Los enigmas de China (8) Hong Kong, paraguas por la democracia


El hombre del paraguas’. Intervención artística que evoca a la diosa de la democracia y la libertad de los estudiantes de Tiananmen


En Portada. «Hong Kong, paraguas por la democracia»


En Portada viaja a Hong Kong para analizar la movilización de los paraguas
Es el principal reto al que se enfrenta Pekín desde la matanza de Tiananmen

En Portada – 09.01.2015

Jóvenes tras la estela de Martin LeeLa última vez que estuve en Hong Kong fue solo unos meses antes de que se produjese su traspaso de soberanía del Reino Unido a la República Popular China. En mi regreso para realizar este En Portada he comprobado que si entonces tuve la sensación de estar en un territorio con más sabor chino que británico, lo sorprendente es que en esta ocasión lo he percibido más británico, o mejor más internacional, que chino. Como comentaban algunos expertos, se esperaba que con el retorno a China los hongkoneses aprendiesen, sobre todo los jóvenes, a amar a la madre patria, pero eso no ha sucedido y aunque se sienten chinos, añaden que son de Hong Kong.

En el bautizado como ’Muro de Lennon’ gente anónima dejó plasmados sus deseos y mensajes de apoyo

Fue en 1996 también cuando conocí a Martin Lee, fundador del Partido Democrático y “padre de la democracia de Hong Kong”, calificativo que él rechaza. Entonces, parecía que solo él y algunos más luchaban por las libertades en un Hong Kong más preocupado por las finanzas, la economía y los negocios. Hoy, Martin Lee sigue siendo una figura importante del movimiento pro democracia, pero ya no está solo y son los jóvenes los que ahora enarbolan la lucha.

Un movimiento nacido y crecido en casa

Nos hemos encontrado con unos jóvenes que quieren más democracia y libertades. Pero, frente a las «revoluciones de las plazas», el movimiento de los paraguas se centra en la desobediencia civil, en la no violencia y no busca acabar con el sistema ni la independencia de China. Nada que ver con las revueltas árabes o con el Maidán ucraniano. La injerencia extranjera no ha existido, es un, como ellos dicen, «home grown movement”, un movimiento nacido y crecido en casa, es decir en Hong Kong.

El centro financiero de Hong-Kong, convertido en improvisada galería de arte desobediente.

Una ocupación de dos días que se prolongó durante más de dos meses. Bien es cierto que cuando llegamos ya se veía claramente que había una división en la sociedad y también en el mismo movimiento entre los que defendían seguir ocupando las calles y los que mantenían que había que seguir la lucha por otros cauces. La falta de un liderazgo único es sin duda un punto de debilidad del movimiento. Los mayores, los profesores que idearon “Occupy Central” (Ocupa el Distrito Central) habían previsto una ocupación de solo un par de días y la desobediencia civil. Los jóvenes, sin embargo, pensaron en una ocupación más larga –al final fueron 79 días-. Y la verdad es que cuando estuvimos daba la impresión de que la ocupación moría día a día.

El movimiento pro-democracia tuvo un caracter pacífico, evocador de iconos del pacifismo como Lennon, Gandhi o Martin Luther King

El régimen comunista en Pekín y el ejecutivo de Hong Kong optaron por no hacer concesiones y esperar a que el cansancio hiciese mella en los propios manifestantes y que la población terminase exigiendo su desalojo por las molestias y atascos que provocaban. Y esa estrategia ha dado resultado, al menos de momento. Las calles volvieron a la normalidad y los estudiantes a las aulas a mediados de diciembre.

¿El final del movimiento de los paraguas?

El final de la ocupación no es el final del movimiento de los paraguas. Los mismos manifestantes ya advirtieron que volverán y que solo ha sido el comienzo. Pekín se encuentra ante un gran desafío, el mayor desde la masacre de Tiananmen. La represión violenta le puede acarrear consecuencias muy negativas a nivel internacional y no va a permitir una subversión en Hong Kong ni que el movimiento se pueda extender a otras partes de China. Pero la nueva generación de hongkoneses, los jóvenes, también han dejado claro que van a plantarle cara y que no le tienen miedo. Y las dos partes saben que se necesitan.

Vocabulario Fundamental. Planeta Tierra (16) Paisajes transformados, planeta manufacturado

Un travelling a lo largo de una interminable cadena de producción china donde trabajan 26000 personas que después formarán en el exterior de la fábrica con disciplina militar, donde su trabajo será juzgado en público. Así comienza ‘Manufactured Landscapes’, documental dirigido en 2006 por la canadiense Jennifer Baichwal que sigue al fotógrafo Edward Burtynsky mientras viaja por todo el mundo retratando los cambios en el paisaje natural que se producen como consecuencia del desarrollo industrial humano. Éste basa la mayoría de sus tomas en localizaciones en China, el nuevo gigante industrializador que ha ido sustituyendo en estas lides fabriles a los países occidentales. Para poder grabar allí, los productores de “Paisajes transformados” tuvieron cuidado de no criticar explícitamente las desarrollos industriales que retratan, aunque la película habla sobre los problemas que acarrea la industrialización y la globalización y muestra los impactos irreparables que todo ello tiene sobre el mundo natural. La contaminante industria del carbón, las masivas factorías de montaje, la construcción (y desmantelamiento, en Bangla Desh) de enormes buques mercantes, las inmensas heridas en el paisaje de la megaminería y las megapresas hidroeléctricas, las sobrecogedoras escalas y cicatrices del planeta industrializado.

http://vk.com/video_ext.php?oid=197564815&id=170355325&hash=417e8828b1bdb501&hd=1

Los enigmas de China (7) Trabajar hasta morir en China

Unos 1.600 chinos mueren cada día por trabajar demasiado

El Estado chino considera que son héroes a aquellos que trabajan hasta su último suspiro, como los antiguos mártires comunistas


Barcelona (Redacción).- Trabajar hasta morir. Alrededor de 1.600 chinos fallecen cada día por trabajar demasiado. Esta es la cifra hecha pública esta semana por la Radio Internacional de China, emisora controlada por el Estado, de la que se ha hecho eco Bloomberg Businessweek. Según China Young Daily, son 600.000 personas al año (unas 1.650) las que pasan a mejor vida debido a un esfuerzo desmesurado en su desarrollo profesional.

En la red social Sina Weibo, el Twitter chino, las quejas e historias acerca del estrés al que están sometidos diariamente en diferentes lugares de trabajo en China algunos de sus usuarios son constantes, informa Bloomberg, que cita las muertes de un empleado de 24 años de Ogilvy Public Relations Worldwide, la de un auditor de 25 años de PricewaterhouseCoopers o la de un diseñador de aviones de combate.

El Estado chino, sin embargo, considera a aquellos que trabajan hasta su último suspiro héroes, como lo fueron mártires comunistas en el pasado. Un ejemplo es Lei Feng, soldado del Ejército Popular de Liberación chino, que ha sido agasajado en diferentes campañas de propaganda desde 1960 por su dedicación desinteresada al partido. El caso que ha desatado esta nueva polémica ha sido la muerte del regulador bancario chino, Li Jianhua, que literalmente trabajó hasta morir. Tras 26 años de «poner siempre la causa del Partido (Comunista) y del pueblo» en primer lugar, el funcionario falleció a los 48 años de un ataque al corazón por tratar de terminar un informe antes de que saliera el sol.

«Aprended del camarada Li Jianhua, hay que ser como él, siempre firme en los ideales y creencias, trabajando por el interés común, leal a la causa del partido y del pueblo, y luchando sin tregua hasta sacrificarlo todo», se lee en un comunicado de la organización que empleaba a Li y que fue emitido el 10 de junio.

Campanadas de la Historia (39) El hombre del tanque / 25 años de la matanza de Tian’anmen


«Pedíamos una mayor liberalización, política y económica, y equidad, aunque era más en la forma de lucha contra la corrupción. Sabemos que hay un llamado milagro económico chino, a pesar del grave retroceso en política, derechos humanos y libertades civiles, y la existencia de un desarrollo muy desequilibrado. El Gobierno puede habar matado al mensajero, pero recibió el mensaje para continuar, a ritmo rápido, abriendo la sociedad china y el desarrollo económico. El otro es mucho más preocupante y triste ¿Puede China ser rica y poderosa solo mediante el desarrollo de fuerza militar y riqueza económica? ¿Puede prosperar realmente y hacer a la gente feliz, con un futuro mejor, solo centrándose en lo material? El legado más importante, más que el desarrollo económico, es resaltar esta cuestión. Lo que hicieron durante la masacre fue no solo garantizar que el estado de excepción era aplicado y no se producían más ocupaciones de Tiananmen y otros espacios públicos en el país, sino utilizar una fuerza abrumadora no solo para conmocionar a los manifestantes sino a toda la nación y dejarla en una sumisión total. La situación ahora es básicamente similar en psicología colectiva al síndrome postraumático de una violación, de una violación infantil. La conmoción fue tan completa que la gente simplemente no habla más de ello, ni siquiera piensa en potenciales reformas políticas, impulsadas desde abajo hacia arriba.» Shen Tong, líder estudiantil en las protestas de Tian’anmen


Hace 25 años del aplastamiento por el ejército chino de las protestas de estudiantes que tuvieron su epicentro (que no la mayoría de las víctimas) en la plaza de Tian’anmen, en Beijing y que durante mes y medio convocaron en ella a centenares de miles de personas (millones en todo el país) que exigían más libertad y menos corrupción en las anquilosadas estructuras del poder estatal, ciudadanos que pretendían la reforma del sistema, no su destrucción. Tras aquellos luctuosos hechos, las autoridades chinas encarcelaron a miles de personas y persiguieron la simple mención de lo ocurrido, extendiendo sobre su pueblo, con todo el poder que da su autoritarismo, un masivo velo de censura, negación y olvido forzado a todos los niveles, lo que ha conseguido, cuarto de siglo después, instaurar una amnesia colectiva sobre lo ocurrido entonces. Pero bueno, tras 25 años de aquel sueño ahogado en sangre, nosotros nos quedamos con aquel hermosísimo gesto de lúcido individualismo, el ser humano reivindicándose ante la brutal máquina de guerra. 25 años de aquel hombre del tanque.

The Tank Man


Tiananmen, la plaza que estremeció China

Antonio Broto (EFE) 03.06.2014

Entre abril y junio de 1989, millones de personas se movilizaron en China en un intento de que el país se uniera a la ola de apertura que vivía entonces Europa del Este, pero aquel movimiento, del que 25 años después aún se sabe poco, terminó en tragedia. Aquellos hechos, que fuera de China son un hito del siglo XX pero dentro son un tabú, hicieron temblar los cimientos del régimen, mostraron al mundo los excesos del comunismo chino y dieron al régimen un talante cerrado y paranoico aún vigente.

La prensa internacional recuerda cada 4 de junio la matanza que acabó con las protestas en Pekín, pero un cuarto de siglo después pocos se detienen a rememorar el origen de aquel descontento o a desmentir los tópicos. Y es que, por ejemplo, la mayoría de las muertes fueron lejos de Tiananmen. La mayor represión no la sufrieron los estudiantes, sino los obreros, pues no sólo hubo revueltas en Pekín, y el movimiento no acabó el 4 de junio, ya que continuó en otras urbes.

El origen de las protestas

El acontecimiento detonante de las protestas fue la muerte, el 15 de abril, de Hu Yaobang a causa de un ataque al corazón tres años después que fuera purgado por su talante reformista y su simpatía a otras protestas registradas en Pekín en 1986. Hu, que había sido el secretario general del Partido Comunista de China (PCCh), fue un gran crítico de las reformas económicas emprendidas por el entonces máximo líder, Deng Xiaoping. Éstas habían tenido efectos positivos en el país, pero también algunos negativos, como una fuerte inflación (del 30 % a finales de los 80) y una alta corrupción.

Esta corriente crítica fue la que el 17 de abril comenzaba en la plaza de Tiananmen, la primera concentración en homenaje a Hu, liderada por universitarios que pedían el fin del nepotismo, mayor libertad de prensa o mejor inversión en educación. Estas primeras concentraciones, moderadas y que no reclamaban la caída del régimen, dividieron a los líderes chinos, ya que algunos, como Zhao Ziyang -sucesor de Hu en la secretaría del PCCh- las veían como algo positivo, mientras el «Pequeño Timonel» Deng y el primer ministro Li Peng las consideraban ya una amenaza.


Proyección internacional

Síntoma de esta división interna es el hecho de que Deng y Li esperaron a que Zhao saliera del país, en un viaje oficial a Corea del Norte, para tomar una decisión que marcaría un antes y un después en el movimiento. El 26 de abril, con Zhao en tierras norcoreanas pese a que su entorno le había pedido que no dejara China, el ala conservadora del PCCh ordena la publicación en el Diario del Pueblo de un demoledor editorial contra los estudiantes de Tiananmen, calificándolos de enemigos del Estado.

El texto indignó al movimiento, que se radicalizó, aumentó en número y lanzó un órdago al régimen a mediados de mayo, cuando varios estudiantes comenzaron huelgas de hambre aprovechando la mayor presencia de medios internacionales en Pekín con motivo de la visita del líder soviético Mijaíl Gorbachov.

El mayor conocimiento mundial de las protestas causó cierta humillación al régimen, que comenzó a pensar ya en la supresión de éstas, primero de forma pacífica, con negociaciones de Li Peng con los estudiantes, el 18 de mayo. Un día después, Zhao osó reunirse con los manifestantes en Tiananmen, y aunque pidió que abandonaran la huelga de hambre también mostró una vez más simpatía con sus peticiones, lo que le costaría el cargo (fue su última aparición pública).

El fracaso en las negociaciones con los manifestantes, por entonces muy divididos, provocó la declaración, el 20 de mayo, de la ley marcial en Pekín, que duraría siete meses.

Cerrojazo del régimen

Unos 300.000 soldados chinos llegaron de todo el país para preparar el desalojo de la plaza, donde en los últimos días de protesta se erigió con cartón la icónica «Diosa de la Democracia», inspirada en la Estatua de la Libertad.

En la tarde del 3 de junio, la televisión china ordenaba a los pequineses que no salieran de sus casas, mientras tanques y vehículos acorazados avanzaban hacia el centro de Pekín. Fue en ese avance donde se produjeron muchas de las muertes en aquella fatídica noche, cuando muchos pequineses intentaron impedir el paso de los tanques, lo que produjo grandes matanzas en el oeste de la ciudad. El número de fallecidos en esos enfrentamientos sigue siendo un misterio, y oscila, según diferentes fuentes, entre los 300 y los 2.600, de los que apenas una decena son soldados.

En Tiananmen, donde se encontraba entre otros el escritor que 20 años después recibiría el Nobel de la Paz, Liu Xiaobo, el desalojo fue menos sangriento, aunque nadie sabe a ciencia cierta lo ocurrido en una noche de caos y ausencia de prensa internacional. Con una notable excepción, ya que el único medio que pudo grabar esa noche imágenes de la plaza fue Televisión Española.

Represión y muerte

En días posteriores, las protestas por la masacre en varias ciudades chinas fueron reprimidas, mientras el régimen comenzaba una campaña de detenciones y juicios sumarios, sobre todo a huelguistas obreros. Algunos de los principales líderes de las protestas, como Wuer Kaixi, Chai Ling o Feng Congde, lograron huir del país, muchos de ellos en barcos financiados por las mafias de Hong Kong, en la llamada «Operación Pájaro Amarillo». 

Era el fin de 48 días que estremecieron China, el fracaso de un movimiento que podría haber conseguido un país más libre, pero que tras la represión dejó un régimen más criticado internacionalmente, e impregnado de uno de los problemas que el movimiento más denunciaba, la corrupción.

Hace 25 años el ejército chino aplastó las protestas de estudiantes en la plaza de Tiananmen, en  Pekín. Hace 25 años, un reportero de TVE, José Luis Márquez, fue el único que logró grabar la represión de las protestas dentro de la plaza. El reportero recuerda también que “la masacre como masacre no fue en la plaza de Tiananmen”.

En Portada – La capital de los trapos

En Portada nos lleva a conocer Prato, la capital de la ‘pronto moda’ italiana, tradicional centro textil europeo que simboliza hoy la decadencia industrial del país. Los talletes artesanales y familiares han sido barridos por la competencia china, que trabaja con tejido barato traído desde China y es confeccionado con trabajadores también chinos que son explotados como mano de obra barata. Sin embargo son productos que serán vendidos como ‘Made in Italy’. Lo que nos recuerda la destrucción de la industria textil española, prácticamente desmantelada por la competencia de los tejidos hechos en Turquía, China y el sudeste asiático. 




En Portada. «La capital de los trapos»

Yolanda Sobero 21.01.2014

Es posible que, desde hace algún tiempo, se haya preguntado por dos hechos novedosos o sorprendentes. Uno, en los mercadillos y en diversas tiendas, se encuentran prendas Made in Italy a precios muy asequibles. Dos, en las perchas y en los estantes la ropa de temporada se renueva con mucha frecuencia, de tal forma que es posible que dentro de unas o varia semanas encuentre modelos nuevos y los anteriores hayan desaparecido.

‘Pronto moda’, capital Prato

El negocio de la moda ha cambiado y han nacido nuevas forma como la llamada pronto moda, la ‘moda rápida’, cuya capital es Prato. Esta ciudad, cercana a Florencia, tiene una tradición textil secular y sus tejidos han gozado y gozan de renombre internacional. Pero esta nueva moda no tiene nada que ver con su industria tradicional, basada en talleres artesanos e industrias familiares, sumidos en una profunda crisis que, en la última década, ha acabado con la mitad de ellos.

La pronto moda es la aportación de la comunidad china de Prato y su centro es Macrolotto, un polígono donde los rótulos italianos han dado paso los nombres chinos. De aquí salen millones de prendas, cuya prestigiosa etiqueta Made in Italy y unos precios increíbles, sin rival en el mercado europeo, esconden una nuevo tipo de confección, hecha en Prato, hecha con telas chinas y cosida por manos chinas en talleres, muchos de ellos clandestinos, en unas condiciones de casi esclavitud.

La cara oculta de la ropa increíblemente barata

Según la periodista pratense, Silvia Pieraccini, que ha investigado el ‘distrito chino de Prato’, se trata de un negocio que produce a diario un millón de prendas y mueve al año más de 2.000 millones de euros, al menos la mitad de ellos en negro. Silvia Pieracchini asegura que este distrito, cuyo emblema es Macrolotto, ha nacido y crecido en la ilegalidad económica y ha tejido una criminalidad organizada. Un negocio del que también se han beneficiado muchos pratenses, que alquilaron sus naves y vendieron sus máquinas a los chinos.

El equipo de En Portada acompañó a la policía de Prato a una intervención en dos talleres clandestinos. Una operación casi diaria que, sin embargo, no ha logrado atajar la ilegalidad ni poner fin a unas penosas condiciones de trabajo: jornadas interminables, producción a destajo, una vida reducida al trabajo. Como pueden ver en el reportaje, cosen, comen y duermen en un taller abarrotado y, en un precario altillo de tablas de aglomerado, sus habitaciones se reducen al espacio que ocupa una cama. Y todo por un mísero salario, que procuran ahorrar para cumplir su sueño de poner su propio negocio en el que contratarán a otros compatriotas en las mismas condiciones en las que ellos trabajaron al principio. Es el precio oculto tras esa ropa que nos parece tan increíblemente barata.
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Vocabulario Fundamental. Fraude (14) Cultura de falsificaciones

Documental canadiense dirigido en 2013 por Geoff D’Eon que explora el peligroso mundo (a veces mortal, como en el caso de los medicamentos falsos) de la cultura de la imitación de toda clase de productos que se venden por todo el mundo. ‘Counterfeit Culture’ expone cómo la industria de la imitación tiene una larga historia, pero durante los últimos 25 años se ha multiplicado exponencialmente, basada sobre todo en China y otros países asiáticos como proveedores y los países occidentales como compradores. Ahora se falsifica todo, desde bolsos, ropa y dispositivos electrónicos hasta medicinas, repuestos de aviones, piezas para armamento militar o tiendas de IKEA. Es una plaga mundial, un mercado negro que lastra la economía global y fomenta un fraude de centenares de millones de euros alimentado por la vanidad de cada persona que compra un producto de imitación. 

 

Los enigmas de China (6) China nos tiene pillados

China nos tiene pillados


Juan Pablo Cardenal / La silenciosa conquista china 11 de diciembre de 2011


Va a ser divertido ver cómo lidian los líderes europeos con la dictadura china ahora que ésta emerge como tabla de salvación de los desaguisados occidentales. Los mismos políticos que hace relativamente poco plantaban cara a Pekín en un sinfín de asuntos, desde los derechos humanos a la manipulación de su divisa, ofrecen ahora su mejor sonrisa al enseñarles la patita para que pongan sus ingentes recursos financieros al servicio de nuestra recuperación económica.

No es sólo que China esté invirtiendo a destajo en el mundo en desarrollo, donde hace acopio de materias primas y caza al vuelo las oportunidades que se le presentan. Es que, con el rebrote de una crisis que amenaza con dinamitar los cimientos del sistema occidental, Pekín está posicionándose en Europa a una velocidad que jamás habría imaginado. Nada explica mejor el actual estado de cosas que los políticos de la Europa periférica haciendo cola ante el emperador chino para implorarle que compre deuda soberana.

Para China el momento no puede ser más propicio. Las gangas en el Viejo Continente le ofrecen, por un lado, la opción de diversificar sus inversiones internacionales con activos que antes de la crisis no estaban a su alcance; y, por otro, le brindan acceso a la alta tecnología que es imperativa para que la economía china entre en una nueva fase de desarrollo. A la vez, el presidente de China Investment Corporation, anunció hace unos días en el Financial Times que el principal fondo soberano chino invertirá también en proyectos de infraestructura europeos, empezando por el Reino Unido.

Si primero llegó la invasión del Made in China, ahora el avance del gigante asiático ha dado un salto cualitativo: esto es, adquiere deuda soberana, compra compañías en quiebra del sector del automóvil, se posiciona en los puertos del Mediterráneo y se presta a entrar en el proyecto ferroviario de alta velocidad que unirá Londres con el norte de Inglaterra. Y esto es sólo el principio: según un informe de Asia Society, para el final de la actual década la inversión china por todo el planeta alcanzará el billón de dólares.

La cuestión da para escribir una enciclopedia, pero voy a centrarme en tres reflexiones:

Lo primero que me pregunto es cómo explotará Pekín la debilidad europea. O dicho de otro modo: cómo ejercerá su influencia sobre Bruselas -o sobre cada gobierno europeo- y cómo reaccionará ésta. ¿Podrá Pekín comprar el silencio europeo sobre derechos humanos? ¿Incluirá el trato el levantamiento del embargo de armas vigente desde Tiananmen? ¿Implicará conceder a China el estatus de economía de mercado, lo que supondría sacrificar la principal herramienta jurídica para luchar contra el dumping chino?

En segundo lugar, en el escenario de un eventual despliegue empresarial y financiero chino a gran escala (el billón de dólares en 2020), quizá no debamos perder de vista quién está realmente detrás de todas esas inversiones chinas, que no es otro que el Estado chino. Lo que significa, en última instancia, que quien está moviendo los hilos es -nada menos- que el Partido Comunista. Dado su pedigrí, ello conlleva no pocos desafíos, incluidos los relativos a seguridad nacional y estándares.
Y, tercero, en términos de reciprocidad de oportunidades parece bastante impropio -y arriesgado- que Europa abra de par en par sus puertas a las empresas del país asiático, mientras las empresas europeas de un buen número de sectores tienen completamente restringido o limitado su acceso al mercado chino.

Por todo ello, Europa está en una encrucijada. A corto plazo no puede permitirse el lujo de prescindir de las inversiones chinas, pero ello quizá conlleve tener que asumir significativos riesgos a largo plazo. En definitiva: China nos tiene pillados.

Los enigmas de China (5) ‘"El extranjero llega a China con una actitud arrogante"

«El extranjero llega a China con una actitud arrogante»

El abogado español asegura que la falta de respeto hace fracasar muchas negociaciones con chinos

Economía | 16/11/2009 – 01:25h | 18/11/2009

M. Barceló – La Vanguardia

Con apenas 30 años, Omar Puertas se lanzó a la conquista del gigante asiático. Por aquel entonces, en China sólo había un despacho español, a diferencia de las firmas inglesas y americanas que llevaban tiempo. Abogado de la firma catalana Cuatrecasas, Omar batalló durante un año para conseguir la licencia que le permitiera abrir la primera oficina en Shangai, aprendió chino a base de saltarse comidas, se sumergió en la exótica cultura y ahora puede presumir de haberse hecho un hueco en una de las ciudades más pobladas del mundo. El letrado nos cuenta que el extranjero debe despojarse del disfraz de Marco Polo si aspira a que las negociaciones con los chinos sean fructíferas. «A veces nos olvidamos de aplicar el sentido común y el respeto», asegura Puertas.

Tal y como está sentada ahora, con la suela del zapato hacia arriba es una falta total de respeto en China. Así no conseguiría cerrar ninguna negociación con un chino.

Vaya… ¿Qué claves le enseña a sus clientes para que no se vayan del país con las manos vacías?
Que se hospeden en el Ritz.


Es uno de los hoteles más caros de Shangai. Una de las primera preguntas que le hará un chino es dónde se está hospedando ya que se fijan mucho en el estatus y la imagen.

¿Más cosas que debería saber?
Si le entrega una tarjeta debe cogerla con las dos manos, mirarla, comentarla y ponerla en un lugar adecuado. ¡Nunca en el bolsillo del pantalón o arrugarla!

Coge las maletas y le mandan a China para abrir mercado.
En realidad fue idea mía. Después de dos años en el despacho me salió la oportunidad de hacer unas prácticas en Estados Unidos. En Nueva York descubrí la potencia de China pues casi todos los grandes bufetes tenían oficinas en el continente asiático. Al volver expliqué a dirección mi inquietud y que teníamos que tener algo allá.

Y le mandan a usted.
Tenía sólo 30 años y no esperaba ir solo, sino con alguien más mayor y con más experiencia, pero me fascinó la idea y no dudé en aprovechar la oportunidad. Para aquel entonces sólo había un despacho español en China.

¿Vértigo?
Tremendo. En lugar de comer hacía clases de chino. (risas)

¿Y ya lo habla?
Puedo mantener conversaciones coloquiales y comienzo a entender las profesionales. Hacer amigos chinos es complicado porque tienes que dominar muy bien el idioma.

¿Cómo es la abogacía en China?
No tienen apenas tradición jurídica. Las firmas privadas existen sólo desde el año 1992 porque antes formaban parte de la Administración. Es en lo único de historia que les ganamos. Suplen esta carencia con socios americanos brillantes que han convalidado el título. A los abogados extranjeros en China se les permite abrir oficina pero no se les permite practicar derecho local, aunque tengas contratados abogados chinos.

¿Por qué?
Es una medida de proteccionismo. En la teoría te dicen que es porque un abogado extranjero no puede asesorar sobre un derecho que no conoce.

Entonces, ¿abrir mercado debe ser dificilísimo?
Mucho, porque te enfrentas con despachos chinos que juegan con ventaja porque pueden ejercer en todos los sentidos. Ellos van ganando mucho terreno y se van haciendo grandes porque la ley les protege.

¿Entonces?
Cuando vas a juicio o has de elaborar un informe legal has de colaborar con un despacho Chino.

Debió hacer una inmersión en su cultura antes de lanzarse.
Tienes que entender mucho su cultura para hacer negocios con ellos. Pero yo siempre digo que con respeto y sentido común no te equivocarás nunca. Muchas veces se nos olvida la carta básica, sobre todo a los extranjeros.

Cuénteme…
El extranjero llega con una actitud arrogante, como si fuera el Marco Polo del siglo XXI. Uno de los grandes fracasos de las negociaciones con chinos es debido a la falta de respeto. Un 80 por ciento de los clientes que vienen no han invertido el tiempo necesario para conocer la cultura china.

Nos cuesta entenderlos.
Proyectamos nuestra forma de ser y nuestra escala de valores en todo. Aquí hay un abismo cultural y tenemos que ser más prudentes. En China no hay tradición judeo-cristiana, no son católicos, con lo cual ya parten de otra realidad. Mucha gente dice que sus directivos chinos no se involucran en la compañía, no la sienten suya, pero en realidad es que no hemos dedicado el tiempo para entender al directivo chino y quizá lo que usted cree que es falta de dedicación es simplemente su forma de ser.

¿Son más introvertidos?
No tiene porqué. Son líderes excepcionales. Quizá lo que nosotros creemos que es un buen líder por su carisma, para el chino es ser un arrogante.

¿Cómo es un buen directivo chino?
Infunde muchísimo respeto.

¿Y qué hay de las directivas?
El papel de la mujer en China, contrariamente a lo que se cree, está mucho mejor de lo que está en Japón, donde sólo el 10 por ciento de las mujeres trabaja. La sociedad china, debido al comunismo, tiene perfectamente asumido que la mujer trabaja y que ocupa puestos directivos.

¿Cómo vive la dictadura y el ‘comunismo’?
Aquello es capitalismo salvaje en estado puro. Existe una competitividad increíble. En Shangai hay 140 despachos extranjeros, imagínese. Sin embargo, no tengo acceso ni a Youtube ni a Facebook y mi Google está censurado.

¿Cómo sobrevive sin Youtube?
Tenemos una línea privada en la oficina y me conecto a través de España.

¿Lo más duro de empezar de cero?
La burocracia. Es un papeleo interminable y si no conoces a alguien de la administración tardas una eternidad en conseguir la licencia para abrir oficina. Las relaciones personales en China son muy importantes.

¿Qué imagen tenemos los españoles?
Buena. Sobre todo por las Olimpiadas. Samaranch es el personaje más conocido.

¿Más que Gaudí?
¡Mucho más! Los taxistas siempre te preguntan por Samaranch, los toros y Raúl. El futbolista blanco es un ídolo en China, sobre todo porque besa su alianza cada vez que marca un gol.

¿Son buenos negociantes?
Muy buenos. Son tantos que ya desde pequeños tienen que buscarse la vida. La competencia interna es brutal. Si pierdes los nervios delante de un chino en una reunión, no querrá saber nada más de ti. Además, son tan poco expresivos que pueden apretar mucho con el precio. Les enseñan, desde pequeños, a no mostrar sus sentimiento porque está mal visto.

¿Cada vez más clientes quieren estar en China?
Sí, porque el español se da cuenta de que aquello le sirve para seguir en el mercado, consolidarse y poder competir. El gobierno chino está invirtiendo mucho dinero para mejorar la calidad. Ya hay muchas empresas europeas que producen con más calidad en China que en Europa.

Los enigmas de China (4) "Los chinos están muy felices por tener más dinero y no les interesa la democracia"

La periodista y economista Loretta Napoleoni, experta en terrorismo plantea en ‘Maonomics’ (ed. Paidós) una tesis provocadora: ¿y si el sistema chino fuera mejor que el occidental?

«Los chinos están muy felices por tener más dinero y no les interesa la democracia»

19/09/2011 Marina Meseguer. La Vanguardia


En occidente, vivimos convencidos de que nuestra democracia y nuestro sistema económico son los mejores sistemas posibles o, como mínimo, los menos malos. Pero, con el inicio de la crisis económica, la alarma de «error», que en un principio nos llegaba como un tenue sonido lejano, se ha convertido ahora en un repiqueteo irritante: cierre de empresas, recortes en servicios sociales, bajadas de sueldos, más trabajo temporal, subida de tasas en la universidad…

Nuestra democracia hace tiempo que sufre de migraña crónica y el capitalismo se ha alejado de la producción, de lo material, para convertirse en algo irreal, intangible, sólo controlado por los mercados, eufemismo que utilizamos para referirnos a los especuladores. Es tiempo de reflexionar sobre si debemos plantearnos un cambio de rumbo, de estrategia, visto que la calidad de vida de nuestros jóvenes puede que no sea mejor que la de sus padres.

La periodista y economista Loretta Napoleoni, experta en terrorismo y autora de los best seller ‘Economía canalla’ y ‘La mordaza’, plantea en ‘Maonomics’ (ed. Paidós) una tesis provocadora: ¿y si el sistema chino fuera mejor que el occidental?. Para Napoleoni, el control del Partido Comunista sobre las finanzas del gigante asiático es la clave de su éxito económico y un ejemplo a seguir por parte de nuestros gobernantes.

– Si tenemos en cuenta el modelo chino, ¿es la democracia un obstáculo para el desarrollo económico de occidente?
En términos económicos no. Pero la democracia tal como la tenemos hoy no es real. En los últimos 20 años, en el periodo de la globalización, nuestra democracia ha actuado a favor de la oligarquía del dinero y no a favor de la población, es por eso que no funciona y países como España o Italia tienen problemas económicos que no tenían antes.

– ¿Las reformas constitucionales que se están llevando a cabo en Europa son un ejemplo de políticas influenciadas por la oligarquía financiera?
La reforma constitucional no acabará con los problemas. Deberíamos perseguir políticas de igualdad y evitar que haya diferencias tan grandes entre el sueldo de un banquero y el de un minero. Este es el problema: en 20 años el 1% del a población se ha hecho más rica y el 99% más pobre. La reforma constitucional no lo resuelve.

– ¿Por qué opina que los chinos lo están haciendo mejor en materia económica que occidente?
En China los políticos controlan la economía. Uno de los problemas de España es el sentimiento del mercado internacional hacia su política económica. Zapatero está limitado por el mercado internacional, los chinos no tienen ese problema porque su mercado financiero no es abierto. No han querido abrirlo porque temen las consecuencias. La globalización es positiva para los chinos porque la han controlado. En occidente dependemos de cómo nos tratan los mercados, estamos a merced de la especulación, y eso nos perjudica. Hoy España e Italia no se pueden defender de los especuladores porque los mercados están totalmente abiertos.
– ¿Qué beneficios aporta el modelo chino a su población que no aporte el capitalismo occidental?
Es un modelo muy similar al de la Revolución Industrial inglesa. La diferencia está en su relación con la globalización financiera: sólo los chinos pueden invertir en una sociedad china. Como extranjero puedo comprar títulos de una sociedad china en la bolsa de Hong Kong, donde hay una situación híbrida, pero no lo puedo hacer en Shanghái. Este control financiero es el elemento más positivo del éxito increíble de China.

– Usted ha comparado el modelo chino con la Revolución Industrial inglesa. Cuando los obreros ingleses fueron conscientes de su explotación, empezaron a exigir más derechos. ¿Ocurrirá tarde o temprano lo mismo en China?
Ha ocurrido. En los últimos 10 años hemos visto muchísimas manifestaciones de obreros contra el sistema de explotación, pero esas noticias no salen en nuestros periódicos. Hay una presión muy fuerte de los trabajadores para mejorar condiciones de trabajo salariales, aunque no tienen sindicatos. El trabajador chino sabía que iba a ser explotado y lo ha aceptado porque sabía que sería positiva para su vida económica y social. Es una explotación temporal. El trabajador chino tiene una conciencia a diferencia del trabajador de la Inglaterra del siglo XVIII. Es por eso que el desarrollo de las condiciones económicas y sociales en China es muy rápido, estamos hablando de 20 años. En Inglaterra los obreros tardaron un siglo hasta llegar a un punto de confianza tan alto como para cambiar su situación.

– ¿De verdad cree que la situación de explotación será temporal? Cambiarla no le interesa ni a los empresarios occidentales ni al Gobierno chino.
La idea de que el Gobierno chino explota a su población es falsa. En China hay un contrato social entre la población y el Partido Comunista. Los chinos mantienen al partido en el poder si este garantiza el crecimiento económico y una vida social y económica mejor. Por tanto, no se puede hablar de explotación, sino de desarrollo. El objetivo final del Gobierno chino es mantener su poder con un consenso nacional hasta que el mercado chino se desarrolle totalmente. Cuando lleguen a ese nivel, China no necesitará a nadie más que a si misma. Hay 1.300.000 millones de chinos, un mercado tres veces más grande que el mercado americano y el europeo juntos.

– ¿Cree que con el bienestar económico será suficiente para mantener al partido en el poder?
Cuando la población empieza a tener sus necesidades básicas cubiertas, entonces empieza a pensar en otro tipo de bienes como la libertad de expresión, el pluralismo político…
China tendrá problemas cuando llegue al final de su desarrollo, pero la historia su nos dice que siempre buscan nuevas alternativas. Cuando lleguen a ese nivel, veremos un cambio radical en su organización política. Puede que el Partido deje de existir o que haya una descentralización del poder de Pekín y que se desarrolle como una confederación al estilo de EE.UU.. Pero no va a ocurrir a medio plazo, todavía hay regiones que no están desarrolladas y otras que son muy difíciles de desarrollar.

– Si su sistema es tan sólido, ¿por qué el Partido Comunista teme tanto la disensión?
Los chinos siempre han tenido miedo del mundo. Tratan de crear un círculo de protección, una Gran Muralla, pero esas políticas no son modernas. Hoy, con internet no hay límites, todo está muy abierto y es muy difícil de controlar. Todo el mundo piensa que en China hay mucho control en la red, pero yo he podido comprobar que se puede tener acceso ilimitado a todo lo que se quiera buscar en inglés.

– ¿Incluso páginas como Amnistía Internacional?
Todo. Pero a los chinos no les interesan las historias de occidente, pensamos que todos quieren la democracia, pero no es verdad. Hay un grupo de intelectuales muy sofisticados que reclaman la democracia, pero son una élite. La mayoría de los chinos están muy muy felices de tener más dinero que antes, de vivir en casas mejores, de comprar televisiones, coches, no piensan en la democracia y tampoco la quieren porque ven que tenemos muchísimos problemas. Los chinos que ven que en España hay un 34% de paro juvenil no quieren la democracia española!

¿- La libre circulación de ideas es fundamental para la creatividad y, por tanto, para el progreso económico. ¿Tiene o tendrá China una clase creativa?
Los chinos no saben cómo manipular su imagen para hacer que el mundo les quiera. El marketing, todas estas cosas relacionadas con la creatividad no las tienen. Creo que es una limitación, pero en términos industriales, en términos de desarrollo, hay creatividad tecnológica y científica.

¿- ¿Pero una empresa como Apple sería posible?
No. Apple es una producto de occidente, por supuesto. La idea de Steve Jobs de una vida virtual no podía ser concebida sin una libertad total. La creatividad como la concebimos nosotros, una creatividad postindustrial no existe porque no hay este tipo de libertad.

¿- ¿Cuál es su pronóstico, que ocurrirá con la democracia occidental? Deberíamos mirar con menos prejuicios el sistema chino?
Existe un riesgo muy alto de que Italia quiebre. Si esto ocurre, todos los PIGS deberán salir del euro. Si esto ocurre, vamos a necesitar un sistema radicalmente diferente, pero puede ser una situación positiva, puede ser el elemento que necesitamos para bloquear la degeneración de nuestra democracia. El modelo chino nos demuestra que el rol del Estado y del Gobierno es de servir al pueblo, no a las élites. Los chinos lo saben, porque la historia de China es una historia de revolución. Cuando una dinastía no funciona, se hace una revolución y se cambia por otra. El Partido Comunista es la última dinastía. Esta es la lección de China. Su modelo no es el que queremos, pero algunos elementos, como el del rol del Estado, nos ayudan a reflexionar sobre nuestros errores.