMA LLAMADA , no ha dejado de guiarme en todos los documentales que he realizado sobre pueblos indígenas de esa cara oculta de la Tierra. Possuelo fue durante muchos años el Director del área de defensa de los pueblos indígenas aislados del Gobierno de Brasil. De hecho fue su creador y se dejó media vida demarcando y protegiendo los territorios nativos mas amenazados.

Pero el sueño se acabó hace unos años. Poco después de la llegada de Lula da Silva al poder, Sydney fué DESTITUIDO. ¿Su pecado?: CRITICAR LA POLITICA INDIGENISTA DE SU GOBIERNO SIN IMPORTARLE UN CARAJO SU SILLÓN. Atendiendo a su experiencia y viendo y oyendo cosas como las declaradas públicamente por su jefe directo -el presidente de FUNAI- que llegó a decir : «Hay demasiada tierra protegida para tan pocos indios», Possuelo se posicionó del lado de los suyos , es decir los indios isolados y desapareció del Gobierno.

Este hombre ,es el artífice, de un periodo imprescindible para el respeto a los pueblos indígenas del Brasil. Para mí es un heroe de carne y hueso. Se ha jugado la vida mil veces , defendiendo a los indefensos. MERECE YA UN RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL como el PREMIO NOBEL DE LA PAZ y desde aquí lo pido.

Amigo Sydney , ya sabes que estas cuatro letras son para recordar publicamente a todo el que lo quiera oír ,que todos y cada uno de mis documentales sobre los indigenas de Amazônia han sido paridos gracias a ti. Te quiero, amigo gruñón, sentimental y cojonudo.